Las críticas de Daniel Farriol:
Good Boy
Good Boy es un filme de terror estadounidense que está dirigido por Ben Leonberg, que coescribe el guion junto a Alex Cannon. Un perro leal se muda a una casa rural con su dueño Todd. Allí descubre fuerzas sobrenaturales que acechan en las sombras. Mientras oscuras entidades amenazan a su compañero humano, el valiente cachorro debe luchar para proteger a quien más quiere
Está protagonizada por ‘Indy’, Shane Jensen, Arielle Friedman, Larry Fessenden, Stuart Rudin, Anya Krawcheck y Hunter Goetz. La película se estrenó en España en la Sección Oficial del Festival de Sitges 2025 y en salas comerciales el día 17 de octubre de 2025 de la mano de Filmin.
Una película de terror y un coming of age canino
Good Boy parte de la original premisa de actualizar el subgénero de casas encantadas al colocar como protagonista principal de la historia a un perro. El punto de vista del animal se convierte en el punto de vista principal de la película (y en el del espectador), algo que se reafirma mediante la posición de la cámara a la altura de sus ojos y dejando en un segundo plano la presencia del humano (o simplemente fuera de cuadro y foco).
La trama nos presenta como un hombre enfermo y su leal animal de compañía se instalan a una casa rural que se encuentra apartada de la civilización y cuyo pasado familiar alberga trágicos sucesos que la convierten en una especie de lugar maldito. Poco después de mudarse comienzan a percibir presencias extrañas en las sombras y el convencimiento de que no están solos en la casa. Es una idea básica y tratada miles de veces en el cine, la gracia aquí consiste en centrar la atención en el perro ‘Indy’ y su forma de lidiar con los fantasmas y el miedo. Para ello fue necesario grabar las reacciones del perro durante más de 400 días repartidos en 3 años (lo hizo más sencillo que es el propio perro del director).
A partir de ahí, la película cae en los mismos tópicos de siempre, con una historia que no desarrolla demasiado los temas que propone y que se ensimisma en el vacío con la misma frecuencia que el perro ‘Indy’ lo hace escudriñando todos los rincones vacíos de las habitaciones.
Una metáfora sobre la enfermedad
En realidad, lo que hace el director Ben Leonberg es ofrecer una mirada a los terrores primigenios muy similar a Skinamarink (Kyle Edward Ball, 2022), donde la arquitectura del espacio concentra las sombras y ruidos que nos asustaban a todos nosotros de pequeños, como si pudiera salir un monstruo desde cada esquina para comernos. En este caso, se cambia la mirada infantil por la mirada perruna, pero la esencia es prácticamente la misma, la de una mirada vulnerable que descubre un mundo oculto y peligroso que acaba transformando el miedo a lo desconocido en un aprendizaje vital en la lucha por la supervivencia, en ese sentido, la película también puede considerarse un coming of age canino.
De Good Boy destacan algunas set pieces concretas de terror puro (en el sótano, la del ataque a la caseta del perro, etc), también encontramos una trabajada planificación de los encuadres y de la atmósfera, con mención aparte a los momentos oníricos donde presenciamos de manera subjetiva las pesadillas del can, sin duda, una idea muy original. Sin embargo, la trama se vuelve confusa cuando se quiere vincular los hechos del pasado con los del presente, recreando una especie de maldición alrededor de la casa y la familia que se transmite de generación en generación, a hombres y, también, a perros.
Más allá de los códigos del cine de género, la película también puede leerse como una metáfora sobre la muerte y la enfermedad, sobre cómo nos consume lentamente hasta hacernos desaparecer, pero lo hace planteándolo desde los ojos de los que acompañan a los enfermos en sus últimos días para retratar el miedo a la pérdida. ‘Indy’, al que muchos quieren postular en los premios a mejor «actor» del año, conmueve en su confrontación con el mal, teniendo como único objetivo el salvar a su dueño. Por otro lado, la emotiva escena final nos plantea igualmente la necesidad de superar la oscuridad del dolor para continuar viviendo cuando dejamos atrás a los nuestros. Good Boy tiene buenas ideas en su concepción visual, pero el hype creado antes de su estreno no está a la altura del resultado final.
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Good Boy
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