Las críticas de Laura Zurita:
Jeanne du Barry
Jeanne, una joven de clase trabajadora ávida de cultura y placer, utiliza su inteligencia y su atractivo para ascender uno a uno los peldaños de la escala social. Se convierte en la favorita del rey Luis XV, quien desconociendo su condición de cortesana, recupera a través de ella su apetito por la vida. Se enamoran perdidamente. Contra todo decoro y etiqueta, Jeanne se traslada a Versalles, donde su llegada escandaliza a la corte.
Jeanne du Barry está dirigida y protagonizada por Maïwenn, acompañada en el reparto por Johnny Depp, Benjamin Lavernhe, Melvil Poupaud, Pierre Richard, Noémie Lvovsky, Pascal Greggory, India Hair, Robin Renucci, Marianne Basler, Suzanne De Baecque, Capucine Valmary, Patrick d’Assumçao, Laura Le Velly, Diego Le Fur, Pauline Pollmann, Thibault Bonenfant, Micha Lescot, Djibril Djimo, Ibrahim Yaffa, Emma Kaboré Dufour y Loli Bahia. La película se estrena en España el 22 de septiembre de 2023 de la mano de Notorious Pictures.
Un romance para la historia
La relación entre Luis XV y la condesa Jeanne du Barry es uno de esos romances que han quedado para la historia y, casi, para la leyenda. Como en los cuentos de hadas, el rey se enamora de una mujer plebeya y pobre y la hace su compañera hasta su muerte.
La realidad, por supuesto, tiene sus sombras. Jeanne era de origen humilde, y su viaje a la corte no fue de cuento, sino que pasó por aprietos, abandonos y burdeles, probablemente de forma bastante más cruda de la que nos presenta Jeanne du Barry. En la película, por cierto, de manera bastante provocadora, se afirma que la prostitución fue la liberación de Jeanne, y la única salida liberadora para mujeres pobres, afirmación que se podía discutir muy mucho.
El hecho de que el amor llevara a una mujer de la plebe a ser compañera del rey francés es romántico y lleno de encanto. A ello se añade que Jeanne parece haber sido una mujer con gusto por lo natural y poco partidaria de las convenciones, en una corte tan rígida y encorsetada como lo era la de Versalles. Amor, fasto y rebeldía construyen un coctel colorido y atractivo, y no es de extrañar que la directora, Maïwenn, haya querido llevarlo a la pantalla.
Jeanne du Barry es cine de época de construcción, estética y estilo clásico. La narración es cronológica y nos lleva por la biografía del personaje, desde su nacimiento a su aciago final, a través de una voz en off omnisciente, culta y cuidadosamente modulada. La dirección y la puesta en escena son correctas y cuidadas, y no obstante carecen de brillantez y originalidad. Es difícil comparar con obras que también quieren dar un enfoque moderno a mujeres en distintos periodos de la historia, como Marie Antoniette (Sofía Coppola, 2006), o La emperatriz rebelde (Marie Kreutzer, 2022).
Todo un placer visual
Dicho esto, Jeanne du Barry es todo un placer visual, por los decorados, los suntuosos salones y los jardines de Versalles, y por el modo en que se nos retrotrae en el tiempo. La ambientación es cuidadosa, desde los salones hasta los modales de los cortesanos. El trabajo de peluquería y vestuario es impecable, y, como en todas las obras de este periodo, cuesta comprender como esas personas podían manejarse y moverse con una envoltura tan complicada.
Jeanne es un personaje atractivo y no es de extrañar que la directora se lo haya reservado para sí, y por desgracia le viene un poco grande. El personaje muestra rebeldía y seguridad en sí mismo, pero le falta carisma y capacidad de mostrar emociones.
Johnny Depp tiene, como siempre, una gran presencia escénica. Sin embargo en Jeanne du Barry parece estar dirigido para parecer extremadamente introvertido y pasivo, por lo que es difícil saber lo que piensa y siente, y su conexión y sintonía con Jeanne se queda en un postulado, no trascendiendo la pantalla. Hoy una escena entrañable, en la que el rey se somete a la rutina matinal en presencia de la corte, en la que sí está juguetón y comunicativo, pero, desafortunadamente, en el conjunto de la película, es una excepción y no la regla.
En un papel de reparto, pero crucial, aparece Benjamin Lavernhe como La Borde, un personaje cálido y lleno de recursos, con el que empatizamos y al que resulta fácil comprender.
Jeanne du Barry es una película de época de corte clásico, en cuanto a narrativa, a su estética, su construcción y su puesta en escena. Visualmente muy atractiva, le falta originalidad y emoción para sacar partido a su gran reparto y a la gran mujer que le sirve de tema.
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Jeanne du Barry
Aquí hay alguien que sabe lo que es tener una riqueza obscena y un séquito de lacayos que satisfacen todos sus caprichos, pero nunca le dan un momento de paz. Con una encantadora media sonrisa y poniendo los ojos en blanco, nos muestra lo aburrido que está Louis con el galimatías, y podemos ver por qué podría sentirse atraído por la irreverente Jeanne. Desafortunadamente, su irreverencia no dura. Una vez instalada en el Palacio de Versalles, las hijas adultas de Luis (caricaturizadas como las hermanas feas de Cenicienta) se escandalizan de que un plebeyo ande pavoneándose. Pero su influencia radicalizadora equivale a iniciar una moda de llevar vestidos de rayas.
P.d. Me gustaría muchísimo tener el premio de «LOS MERCENARIOS 4» (camiseta, molchila, etc…).
GRACIAS DAVIDE.
UN SALUDO.