Las críticas de Laura Zurita:
La Estrella Azul
En los años 90, Mauricio Aznar Müller, un famoso rockero español, viaja a Latinoamérica para reencontrarse a sí mismo y huir de sus vicios. En Argentina conoce a Don Carlos Carabajal, un músico que vive su vejez con pocos recursos a pesar de haber compuesto algunas de las canciones más famosas de su país. El anciano acoge a Mauricio como su aprendiz, iniciando el camino de un extraño dúo quijotesco.
La Estrella Azul está escrita y dirigida por Javier Macipe, y cuenta con las actuaciones de Pepe Lorente, Alberto Castrillo-Ferrer, Manuel Chacón, Josh Climent, Cuti Carabajal, Bruna Cusí, Marc Rodríguez, Catalina Sopelana, Mariela Carabajal, Noelia Verenice Díaz y Pablo Álvarez. La película se estrena el 23 de febrero de 2024 de la mano de Wanda Visión.
Viaje al sur buscando el norte
La película La Estrella Azul destaca por su singularidad, resultando difícil de encasillar en una categoría específica. Aunque la música ocupa un lugar central en la trama, no se trata de una película musical. Tampoco sigue el formato convencional de una biografía o un documental sobre un músico, sino que se adentra en un período particularmente significativo de la vida de Mauricio Aznar Müller. Él fue un poeta y músico aragonés, líder de las bandas Golden Zippers, Más Birras y Almagato. Algunas de sus canciones, como «Apuesta por el rock and roll», popularizada por Héroes del Silencio, han pasado a formar parte del acervo cultural español. A pesar de su talento como músico y su pasión por la profesión, nunca alcanzó el estrellato, en buena parte por decisión propia.
En La Estrella Azul nos encontramos en un momento crucial en la vida de Mauricio. Su fama está en aumento, podría creerse que lo tiene todo, un trabajo en el que destaca, una novia a la que ama y el futuro al alcance de su mano, pero se enfrenta a una lucha contra las drogas y un profundo vacío existencial. En busca de nuevas inspiraciones, decide viajar al corazón de Argentina, tras la esencia del que siempre había sido su ídolo, Atahualpa Yupanqui. En la Argentina rural se encuentra con un tesoro del folclore, desconocido para el resto del mundo, que solo ha oído hablar del tango. Entre las joyas de la música popular, descubre en particular las «chacareras» y con el renombrado patriarca de la música folklórica que pasa por su «padre», Don Carlos Carabajal. Los Carabajal, una familia profundamente arraigada en la música folklórica argentina, lo acogen con afecto y generosidad, a pesar de que resulta sorprendente que un músico desconocido sencillamente llame a su puerta buscando aprender.
Mirada vigorosa, admirativa y llena de personalidad
La Estrella Azul es el primer largometraje de Javier Macipe. El director recuerda con cariño que fue la propia madre de Mauricio Aznar, Ingrid Müller, la que le dio la idea de hacer una película sobre su hijo. La idea fue madurando durante años, en los que Macipe terminó conociendo a su personaje en profundidad, y se convirtió en un gran aficionado al cantante. Al final, Macipe terminó poniendo en primer plano el viaje del cantante al lejano sur en el que recuperó su alegría por la música y quizás por la vida. En una frase memorable de La Estrella Azul, Mauricio dice haber viajado al sur porque perdió el norte. Siguiendo las huellas de Mauricio, Macipe confiesa haber sentido la misma fascinación por la música popular de Santiago del estero que el mimo Mauricio, lo que se percibe en la película, que vibra de amor por la música y las tradiciones que retrata.
Macipe encara el proyecto de rodar La Estrella Azul con valentía y una mirada vigorosa, admirativa y llena de personalidad. La película está rodada con un gran sentido del ritmo y una profunda empatía por sus personajes, combinando una narrativa de tintes realistas, pegada a la tierra y la cotidianidad, con elementos oníricos o mágicos, que encajan maravillosamente en la vida tranquila y normal de los personajes. Los interiores cavernosos de la noche zaragozana se ven sustituidos por días brillantes y soleados, en los que los problemas parecer disminuir y perder importancia. Uno de los aspectos más destacados de la película es la ruptura de la cuarta pared, donde los personajes interactúan directamente con el público, trascendiendo los límites de la narrativa convencional. La película también salta algunos tramos de la vida de Mauricio, entre ellos sus tristes últimos días, centrándose en la búsqueda, el descubrimiento y el legado que quedará para el futuro.
A lo largo de la historia, se producen momentos donde, al sumergirnos en los detalles más mundanos de la vida cotidiana, experimentamos una trascendencia del tiempo y el espacio. En el papel de Mauricio Aznar, Pepe Lorente aporta humanidad, ternura y una dosis precisa de realismo. Su personaje es complejo, con virtudes y defectos, lo que da lugar a momentos de gran emotividad y ternura, como el baile de la chacarera interpretado través del filtro maño de Mauricio. El trabajo del actor ha sido fenomenal, metiéndose en la piel de Mauricio (su expresión, lenguaje corporal y acento aragonés son asombrosamente fieles) y aprendiendo a cantar y bailar para darle realismo a su personaje.
En la banda sonora, algunos de los temas son del propio Mauricio, y una excelente selección de temas del folklore argentino, con las chacareras de los Carabajal y algunas de los temas escritos por el mismo Mauricio. Los momentos de folclore estallan de vida y alegría, y muchos de ellos están interpretados por la misma familia Carabajal, en cuyo seno pareciera que los niños aprenden la música y a tocar instrumentos antes de poder caminar.
Y es que Marcipe ha combinado el uso de actores profesionales con otros no profesionales. Entre los últimos, la misma familia Carabajal, muchos de cuyos miembros recuerdan la visita de Mauricio y se interpretan a sí mismos. En concreto, Cuti Carabajal interpreta a su ya fallecido hermano, Don Carlos. Tener tantos buenos músicos a su alcance animó a Macipe a aprovechar la circunstancia, sabiendo que sería más fácil enseñar a los Carabajal a hacer sus papeles, que esperar que otros actores aprendieran a actuar con el mismo talento y brillantez. Como detalle humano y nostálgico, algunos de los actores en Zaragoza son amigos y familiares de Mauricio.
La Estrella Azul recrea el viaje de Mauricio Aznar para recuperar el amor por la música y la alegría de vivir, y llena al espectador de una buena dosis de ambos. Emotiva, valiente y personal, es una experiencia cálida y única, por lo que la recomendamos encarecidamente.
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Muchas gracias Laura por esta crítica de una película aparentemente sencilla, pero con una complejidad narrativa que es difícil de describir. Sin embargo, has encontrado las palabras adecuadas para hablar de esta ópera prima con mayúsculas que nos ha regalado Javier Macipe y el equipo técnico y humano para mostrarnos una historia sincera, tierna y atemporal. Que siga sonando el casete una y otra vez.
Muchas gracias por tu comentario. Efectivamente, una película que merece la pena ver, y creo que será una de esas que se recuerda.
Si no hubiera sido por tu crítica, creo que no me hubiera animado a ir a ver La estrella azul, así que gracias por descubrirme una de esas historias mínimas, un bello relato repleto de emotividad y autenticidad.
Muchas gracias Laura, excelente crítica y análisis de la película.
Muchas gracias por tu amable comentario. La estrella azul fue una sorpresa para mí, y veo que llegado a buena parte del público. Y gracias por leernos.