Las críticas de Laura Zurita:
Sound of freedom
Narra la historia de Tim Ballard, un ex Agente de Seguridad Nacional de Estados Unidos que dejó su trabajo para dedicar su vida, sumergiéndose en el submundo del tráfico de personas a lo largo de Latinoamérica, a intentar salvar las vidas de cientos de niños.
Sound of freedom está dirigida por Alejandro Monteverde e interpretada por Jim Caviezel, Mira Sorvino, Kurt Fuller, Bill Camp, Scott Haze, José Zúñiga, Eduardo Verastegui, Gustavo Sánchez Parra y Manny Perez. La película se estrena en España el 11 de octubre de 2023 de la mano de A Contracorriente Films.
Ríos de tinta
Sound of freedom está basada en hechos reales llevados a cabo por Timothy Ballard, activista y autor estadounidense, que en el pasado era policía y se especializó en combatir actividades pedófilas. Después del episodio recogido en Sound of freedom, fundó OUR (Operation Underground Railroad), una organización que combate el abuso sexual de menores. Aunque OUR asegura haber rescatado miles de víctimas de trata y detenido a más 750 traficantes, las declaraciones realizadas por su organización no son muy específicas y no suelen sobrevivir a un verdadero escrutinio. Ballard y OUR también han recibido críticas y quejas sobre rescates que no están documentados, y los métodos que utiliza.
La gran cobertura mediática sobre Ballard y la OUR se han extendido a Sound of freedom, que llega a nuestras pantallas precedida por comentarios que se hacen virales, rendidos seguidores y críticas furibundas. Aquí no vamos a entrar en controversias ideológicas, sobre las que ya han corrido ríos de tinta. Sound of freedom es muy clara sobre las creencias y los valores en que se basa, y dejamos a los espectadores valorar si están de acuerdo con ellos o no.
Las idea centrales de Sound of freedom, que los niños (de Dios) no están en venta, y que a los menores hay que protegerlos de violaciones, son, desde luego, unas con las que pocos estarán en desacuerdo. Pocos relativamente, pero demasiados en términos absolutos, si tenemos en cuenta las horribles cifras sobre la trata de menores. Este es un valor indiscutible de la película, sacar a la luz pública un fenómeno cruel y deleznable, con el que el cine no ha tratado mucho.
La historia que sirve de base a la película es fuerte y llena de contenido, el plan para el rescate de unos niños víctimas de violaciones, y el azaroso periplo del protagonista con el fin de llevar ese plan a cabo. No cabe duda del compromiso de Ballard y su equipo para salvar a los niños, ni de su arrojo y determinación.
Sound of freedom tiene un bueno factura técnica, y tiene un buen ritmo, que hace que el espectador lleve bien su largo metraje. La banda sonora es estupenda, vibrante y variada, y sabe reforzar las distintas fases de la acción, aliviando a veces pasajes muy duros. Las actuaciones son correctas y cumplen con su función, destacando los jovencísimos actores, que derrochan encanto y talento.
La película elude, con muy buen tino, mostrar las vejaciones a las que se somete a los niños y las violaciones y torturas suceden fuera de campo. No obstante, la mera visualización del contexto de estos actos es incómoda y dolorosa, y no se puede ver sin sentir una cierta desazón.
El resultado, no obstante, es irregular y tiene algunos fallos de base. En Sound of freedom la figura de Ballard se ensalza en extremo, y el personaje tiene una pose continua de héroe un tanto exagerada, hasta cuando está en su oficina o en casa con su familia. También los hechos que se relacionan con el nombre de Ballard, Timoteo en español, rezan lo truculento. El guion, por último, es a veces demasiado literario, como si los personajes fueran figuras iluminadas, en momentos en los que se esperaría un lenguaje más ordinario. Son fallos menores, pero empañan una película que tiene muchos ingredientes para ser buena, y que resulta extremadamente atractiva por ser muy reveladora a la vez que entretenida.
Imágenes demoledoras
Sound of freedom termina mostrando fotografías de las acciones reales en las que se basa, y grabaciones de secuestros de niños, que son demoledoras. Qué fácil resulta para los delincuentes hacerlo, y qué tremenda la realidad de unas acciones que muchos espectadores poco sospechaban.
Por último, hay un mensaje postcréditos, en las que el protagonista habla directamente a los espectadores, sobre Sound of freedom y una campaña que llevan a cabo para extender el visionado de la película. Compararse con la maravillosa La cabaña del Tío Tom, de Harriet Beecher Stowe (1851), en repercusión pública suena muy ambicioso, pero es refrescante ver a personas tan comprometidas con una labor que será importante para muchos hombres y mujeres del mañana.
Sound of freedom es una película de acción con buen ritmo, una estupenda sonora, que evita con elegancia las escenas explícitas, aunque dista de ser redonda. Ha hecho correr ríos de tinta, en su aspiración a llamar la atención del público sobre el terrible drama del tráfico de menores, lo que consigue con creces.