Las críticas de David Pérez «Davicine»:
Familia revuelta
Poco antes de Navidad, el caos sacude a una familia: por una extraña conjunción cósmica, los padres intercambian sus cuerpos con los de sus hijos adolescentes. Jennifer Garner, Ed Helms, Emma Myers y Brady Noon protagonizan Familia revuelta, comedia familiar dirigida por McG y basada en la novela «Bedtime For Mommy», de Amy Krouse-Rosenthal. La película se estrena el 30 de noviembre de 2023 en Netflix.
Intercambio de cuerpos: Un género por derecho propio
Jess y Bill Walker hacen lo que pueden para mantener a la familia unida mientras sus hijos crecen, se hacen más independientes y se vuelven más distantes. De pronto, un encuentro casual con un astrólogo hace que, justo la mañana del día más importante de su vida, la familia despierte con los cuerpos intercambiados. ¿Se ayudarán entre ellos para conseguir un ascenso, una entrevista en la universidad, un contrato discográfico y una prueba de fútbol?
Desde los orígenes de los tiempos, los padres tienen dificultades para entender a sus hijos adolescentes y esas diferencias suelen provocar malentendidos que, como puede comprobarse en Familia revuelta, pueden resolverse de alguna manera, aunque para ello implique cambiarse de cuerpo. Curiosamente, mientras este intercambio de cuerpos tan visto en el cine, intercambiando los padres con sus hijos sus cuerpos, ayuda a que entre ellos entiendan mejor las dificultades a las que se enfrentan los otros, se fuerza demasiado al hacer que incluso el bebe de la familia intercambia cuerpo con el perro familiar, lo que no aporta prácticamente nada salvo alguna escena de humor resultón por lo chocante que es este intercambio.
Comedia «navideña» predecible y sin sorpresas
Con tantas películas vistas con esta premisa, Familia revuelta no aporta nada a este género salvo rellenar el catálogo de una plataforma con algo de humor protagonizado por dos actores que sirven de reclamo para una parte del público, como son Jennifer Garner y Ed Helms. La cantidad de chascarrillos por minuto hace que su humor sea excesivamente forzado y sature al espectador. Ni siquiera englobarla dentro del género de comedia navideña hace que su edulcoración sea digerible con facilidad. La Navidad está presente en el fondo de la trama, por las fechas en las que tiene lugar, pero puede visionarse en cualquier momento del año, especialmente cuando quieres echarte en el sofá tras una comida copiosa y no hay nada mejor en pantalla.
Familia revuelta podría haber exprimido al máximo el humor generado por las situaciones embarazosas que abruman a esta familia con cuerpos intercambiados, pero en vez de eso pasan por encima y rápidamente por todas esas situaciones repletas de potencial, limitándose a hacer chistes fáciles y vergonzosos que nos abruman, sí, pero por aburrimiento. Chistes de «pedos y caca» ya son algo tan visto y tan infantil que no tiene sentido sean la base de una película que prometía más por su reparto y por la obra que adapta, y que bien podría haberse orientado a un público más joven, siendo claramente errónea la promoción que auguraba película familiar o para un público más adulto.
Jennifer Garner y Ed Helms no son capaces de mejorar lo que la película nos ofrece, con personajes tan estereotipados que no tienen margen de mejora, y tan sólo se dedican a seguir el devenir de los acontecimientos hasta el más que conocido y esperado desenlace. Netflix consigue una película que liderará el Top 10 de los más visto en su semana de estreno, especialmente al ofrecer algo de entretenimiento navideño con un póster repleto de rostros como reclamo, pero quedará tan solo como una mera comedia muy temporal que se verá por quienes quieran un humor blanco y fácil para ser visto en familia.
En resumen, Familia revuelta recurre al ya muy visto intercambio de cuerpos para ofrecer una comedia repleta de chistes manidos y humor fácil, no destacando por encima de la media de las comedias de la plataforma, y eso que no lo tenía difícil.
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Familia revuelta
