sábado, febrero 24, 2024

Crítica de ‘El prodigio‘: Un moderno drama de época sobre el poder de las historias

Las críticas de Laura Zurita:
El prodigio

Drama psicológico, ambientado en 1862, que sigue la historia de una enfermera inglesa, Lib. La joven es trasladada a un recóndito pueblo irlandés para tratar a una niña, Anna, que, según cuentan, ha conseguido sobrevivir sin ingerir ningún alimento durante meses. El prodigio es una película dirigida por el chileno Sebastián Lelio e interpretada por Florence Pugh, Kila Lord Cassidy, David Wilmot y Niamh Alga. La película se estrena en Netflix el 16 de noviembre de 2022.

Un moderno drama de época

Sebastián Lelio es un director que ya ha mostrado su capacidad de mostrar a protagonistas fuertes a los que no les importa nadar contracorriente, como en  Gloria (2012)  o Una mujer fantástica (2019). En esta ocasión dirige un drama de época, en el que tanto las protagonistas como el tema son sorprendentemente modernos. El prodigio es una película sobre el poder de las narraciones. Las escenas del principio y el final, en las que se nos recuerda que estamos viendo una obra que transcurre en decorados y, en otro nivel, que la vida tiene mucho de teatro, enmarcan una historia donde nos movemos entre la realidad y la ficción. 

En un pequeño pueblo irlandés hay mucho revuelo por el caso de una niña que lleva meses sin comer. Para investigar el caso se llama a dos enfermeras, una religiosa y una seglar. Ambas darán sus comentarios y conclusiones sobre este hecho misterioso y, en apariencia, sobrenatural. Anna, la niña en cuestión, vive en un hogar profundamente religioso, y es una creyente ferviente y convencida. La fe es el marco de sus vidas, y parece estar aun sobre la salud e incluso la vida de la pequeña. La enfermera, en cambio, busca explicaciones y razones para el fenómeno en la naturaleza y en la ciencia. En su intento por comprender, va creando una relación de complicidad con la pequeña.

Las dos protagonistas de la película, Lib  y Anna,  son muy diferentes, en edad, formación, creencias y posición, pero la relación entre ellas es fuerte, y se describe con certeza y ternura. Capa tras capa, vemos descubriendo las razones de Ana y las motivaciones más profundas. La religión no es el punto central ni el origen de la decisión de la niña, pero sí un marco en el que encuadrar algo más íntimo y personal. El proceso de descubrimiento y el momento de la revelación, aunque tratados con tacto y sensibilidad, son conmovedores y el punto álgido de la película, que después pierde algo de intensidad. 

Narrada con elegancia

Durante la primera mitad de El prodigio se nos dan pistas de lo que sucede en realidad: fotos de un hijo ausente, el férreo autocontrol que la madre mantiene en todo momento, y el juego de Anna con las estampas de santas (atención al diálogo de Lib y la niña en esa escena), por ejemplo, son piezas de un rompecabezas que Lib tiene que recomponer. 

También los colores dan mucha información sobre los personajes. Durante casi toda la película, Lib está vestida de azul, como una Virgen María viuda y sin hijos, como una madre celestial,  vigilante y protectora. Anna va de blanco desvaído, la imagen misma de la inocencia apagada y triste. Ambas, al final, se liberan del marco que las oprime, y acercan sus paletas de color, indicando que pueden pasar  a estar en el mismo bando. 

Lelio cuenta su historia con sensibilidad y elegancia, y se toma su tiempo para hacernos comprender mejor a los personajes y simpatizar con ellos. Los pinta en colores que recuerdan a los cuadros de Vermeer, realzando la austera belleza de la Irlanda rural, y de las personas que luchan por su supervivencia en un entorno duro, casi hostil, con el fantasma de las hambrunas de 1945 y 1949 sobre sus cabezas.

Excelentes interpretaciones

Como ya se ha mencionado, la relación entre Anna y Lib es central en la película, y las escenas entre ambas tienen una intensidad y una verdad que deslumbran. Kila Lord Cassidy es Ana la niña en ayunas. Actúa con una madurez y una intuición que conmueven en un personaje que conoce más de la vida y del dolor de lo que podría pensarse en un principio. Es confiada e ingenua, pero eso no significa que no comprenda la realidad y lo que le pasa.

Y Florence Pugh, portentosa, es Lib, una mujer con experiencia y capacidad de decisión y que sabe lo que quiere y lo que desea. Es un papel difícil, lleno de cicatrices y de fuerza, que tiene que actuar de forma contenida en un mundo que le pide que sea sumisa. Lib es una mujer moderna embutida en trajes de época. Pugh demuestra una vez más que es una de las mejores actrices de su generación, y que elige sus papeles con cuidado y acierto. Y atención a la figura de la monja, un papel pequeño, pero importante, que encierra mucha más vida de lo que su impresionante aspecto pueda hacernos creer. 

El prodigio es una obra narrada con sabiduría y elegancia, y el retrato de dos mujeres que luchan, cada una a su manera, en el seno de una sociedad intolerante y opresora.


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El prodigio

7.5

Puntuación

7.5/10

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