Las críticas teatrales de Laura Zurita:
Una luz tímida
Isabel es una joven profesora de historia de una escuela de Barcelona durante los años del franquismo en España y está profundamente enamorada de Carmen, la profesora de literatura. Sin querer, pero sin poder evitarlo, nace una historia de amor entre ellas dos que parecerá que termina cuando la familia de Carmen, de pensamiento fuertemente conservador, la obligan a internarla en un hospital de enfermos psíquicos para curarse de este amor que no puede ser y no está bien visto.
Tiempo después, Carmen regresa a casa con Isabel dejando familia, hospital y trabajo atrás, debiendo enfrentarse ahora a las secuelas que los electro-shocks que ha estado recibiendo en el hospital le están causando. Isabel intentará ayudarle a sobrevivir hasta las últimas consecuencias.
Una luz tímida es un musical de nueva creación que combina teatro de texto con música en directo, y proyecta una de las muchas historias de amor y sufrimiento silenciadas por la represión franquista.
El Colectivo La Cicatriz trae esta historia, inspirada en hechos reales, a los escenarios, de la mano de la dirección de Marilia Samper con un formato único. La combinación de texto y música en una obra que pretenda romper con el silencio, y reivindicar las vidas de las lesbianas como lo que son: la memoria histórica de nuestro país.
Una luz tímida está dirigida por Marilia Samper e interpretada por Àfrica Alonso y Júlia Jové. Música de Andrea Puig Doria (guitarra) y Marta Pons (violoncelo). La obra teatral se estrena el Madrid el 28 de mayo de 2022 en el teatro Lara.
Musical íntimo
Una luz tímida tiene una estructura clásica de obra musical, en la que los diálogos alternan con números cantados engarzados en la acción. Al contrario de otros musicales, este cuenta con un elenco reducido: cuatro intérpretes, dos de música (violoncelo y guitarra/guitarra eléctrica) y dos actrices/cantantes, Isabel (Äfrica Alonso) y Carmen (Julia Jové). De esta manera se consigue combinar el concepto de musical con una atmósfera íntima, muy apropiada para el drama humano que tiene lugar en el escenario.
En esta obra, la acción tiene lugar a lo largo de muchos años, y las escenas se datan de manera original, con una pizarra y tizas, muy en línea con la profesión de las protagonistas, que son lo que entonces se llamaba maestras de escuela. Al inicio, Isabel y Carmen son jóvenes, solteras, y ejercen una de las pocas profesiones que se consideraban propias de las mujeres en la época. Solo escuchamos algunas referencias a sus familias, o el mundo exterior, porque la obra se centra en la historia entre las dos, de cómo pasa de amistad a enamoramiento y las consecuencias que esto tiene para ambas.
Historia de amor y libertad
La historia de amor se aborda desde una perspectiva profundamente humana, radicalmente romántica y sin ser sentimentaloide. Una luz tímida reivindica la libertad de vivir según los propios deseos, y defiende la integridad del ser humano. La obra teatral busca la emoción genuina, sin ningún propósito de escandalizar. En este sentido, recuerda a la maravillosa película Supernova (Harry Macqueenm, 2020) en que el foco no se pone en que sea una pareja del mismo sexo, sino en dos personas enamoradas que se enfrentan a una crisis vital, dejando de lado estridencias y provocaciones facilonas.
Y, ciertamente, la obra conmueve y tiene sentido para todo tipo de público, y no solo el colectivo LGTBQ+. El libreto está bien escrito y los diálogos entre Isabel y Carmen se sienten naturales y fluidos. Las protagonistas actúan con convicción y sentimiento, defendiendo en todo momento la dignidad de sus personajes, a pesar de las tremendas circunstancias. Y los números musicales están bien integrados en la acción, hasta un final hermoso e intenso, aunque dramático.
En resumen, Una luz tímida es una obra conmovedora, bien escrita e interpretada, que defiende la libertad y la dignidad del ser humano.
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