Las críticas de David Pérez «Davicine» en el 70 Festival de San Sebastián:
Runner
Tras la súbita muerte de su padre, Haas conoce a Will. Runner es la historia de dos jóvenes desconocidos que se encuentran a través del vasto paisaje de Estados Unidos. Escrita y dirigida por Marian Mathias, está protagonizada por Hannah Schiller, Darren Houle, Jonathan Eisley y Gene Jones. La película se presenta en España en la Sección Oficial de la 70 edición del Festival de San Sebastián.
Las ventajas de los festivales
Marian Mathias (Chicago, EEUU. 1988) es máster en Bellas Artes por la NYU Tisch School of the Arts, y ha dirigido los cortometrajes Two Tomatoes (2012), Palisades (2016) y Give Up The Ghost (2017), que formó parte de la selección oficial del Festival de Cannes.
Runner, su primer largometraje, fue elegido para la residencia Cinéfondation de Cannes, el Torino FeatureLab, donde ganó el Premio Creative Europe Media, y el Venice Production Bridge, y se presentó a nivel mundial en el Festival de Toronto, dejando patente lo que siempre suele pensarse, y es que hay películas destinadas al circuito de festivales, con difícil posibilidad de distribución, pero que encajan perfectamente en estos huecos donde los espectadores buscan apuestas arriesgadas y diferentes que de otra forma no se podrían posiblemente ver.
El debut en el largo de Marian Mathias es una de esas películas que podrían pasar desapercibida si no estuviera en la programación de un festival como Toronto o San Sebastián, y nos cuenta una historia atemporal en la que una chica de 18 años se enfrenta a la repentina muerte de su padre y su vida da un giro inesperado cuando lleva a cabo su último deseo de este de ser enterrado en su ciudad natal junto al Mississippi.
Lo breve… a veces podría ser más breve
Runner es una historia interesante, con una ambientación lúgubre, que encaja perfectamente en la oscuridad en la que se ve sumida la protagonista tras la perdida de su padre. Por desgracia, esta historia bien podría haberse contado en un cortometraje, y quizás hubiera logrado un mayor impacto en el espectador al no tener que ver cómo se extienden algunas secuencias para lograr llegar al menos a sus escasos (aunque parezcan más) 76 minutos de duración.
Estar ubicada en un momento temporal no precisado, pero si pretérito, otorga un halo de misterio a la película que parece ser intencionado para quedar como un mero recuerdo que se desvanece en la memoria de sus protagonistas. El espectador, por su parte, tendrá más facilidad en recordar los acontecimientos que nos muestran dada la escasez de los mismos y el aletargado ritmo de las escenas, desarrollándose muchos acontecimientos de forma particularmente lenta, aunque en menos de hora y media veamos muchos días en la vida de los implicados.
El clima como protagonista principal
Dado el letargo en el que parecen vivir los personajes, para quienes el tiempo se estancó hace mucho y viven con una ausencia de revoluciones en su día a día, el clima es quien marca el devenir de los acontecimientos, pues las intensas lluvias hacen que Haas tenga que permanecer más tiempo en su destino temporal para enterrar a su padre cuando se sequen las tumbas, y donde consigue vivir nuevas experiencias junto a Will, que viaja en busca de trabajo para poder mantener a sus padres en el oeste.
Gracias al clima se conocen Haas y Will, por las intensas lluvias comparten vivencias que los unen, y se establece una amistad que crece por momentos ante la sensación compartida de que están destinados a caer aún más hondo, y que acabará costándoles aún más salir adelante. Entre una amistad y una relación en ciernes, somos testigos del frágil vínculo que une a estos jóvenes, y si el clima juega un papel relevante en su «relación», la fotografía adquiere un peso especial al tener que presentarse cada plano con una cierta oscuridad invernal para crear el marco perfecto de cara a recrear la tristeza que reside en el corazón de los personajes.
Es por eso que, si hay que destacar algo, es el sorprendente trabajo de composición para conseguir imágenes con un aire melancólico que en ocasiones nos evoquen a cuadros, teniendo por momentos a los personajes en los bordes del encuadre, o incluso fuera de él, amplificando la sensación de inmensidad a su alrededor, permitiendo reforzar la sensación de aislamiento en lal que se encuentran Haas y Will.
Runner es una historia sobre dos personas que se encuentran cuando más apoyo necesitan, pero que podría haberse compactado a modo de mediometraje para no tener que prolongar el uso de bellos planos aunque tan vacíos como los despiadados y áridos paisajes invernales del Medio Oeste.
¿Qué te ha parecido la película Runner?