Las críticas de Ignacio Mittenhoff:
La vecina perfecta
Un pequeño desacuerdo entre vecinos en Florida toma un giro letal, con grabaciones de las cámaras corporales de la policía y entrevistas que indagan en las consecuencias de las leyes estatales de «stand your ground».
Netflix ha estrenado la película documental La vecina perfecta, dirigida por la cineasta Geeta Gandbhir, quien revisó más de 30 horas de grabaciones de cámaras corporales de la policía, obtenidas mediante una solicitud de acceso a la información, para intentar entender lo que pasó aquel 2 de junio de 2023 en Ocala, Florida, en el barrio donde vivían Ajike Owens y Susan Lorincz.
La convivencia entre vecinos, un problema demasiado cotidiano
Nos encontramos con un documental que trata una situación a la que la gran mayoría de los seres humanos se ha enfrentado al menos una vez en su vida: la difícil convivencia entre vecinos. Seguro que en más de una ocasión has observado por la mirilla de tu puerta para ver con quién está hablando tu vecino de enfrente, o has esperado pacientemente en tu casa para no coger el mismo ascensor y tener que dar conversación al vecino de al lado. O, por acercarnos más a una de las problemáticas que se trata en este documental, te has irritado al oír los continuos gritos de los hijos de tu vecino o los llantos de un bebé a las tantas de la madrugada.
Este tipo de problemas, en el año 2023 en Ocala, Florida, se llevó a lo más extremo. No hablamos de una comunidad de vecinos en un edificio, sino del típico barrio americano formado por casas independientes, con su pequeño espacio ajardinado delante de cada vivienda, y donde los niños juegan y se divierten sin miedo a que un coche pueda pasar a toda velocidad. Un barrio residencial donde todos los vecinos se conocen, y unos cuidan a los hijos de otros sin ningún reparo. Tal y como dice un policía en La vecina perfecta, es mejor que los niños estén jugando en la calle a que estén robando o mirando TikTok en el móvil.
Una vecina diferente al resto de la comunidad
En este ambiente tan idílico nos encontramos con Susan, una mujer que trabaja desde casa, por lo que pasa largo tiempo encerrada en su hogar. Los continuos juegos de los niños del vecindario cerca de su vivienda hacen que esté continuamente quejándose y llamando al 112 para explicar que los vecinos la están molestando, y que no la dejan trabajar. Estas llamadas comienzan en el año 2022, y se prolongan hasta mediados del año 2023. Su insistencia hace que poco a poco vaya perdiendo credibilidad, y en la oficina del sheriff de la localidad ya nadie la trata con la seriedad con que debería haberse tratado. Así llegamos al fatídico día 2 de junio del año 2023, en el que la paz y la armonía de esta comunidad de vecinos cambiará para siempre.
Acostumbrado a ver este tipo de documentales, lo que lo hace diferenciarse del resto de true crimes es que toda la película está realizada a partir de las grabaciones de los policías que durante casi dos años estuvieron acudiendo a este barrio debido a las continuas quejas de la mujer. No esperes ver las típicas entrevistas en las que los afectados cuentan sus opiniones, o expresan sus sentimientos. En La vecina perfecta todo lo que vemos es real, está todo grabado justo en el momento en que sucedió. Y esto es lo que hace que percibamos la experiencia como algo diferente.
El documental comienza con una problemática muy común, las disputas entre vecinos, para poco a poco ir mostrando otro problema por desgracia también muy común: el racismo. Entremedias se vislumbra algo muy típico en los Estados Unidos, como es la posesión de armas en los domicilios de personas corrientes. Y culmina con una ley quizá poco conocida en nuestro país, pero que aún sigue vigente en algunos estados de Norteamérica: la ley «stand your ground» (mantén tu posición o Ley de Defensa Propia). Una ley que te permite usar la fuerza, incluso de manera letal, para defenderte de los demás si crees que tu vida está en peligro.
Un «true crime» diferente a lo que estamos acostumbrados
Aquí el documental trata de mostrarnos si Susan era consciente de esta ley, e hizo lo que hizo de manera voluntaria sabiendo que podría acogerse a la ley del «stand your ground». Y digo que trata de enseñarnos porque en ningún momento nos intenta convencer de ello. Solo nos muestra lo que pasó y como se trató. Luego ya cada uno podrá sacar sus propias conclusiones, igual que si formásemos parte de un jurado popular. Un juicio, por cierto, al que la directora no quiso dar demasiada importancia (solo lo muestra durante los créditos finales), dando a entender que el resultado final del juicio no supondría una victoria o una derrota. El daño ya estaba hecho y el problema no se iba a solucionar por el veredicto final del juicio.
La vecina perfecta, como he comentado antes, te convierte en el salón de tu casa en jurado de este caso. Te da pie a valorar cómo fue el trato de la policía con Susan. ¿Fueron demasiado permisivos por ser blanca? ¿Se habrían comportado de la misma manera si la persona agresora hubiera sido afroamericana? Desde que se cometió el crimen hasta que fue encarcelada pasaron varios días, en las que incluso la policía se permitió el lujo de alojarla en un hotel porque decían que su domicilio no era un lugar seguro para ella. ¿Lo ves como algo lógico y normal?
En definitiva, La vecina perfecta es una película que merece ser vista para acercarnos a un problema demasiado cotidiano en los Estados Unidos, y que nos muestra los hechos tal y como ocurrieron para que cada uno pueda sacar sus propias conclusiones.
¿Qué te ha parecido la película La vecina perfecta?
La vecina perfecta
Descubre más desde No es cine todo lo que reluce
Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.