Reseña teatral de Laura Zurita:
Dios bendiga a Tiny
Tiny Tim es una personalidad única, que irradia ternura, así como terror con su misteriosa presencia. Todo él es un contraste de formas y estilos, una fusión entre caos y sutileza, fealdad y hermosura. En él, lo trágico y la carcajada pueden convivir en un mismo todo.
Dios bendiga a Tiny es un show de carácter multidisciplinar en forma de ritual andaluz, nuestro necesario homenaje al extravagante cantante Tiny Tim. Lo trágico y la carcajada caben en un mismo todo cuando nuestro cantante pisa el escenario, pero también la danza espasmódica y la pena negra. Un show tragicómico sobre la fama, sobre la descomposición de las celebrities y sus sombras.
La obra la representa la compañía La Tarara. Está escrita por Marie Delgado Trujillo, que también la interpreta junto con Luis Carlos Agudo. Se presentó en la Sala Tarambana dentro del marco de la X Muestra de Creación Escénica Surge Madrid en Otoño.
Una estrella efímera
La historia de Tiny Tim es interesante y única. El cantante alcanzó la fama en los años 60-70 en un show televisivo, y atraía al público por su gran voz, a pesar de su personalidad abierta y casi infantil. Su éxito fue efímero y tuvo muchos altibajos, hasta que murió en el escenario a la edad de 64 años. Su vida, única y especial, como él mismo, ya se recogió en un documental, Tiny Tim: Rey por un día (Johan von Sydow, 2020).
Marie Delgado en Dios bendiga a Tiny homenajea a Tiny Tim con una obra entre la sátira y el surrealismo, un sueño que siempre parece estar a punto de convertirse en pesadilla. Lejos de ser ser una biografía escenificada, se diferencia en eso del documental citado más arriba en que no se centra en hechos, fechas y anécdotas, sino que es más bien un retrato impresionista de los aspectos más personales del cantante.
La figura de Tiny Tim aparece ingenua hasta casi lo infantil, como un ser arrollado por su fama, al que, pese a su talento, el mundo del espectáculo le viene grande. Actúa y vive entre al asombro y la fantasía, menos cuando canta, momento en el cual el hombre callado y casi invisible parece tomar cuerpo y personalidad.
Tono locuelo
El maquillaje y vestuario tienen algo de híbrido con el teatro de guiñol, y las actuaciones adoptan el mismo tono, con los actores como marionetas de las que otros manejan los hilos. Por otra parte, los actores cantan y bailan temas de Tiny Tim con soltura y talento.
No está de más mencionar que Dios bendiga a Tiny se representa en espanglish gaditano, una mezcla de español y algo que se parece a un inglés para muy principiantes, de un tono tan locuelo como el mismo Tiny Tim. La obra tiene la lógica inconexa de los sueños, y más parece una leyenda que oscilara entre lo mítico y lo cómico. La obra se disfruta más por aquellas personas que conozcan algo sobre la figura de Tiny Tim que percibirán hasta que punto la actuación de Luis Carlos Agudo se acerca a la del personaje, remarcando que Tiny Tim era en sí mismo un espectáculo.
Dios bendiga a Tiny es una obra inventiva e impresionista sobre este cantante, que busca retratarlo desde el cariño y la admiración. Es más un homenaje que una biografía, y por eso busca la complicidad del espectador y crear un ambiente especial y festivo.