Las críticas de Laura Zurita:
Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones
Adaptación cinematográfica del primer juego de rol de la historia, publicado por primera vez en 1974. Un ladrón encantador y una banda de aventureros increíbles emprenden un atraco épico para recuperar una reliquia perdida, pero las cosas salen rematadamente mal cuando se topan con las personas equivocadas. Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones lleva a la gran pantalla el rico mundo y el espíritu lúdico del legendario juego en una aventura hilarante y llena de acción.
Dungeons and dragons: Honor entre ladrones está dirigida por Dave Arneson y John Francis Daley, y cuenta con un reparto de lujo: Chris Pine, Michelle Rodriguez, Regé-Jean Page, Justice Smith, Hugh Grant, Sophia Lillis, Chloe Coleman, Jason Wong, Daisy Head y Sophia Eleni. La película se estrena en cines el 31 de marzo de 2023 de la mano de Paramount Pictures.
Espada y brujería, un mundo de maravilla
El género de espada y brujería ha dado muchas alegrías a los aficionados (más o menos confesos) a lo largo de los años, con películas tan distintas como Lady Halcón, Conan el Bárbaro, Cristal oscuro o los largometrajes del universo Tolkien, por citar solo unas pocas. No obstante, sigue siendo posible hacer películas con enfoques diferentes y fecundos, como el que se nos presenta ahora con Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones, que es, además, una adaptación del conocido juego de rol.
Con mucho acierto, el equipo creativo de Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones ha decidido rebajar el tono heroico, subir el humor irónico, y dejar la acción en manos de una banda un tanto disparatada. La componen un simpático pícaro perdedor, una madrastra bárbara, un brujo de pacotilla y una medio hada, que combatirán a pérfidos villanos, desde un nuevo rico tramposo hasta una bruja triste, y de paso, un desharrapado ejército de zombies avant la lettre.
El guion es rapidísimo e ingenioso, y los autores se permiten chistes, exageraciones, improbabilidades y autorreferencias, estableciendo de esta manera una complicidad gozosa con el espectador. De hecho, Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones tiene un tono de suave ironía, que no molesta a los más jóvenes y es disfrutado al máximo por los algo mayores. Es como una aventura que sabe que está siendo contada, como cuando Simon Aumar explica a sus camaradas (y al espectador, de paso) que la magia no es un recurso omnipotente. De hecho, el tono de Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones recuerda no poco a Guardianes de la Galaxia, cuyo desenfado y agudeza siguen muy vivos tantos años después de su estreno.
Para disfrutar de Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones tenemos que aceptar sus premisas, ejerciendo a sabiendas y con gusto la suspensión de la incredulidad. La película transcurre en un mundo de maravilla, con magos, dragones, conjuros y maldiciones. Los sucesos más increíbles y las más inusitadas de las casualidades pueden darse y se dan. Los personajes tienen caracteres del todo punto extremos, para bien y para mal, y algunos de ellos, como Doric, la bruja triste, sobrevuelan la vida con poderes de fábula, pero sin involucrarse en ella. Una vez asumido esto, podemos relajarnos y disfrutar a todo tren. Las más de dos horas de metraje que no se hacen en absoluto largas, porque están llenas hasta el borde (y hasta desbordan) de acción, aventuras, giros, narraciones, y humor, mucho humor, que sorprende, deleita y entretiene, y nos hace reír con ganas en varias ocasiones.
Buen guion y buena técnica
El guion es ágil y rápido en Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones pero de vez en cuando, para que no nos quedemos sin aliento antes de tiempo, se ralentiza y nos da un respiro. Los diálogos son burbujeantes y ocurrentes, y los personajes están bien dibujados, de tal modo que cada uno tiene su tono. Para disfrutar al máximo del ingenio y la brillantez de las conversaciones es recomendable ver la película en versión original. Y, desde luego, merece la pena verla en pantalla grande. Las peleas, los colores y los efectos especiales, muchos y buenos, están hechos para disfrutarse a lo grande por toda la familia. Y no hace falta escudarse en hijos, sobrinos o ahijados varios, Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones también es apta para el público adulto, tanto para los nostálgicos del juego como para los neófitos del mismo, como esta redactora.
Técnicamente Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones está bien rodada, con una cámara que no hace alardes pero siempre encentra el plano adecuado para cada situación. Es ágil y dinámica en las escenas de acción, con mano firme y sin marear. También sabe comunicar calma cuando quiere acompañar a los actores en momentos emotivos. Y la banda sonora acompaña perfectamente, animando las escenas alegres y suavizando las tristes, e incluso, a veces, transmitiendo el sutil tono de ironía que tiñe todo la película.
Reparto rutilante
El elenco de Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones es rutilante y variado, porque también el cine de espada y brujería funciona mucho mejor cuando se elige bien el reparto. A Chris Pine (Edguin Darvis) le sienta bien su papel, ya que el actor tiene la planta y la apostura del héroe, y el talento cómico del pillo. Su personaje es un superviviente, un pillo redomado de verbo fácil, echado para adelante aunque lo haya perdido casi todo. Borda también sus momentos de ternura y tristeza, con un toque cálido, pero sin exagerar. Le da la réplica Michelle Rodríguez (Holga la bárbara) con una actuación muy física, y una adusta forma de ternura. Rodríguez funciona perfectamente en las escenas intimistas como una combinación ganadora de ternura y músculos. Hugh Grant (Forge Fitswilliam) encarna a un villano y eso no pasa a menudo. Su personaje es una fina caricatura de sus galanes habituales, y el actor se luce haciendo algo tan difícil como fingir que actúa mal. Un estupendo hallazgo es Xenk, el paladín, tan serio y literal él, casi al borde de la caricatura, pero el buen actor que es Regé-Jean Page nos deja ver chispas de ingenio en los ojos mientras mantiene su épica cara de poker.
Dungeons & Dragons: Honor entre ladrones es una película ingeniosa y brillante, en la que magia, aventura y humor, en conjunción perfecta, se alían para crear una divertidísima experiencia cinematográfica.
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