Las críticas teatrales de Laura Zurita:
Don Juan Tenorio
Los versos de Don Juan Tenorio están instalados en nuestro imaginario colectivo, en un lugar que va más allá de lo teatral y de lo artístico, en un territorio mítico y popular único. Pocos versos resuenan en el alma y en la memoria de nuestra gente con la fuerza de ese famoso ángel de amor que ha ido pasando de generación a generación en el último siglo y medio.
“Quién pudiera, doña Inés, volver a darte la vida”.
Decir esos versos de siempre de manera virtuosa con la verdad teatral de hoy es volver a darle la vida a Don Juan Tenorio y volver a sentir latir una tradición teatral viva y única.
Don Juan Tenorio está dirigida por Ignacio García e interpretada por Manuela Velasco, Carles Francino, Chema León, Mario Gas, Joaquín Notario, Juanma Cifuentes, Pepe Viyuela, Diana Palazón, Vicky Peña, Chema Ruiz, Juan Manuel Navas, Chema de Miguel, Javier Gallardo, Cecilia Solaguren, María José Alfonso e Irene Aguilar y acompañados por la arpista Sara Águeda, la cantante Elena Aranoa y la actuación especial de la Escolanía de El Escorial. La obra se presentó en el Teatro Fernán Gómez del 31 de octubre al 2 de noviembre de 2024.
Revisitando un amado clásico
José Zorrilla definió su obra Don Juan Tenorio como un “drama religioso-fantástico en dos partes”, publicado en 1844. Este drama, de marcado carácter romántico, narra las peripecias de un seductor empedernido y amoral, Don Juan Tenorio, cuyo encuentro con la novicia Doña Inés lo confronta con la posibilidad del amor verdadero.
Don Juan Tenorio, rica en pasiones desbordadas, personajes idealizados, conflictos intensos y elementos sobrenaturales, tiene todos los elementos necesarios para cautivar al público, lo que ha hecho a lo largo de los siglos. Su representación tradicional el 1 de noviembre en diversos puntos de la geografía española, así como sus numerosas adaptaciones teatrales y televisivas, desde las más convencionales hasta las revisiones feministas, pasando por las decididamente paródicas, como la versión de Mercero (1974), dan fe de su perdurable popularidad. De hecho, los espectadores estaban tan enamorados del texto que no era raro que algunos de ellos susurraran largos fragmentos mientras veían la representación.
Mientras nuevas tradiciones arrasan ahora las calles el 1 de noviembre, adaptar Don Juan Tenorio a los escenarios contemporáneos es un desafío que exige una reinterpretación sensible a los valores y expectativas de un mundo que ha cambiado mucho. Debe también convencer a un público acostumbrado a un lenguaje audiovisual más dinámico y a efectos especiales sofisticados. La decisión del director ha sido optar por una dramatización, donde los actores leen el texto sobre el escenario, con elementos tanto de lectura previa como de ensayo general. Es una elección arriesgada, que ha dado buen resultado. Añadir números musicales en la clara voz de Elena Aranoa crea un ambiente de ensueño que acentúa los elementos fantásticos de la obra.
Respetar y reinterpretar el verso
La puesta en escena es una interesante y lograda combinación de elementos clásicos y modernos. El vestuario y el maquillaje son fieles al estilo de la época y resultan convincentes y elegantes. La escenografía mezcla un estilo minimalista con sólidos elementos de atrezzo, creando un espacio versátil que permite cambiar rápidamente la ambientación.
Don Juan Tenorio tiene un elenco de lujo, con intérpretes de sólida experiencia teatral. Sus interpretaciones son sólidas, y los actores demuestran una gran facilidad para manejar el verso. Sin embargo, considero que a la obra le sentaría bien un estilo más clásico de decir el texto, y que el ritmo de la recitación podría ser más pausado, lo que permitiría apreciar mejor la belleza y la complejidad del texto.
En conclusión, esta nueva producción de Don Juan Tenorio es un intento valiente de acercar un clásico del teatro español a un público contemporáneo. La puesta en escena es original y visualmente atractiva y las interpretaciones son competentes, siendo un placer que esta obra vuelva representarse en nuestros escenarios.