sábado, febrero 24, 2024

Crítica de ‘La prudencia’: Lo grotesco y lo irracional – Teatro

Las críticas teatrales de Laura Zurita:
La prudencia

Dos amigas, Margarita y Trinidad, se juntan para celebrar el fin de año. Quizá el año que viene será mejor. Alguien llama a la puerta. ¿Será su amiga Nina? La prudencia y el miedo al otro que se generaliza en las sociedades desemboca en paranoia, disparate y absurdo, e incluso en crueldad. Esta comedia negra aúna humor y reflexión sobre el lado más oscuro del ser humano, capaz de justificarlo todo para salvar la fiesta.

La prudencia es una obra de Claudio Gotbeter. La obra, producida por La Polaca Teatro, está dirigida por Luis Alain Basadre  y protagonizada por Susana Inés Pérez, María Resano Zuazu y María Rodríguez Pageo. Se representa en La Sala de Madrid los domingos del mes de marzo.

Teatro | Crítica de La prudencia: Lo grotesco y lo irracional

Tragicomedia con toques de absurdo

La prudencia es una tragicomedia con toques de teatro del absurdo. Un día de Nochevieja, Margarita y Trinidad comparten una celebración más bien triste en un cuarto pequeño y oscuro. No saben qué decirse, salvo los más manidos lugares comunes, ni de qué hablar, sino de sus penas más bien neuróticas. Las señoras compiten acerca de cuál está más enferma, más triste y sola, y quién sabe el secreto más inconfesable. A tanta alegría se le une además el miedo cuando llaman a la puerta. Las señoras invocan la prudencia ante una situación así, prudencia que es en realidad el terror más abyecto por aquello que pueda ser desconocido.

El autor nos recuerda que a menudo la prudencia es utilizada como un recurso para no abrirle a nadie la puerta, ni en el sentido literal ni en el figurado. La prudencia muestra que una persona asustada puede ser de lo más peligroso. Los miedos proyectan las fantasías de las personas hacia el exterior, y pueden provocar fantasmas que sacan los lados más oscuros de las personas.

Poco importa que la persona que llama a la puerta sea Nina o no, el miedo escondido en los corazones de Margarita y Trinidad es ya imparable. Ellas achacarán sus actos al estado del mundo, a los demás, a quien sea, menos a ellas mismas. Y lo peor es que lo que se dice en La prudencia, después de todo, es bastante parecido a reflexiones que podemos oír todos los días, es cualquier conversación o en las noticias sensacionalistas.

Teatro | Crítica de La prudencia: Lo grotesco y lo irracional

Buscando el lado grotesco

La prudencia es un texto abstracto y lleno de significados, y habría muchas formas distintas de representarlo. En esta ocasión, Luis Alain Basadre ha preferido acentuar la vertiente del teatro del absurdo, y el lado grotesco de la tragicomedia.  Margarita y Trinidad están fuertemente maquilladas, casi como si fueran payasos tristes, y sus movimientos recuerdan a marionetas o muñecos de guiñol. Margarita, sobre todo, parece más que otra cosa un fantasma, con sus ojeras y su palidez, en tanto que Trinidad está visiblemente hundida en la pasividad y el luto.

La Sala Madrid es muy acogedora, y da un contacto muy cercano con los actores. Esto es una ventaja porque nos parece estar viviendo dentro de la obra, pero, por otro lado, hace que los espectadores de las filas de atrás pierdan los detalles de la obra que suceden cerca del suelo en La prudencia.

En resumen, La prudencia es una tragicomedia grotesca y triste, que nos recuerda lo peligrosas que son las personas atrapadas en el miedo.


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