No es cine todo lo que reluce se ha desplazado hasta el 55 Festival de Sitges 2022. Cada día os contaremos nuestras primeras impresiones sobre todas las películas que tengamos la oportunidad de ver, así como todas otras cosas interesantes que sucedan en estos días tan señalados y dedicados al mejor cine fantástico y de terror que se estrenará en los próximos meses. Hoy en Sitges 2022 os hablamos de las películas: Halloween Ends (Halloween: El final), Lynch/Oz y Hasta los huesos: Bones and All.
HALLOWEEN ENDS (HALLOWEEN: EL FINAL)
Dirigida por: David Gordon Green
Intérpretes: Jamie Lee Curtis, Andi Matichak, Rohan Campbell
País: Estados Unidos
Oficial Fantàstic – Fuera de Competición
Sinopsis: Laurie Strode se enfrenta por última vez a la encarnación del mal, Michael Myers, en una confrontación decisiva que nada tiene que ver con lo que se ha visto hasta ahora en la saga. Aunque esta vez solo uno de los dos sobrevivirá.
Nuestra opinión: Halloween Ends, el esperado cierre de la trilogía de David Gordon Green que prometía un capítulo final (definitivo) para la franquicia creada en 1978 por John Carpenter, no dejó satisfecho casi a ninguno. Algo olía a chamusquina en el ambiente cuando una semana antes de comenzar el festival la distribuidora del filme decidió cancelar los pases previstos para dejar un pase único el día antes de su estreno en salas comerciales, un movimiento extraño que daba a entender la poca fe que tenían en la película y que no querían comentarios negativos sobre ella que pudieran perjudicar la taquilla. Sea como fuere, lo cierto es que la película reafirma la decadencia en que vive sumida la saga y la confrontación final entre Michael Myers y Laurie Strode ofrece más sombras que luces.
La tercera parte del reboot creado por David Gordon Green nos vuelve a llevar a la «tranquila» Haddonfield donde, cuatro años después de la muerte de su hija, Laurie se dedica a hacer de casamentera para su nieta Allyson (¡menudo ojo tiene en su elección!). El primer error de la película es olvidarse de Myers para centrarse en un nuevo personaje, Corey, un joven que mató accidentalmente a un niño cuando hacía de «canguro» que ahora sufre el desprecio y el acoso de los habitantes del pueblo. Asistiremos entonces al aprendizaje del mal, a la transformación de una persona en un asesino sin escrúpulos, y es que tanto Gordon Green como Rob Zombie optaron por humanizar al monstruo o, al menos, convertirlo en un psicópata humano que se aleja de la idea inicial que tenía Carpenter de crear una encarnación del mal mucho más abstracta.
Halloween Ends toma decisiones bastante discutibles por el camino como que Michael Myers decida perdonar la vida a alguien, trabaje en equipo o preste su máscara (¡sic!), mientras se recupera de sus heridas oculto en un túnel como si fuera «El fantasma de la ópera». Durante más de la mitad de la película la sensación es que la película no tiene nada que ver con la saga original y solo en el tercer acto, con el enfrentamiento cuerpo a cuerpo entre Laurie y Myers, sentimos verdaderamente que estamos viendo otra entrega de Halloween. Ahí se toman nuevas decisiones que no gustarán a todo el mundo, pero al menos las escenas están a la altura de lo que espera cualquier fan del slasher. Solo puede quedar uno, ¿quién ganará la batalla final? Halloween Ends pone un olvidable broche a la resurrección de Myers propuesta por David Gordon Green, aunque no tengo tan claro que venga pronto cualquier iluminado a realizar otro reboot que reactive nuevamente una franquicia que sigue dando rendimiento económico.
LYNCH/OZ
Dirigida por: Alexandre O. Philippe
Intérpretes: Karyn Kusama, John Waters, David Lowery
País: Estados Unidos
Sitges Documenta
Sinopsis: Alexandre O. Philippe disecciona el universo de uno de los grandes genios del cine contemporáneo, revelando la influencia de El mago de Oz en la obra de David Lynch.
Nuestra opinión: Alexandre O. Philippe se ha convertido por derecho propio en un experto documentalista que lleva años estudiando el cine de género más significativo de las últimas décadas como demuestran sus análisis de Psicosis (Alfred Hitchcock, 1960) en la maravillosa 78/52. La escena que cambió el cine (2017), de El Exorcista (William Friedkin, 1973) en Leap of Faith: William Friedkin on The Exorcist (2019) o de Alien: el octavo pasajero (Ridley Scott, 1979) en Memory: The Origins of Alien (2019), por citar solo algunos ejemplos recientes. Ahora nos trae un nuevo trabajo, Lynch/Oz, con el que se adentra en los paralelismos existentes entre la obra de David Lynch y una de las películas de cabecera del director, El mago de Oz (Victor Fleming, 1939), cuya estructura sirve igualmente para determinar la temática de muchos otros filmes contemporáneos.
El documental se divide en 6 capítulos independientes que forman un caleidoscopio bastante completo sobre la influencia de Oz en el cine de Lynch, algo que yo mismo analicé en diversas ocasiones a lo largo de mis críticas en el Ciclo David Lynch que le dedicamos este año en No es cine todo lo que reluce. En cada uno de esos 6 capítulos se recrean las reflexiones particulares de distintas personas sobre el mismo tema con un enfoque distinto a la vez que complementario donde, por ejemplo, veremos fotogramas comparativos que funcionan en paralelo en los mundos de Lynch/Oz, así como otras cuestiones más globales acerca de la creatividad en el cine. Las seis voces seleccionadas para destripar esa conexión mágica son las de Amy Nicholson, Rodney Ascher, John Waters, Karyn Kusama, Justin Benson/Aaron Moorhead (dueto que asistió a Sitges para presentar su propia película a competición titulada Something in the Dirt) y David Lowery.
Como suele pasar en los filmes episódicos cada fragmento tiene una entidad propia que dota al conjunto de cierta irregularidad. Algunos narradores como John Waters deciden hablar más de sí mismos que del propio Lynch, pero las distintas visiones de los cineastas enriquecen nuestra percepción sobre la influencia de Oz en películas como Corazón salvaje (1990), Mulholland Drive (2001) o Una historia verdadera (1999), aunque posiblemente las reflexiones más profundas y certeras sean las que profesan Kusama y Lowery. Lynch/Oz es un documental ideal para los menos iniciados en el cine del director de Missoula para así encontrar claves ocultas que hagan más accesible su obra, sin embargo, los que conozcan sus películas con más detalle sentirán que los análisis no descubren nada nuevo, aunque sea siempre un placer acercarse al cine de Lynch.
HASTA LOS HUESOS: BONES AND ALL
Dirigida por: Luca Guadagnino
Intérpretes: Taylor Russell, Timothée Chalamet, Mark Rylance
País: Estados Unidos
Oficial Fantàstic – Clausura
Sinopsis: Maren, una joven abandonada por su madre que está aprendiendo a sobrevivir en los márgenes de la sociedad, y Lee, un vagabundo intenso y sin rumbo, se enamoran e inician un viaje por las carreteras secundarias de los Estados Unidos de la era Reagan.
Nuestra opinión: No soy un fan declarado del cine de Luca Guadagnino, pero tengo que reconocer que Hasta los huesos: Bones and All me ha interesado bastante más de lo habitual. Su última obra coge como referencia el paisaje emocional de Malas tierras (Terrence Malick, 1973) para crear un drama romántico en formato de road movie que está protagonizado por una pareja de caníbales. Son dos bestias heridas con piel humana que viven su maldición igual que los vampiros espirituales de Anne Rice, pero bajo el aspecto teen crepuscular de los creados por Stephenie Meyer. La sensación adolescente de ser diferente y que te aísla de los demás, se lleva hasta las últimas consecuencias en un filme donde los comedores de carne se transforman en nómadas solitarios que luchan contra su verdadera naturaleza. Maren y Lee se encuentran por el camino en esa huida de sí mismos y, por un instante, vuelven a sentirse humanos a través del amor, aunque su condición animal les perseguirá siempre…
Guadagnino dulcifica la historia de los caníbales mediante una fotografía preciosista y una música de sonoridad romántica que convierte ese viaje en un regalo envenenado para el público juvenil que, tal vez, no espere hallar tanta oscuridad en las reflexiones que plantea acerca de la angustia adolescente y la búsqueda identitaria a través del dolor. Taylor Russell está espléndida en el papel de una joven ingenua que debe madurar a dentelladas si no quiere ser devorada por la vida que le rodea, mientras que Chalamet aparece en escena con una pose impostada que le coloca entre el nihilismo de la Generación Beat de los años 50 y los hipsters actuales. El robaescenas acaba siendo Mark Rylance con el inquietante personaje de Sully, un fetichista que se obsesiona con la inocencia de Maren y que lleva consigo una trenza con los cabellos de todas sus víctimas a modo de trofeo/recuerdo, en el fondo, también está buscando a alguien con quién compartir su travesía.
El gran acierto del filme es presentar un bonito coming of age de amores adolescentes tras la cortina de un drama existencial sobre criaturas malditas que entronca a la perfección con la tradición del vampiro y otras bestias malditas, convirtiendo aquí el acto de canibalismo en una forma de deseo irrefrenable hacia el prójimo y, finalmente, en una poética simbiosis para la unión de los cuerpos que se aman. Es gracioso que Guadagnino firme ahora una historia de amor entre caníbales contando con la presencia de Timothée Chalamet que fue compañero en el intercambio de fluidos de Call Me by Your Name (2017) con Armie Hammer, actor que precisamente fue acusado en la vida real de practicar canibalismo, así que una versión de la película con ellos dos como protagonistas hubiera tenido mucho más morbo.
En una nueva comparativa vampírica, podríamos situar la aventura de Hasta los huesos: Bones and All entre Jóvenes ocultos (Joel Schumacher, 1987) y Los viajeros de la noche (Kathryn Bigelow, 1987), pasando ambas referencias por el filtro filosófico-vital malickiano con el que Guadagnino arriesga más de lo previsto al concentrase en lo psicológico e ir más allá de una efectista puesta en escena videoclipera. Así pues, nos ofrece una historia de amor diferente y mucho más siniestra de lo habitual que, además, nos permitirte gozar escuchando los temazos que recoge su banda sonora como el «Atmosphere» de Joy Division u otros de New Order, Leonard Cohen o Kiss. Para mí, este romance antropófago es un sí.
