Las críticas de Daniel Farriol
Oddity
Oddity es un filme irlandés de terror que está escrito y dirigido por Damian McCarthy (Caveat). La historia sigue a Darcy, una médium ciega y vendedora de curiosidades, que sigue llorando la muerte de su hermana gemela tras un año desde su trágico fallecimiento. Un maniquí de madera de su gabinete de curiosidades se convierte en un elemento crucial para descubrir la verdad sobre el asesinato de su hermana.
Está protagonizada por Gwilym Lee (Boda en Top End), Carolyn Bracken (Beasts of Prey, You Are Not My Mother), Tadhg Murphy (Apocalypse Clown), Caroline Menton, Steve Wall (Fried Barry, My Foolish Heart), Jonathan French y Joe Rooney. La película se presentó en España dentro de la programación del Festival de Sitges 2024. La película ganó el Premio del Público en la 35 Semana de Cine de Terror de San Sebastián y en la sección Midnighters del festival SXSW (South by Southwest). Se ha estrenado en salas distribuida por Versión Digital y Yoda Films el 22 de noviembre de 2024.
Más terror, por favor. Gracias, Damian McCarthy
Una de las quejas habituales en los corrillos durante los últimos festivales en Sitges (extensible a la mayoría de festivales especializados en el cine de género) es que cada vez cuesta más encontrar verdadero terror. Y no es porque hayamos perdido la capacidad de asustarnos si no más bien una consecuencia del adormecimiento existente en la producción actual en cuanto a cine de género que para abarcar a un público más generalista, en muchas ocasiones, convierte el terror en una excusa para desarrollar historias dramáticas, reflexiones sociales o recrearse en el humor negro. Es curioso que a menudo se atraiga la atención del público con un premisa de terror a la que luego se renuncia, ahí tenemos el ejemplo de Nightbitch (Marielle Heller, 2024), por citar uno de estos sucedáneos modernos.
Por suerte, cada temporada cinéfila hay sorpresas inesperadas como Oddity, de Damian McCarthy, el cuál ya demostró su talento y sabiduría en el cine de género con la inquietante Caveat (2020). McCarthy, es un cineasta acostumbrado a moverse con presupuestos ajustados, efectos artesanales y escenarios únicos, pero sabe manejar el suspense clásico y la cámara con suficiente inventiva para ponernos los pelos como escarpias con el mínimo de elementos a su disposición, él no necesita de las florituras visuales del terror elevado ni tampoco de las cortapisas psicosociales que adornan el cine reciente. Lo suyo es abordar el horror desde su esencia más pura.
El terror en el nuevo cine irlandés
Se podría decir que el director irlandés se ha convertido en la punta de lanza de una generación de cineastas irlandeses que está tomando la iniciativa en el terror europeo, sin ir más lejos, otra de las grandes películas de terror de esta temporada es Fréwaka (2024), de su compatriota Aislinn Clarke, y ambos se unen a los nombres de Lorcan Finnegan, Neasa Hardiman, Jon Wright o Lee Cronin, en esa nueva generación de horrorlovers que nos llega desde Irlanda.
Este cine irlandés de terror y fantástico apela a los miedos primarios y está desenterrando las raíces del folclore cultural de su país (ya sea real o inventado) como herramienta vital para generar el miedo.
En Oddity, el guion es lo de menos, en verdad, no soportaría un análisis en profundidad. Algunos giros parecen sacados de un telefilme policíaco de sobremesa mientras que otros simplemente no tienen una explicación lógica. ¿Importa? Lo mismo que importaba en el giallo italiano de los años 70, por ejemplo. La película adquiere su propia lógica a través de un imaginario alucinante donde tiene cabida un tétrico muñeco de madera con vida propia y otros objetos malditos que regenta la propietaria ciega de un anticuario que seguro haría las delicias de los demonólogos Ed y Lorraine Warren.
El uso del espacio y la atmósfera
En ese sentido, hay que destacar el inquietante trabajo realizado por la actriz Carolyn Bracken en un doble papel. Su composición como la psíquica Darcy merecería por sí solo un spinoff para conocer mucho más de sus aventuras e investigaciones anteriores. ¡Queremos una precuela!
McCarthy consigue provocar el desasosiego en el espectador a través del uso de los espacios cerrados mediante una planificación certera en la que cada plano resulta turbador por su composición (en segundo término siempre hay una puerta, una silueta, un lugar oscuro al que temer…). Casi toda la acción acontece en el interior de una casa (sucedía lo mismo en su anterior trabajo), pero el director sabe ingeniárselas para encontrar esa esencia pura del terror a la que antes nos referíamos, gracias a una atmósfera densa y malsana cuyos potentes jump scares te pillarán desprevenido por muchas tablas que tengas acumuladas en esto del cine de terror.
Lo mejor de todo es acercarse a Oddity sabiendo lo mínimo de ella para que pueda sorprenderte con sus giros imposibles y unas imágenes espeluznantes que se te quedarán grabadas por mucho tiempo en la retina, en especial, todo lo que hace referencia a ese maniquí de madera convertido en icono del terror moderno al igual que el conejo tamborilero de Caveat. Sin duda, podemos considerar ya a Damian McCarthy como uno de los máximos exponentes del fantástico actual al que tendremos que seguir de cerca en sus próximos trabajos.
¿Qué te ha parecido la película?