Las críticas de Óscar M.:
Madame Web
Madame Web cuenta la excepcional historia de una paramédica en Manhattan que desarrolla el poder de ver el futuro y se da cuenta de que puede utilizar sus visiones para cambiarlo. Obligada a enfrentarse a sucesos que se han revelado de su pasado, crea una relación con tres jóvenes destinadas a tener un futuro poderoso, si consiguen sobrevivir a un presente mortal.
La película está dirigida por SJ Clarkson (Anatomía de un escándalo) y protagonizada por Dakota Johnson (La hija oscura) junto a Sydney Sweeney (Euphoria), Isabela Merced, Celeste O’Connor, Tahar Rahim, Emma Roberts (Scream 4), Adam Scott (Parks and recreation) y Zosia Mamet (Girls). Madame Web se estrena en cines el 14 de febrero de 2024 de la mano de Sony Pictures España.
Una tela de araña sin patrón
Es un momento difícil para las adaptaciones de superhéroes al cine, el público cree haberlo visto todo ya o ha sido incapaz de seguir el ritmo de estrenos. Madame Web llega a los cines con la intención de ampliar el universo de la saga Spider-Man, pero, como pasó con Morbius, no cumple sus expectativas.
Su irregular recorrido hace que el conjunto transmita que es peor de lo que realmente es. La introducción está plagada de diálogos poco afortunados, efectos especiales borrosos y escenas, en apariencia, inconexas. La trama remonta en su parte central pero, a pesar de su intencionado final explosivo, no consigue despegar del todo.
El juego que presenta la película entre lo que es real y lo que son visiones futuras de la protagonista es bastante desconcertante en ocasiones, consiguiendo que sea poco previsible y ese juego con el espectador es peligroso, porque se corre el riesgo de perder el interés si se abusa mucho de él, como es este caso.
Tejiendo sin control ni orden
La película está ambientada en 2003 y, realmente, parece que su incorrecto guión llevaba en un cajón desde hace 20 años y no se ha actualizado, a pesar de que han trabajado cinco personas en su redacción (entre ellos, los de Morbius). Los golpes cómicos están reducidos a escenas concretas y no se consigue, en general, un ambiente de tensión como para que sea necesario eliminar los chistes del resto del metraje.
Una de las grandes incoherencias de Madame Web es que intenta tener personalidad propia y distanciarse de la saga Spider-Man evitando cualquier tipo de referencia, pero se ve obligada a vestir al enemigo principal como si fuera un Spider-Man gótico.
El montaje no permite que conozcamos quién es realmente esa copia oscura de Spider-Man hasta la mitad de la película y no es algo que se oculte de manera voluntaria en el guión. Algo similar sucede con el recurso de utilizar a la versiones futuras de los personajes (aunque sean «no jugables»), desconcierta por la intencionalidad de incluir a esas apariciones que no afectan a la trama.
Una adaptación poco pulida
La sensación general es que Madame Web ha sido hecha con prisas para cumplir una cuota de adaptaciones de Marvel y no perder los derechos del personaje, incluso los pósters promocionales daban una pista del poco interés en la producción.
Al igual que en el guión, los efectos especiales también sufren altibajos, siendo bastante borrosos al principio y repitiendo planos en el tramo final, como si no estuvieran terminados o no tuviesen más dinero.
El reparto es un gran acierto, está plagado de caras conocidas y personajes secundarios que hacen más ameno el visionado, pero los personajes no tienen profundidad, ni hay una evolución destacada y los propuestos dramas personales no calan en la audiencia, aunque el director haya conseguido que los actores y actrices están poco forzados.
Madame Web es otra fallida película independiente de la saga Spider-Man, mejor que Morbius, pero peor que Venom. Quizás una película conjunta, como fue Spider-Man: no way home, hubiera sido mejor antes de darles una película propia plagada de errores.