Las críticas de David Pérez «Davicine»:
El agente invisible
Cuando el mejor agente de la CIA —cuya identidad es un misterio absoluto— descubre por accidente trapos sucios de la agencia, un excompañero con tendencias psicópatas pone precio a su cabeza. Así empieza una cacería en la que participan asesinos de todo el mundo para cobrar la recompensa.
Ryan Gosling, Chris Evans, Ana de Armas y Regé-Jean Page protagonizan El agente invisible, trepidante thriller de los hermanos Russo, que también cuenta en su reparto con Jessica Henwick, Wagner Moura, Julia Butters, Dhanush, Alfre Woodard y Billy Bob Thornton. Joe Russo, Christopher Markus y Stephen McFeely firman el guion, basado en la novela de Mark Greaney. La película se estrena Netflix el 22 de julio de 2022, teniendo como título original The Gray Man, y llegando a países de Latinoamérica como El hombre gris.
Una producción digna de la pantalla grande
El protagonista de El agente invisible es el agente de la CIA Court Gentry (Ryan Gosling), alias Sierra Seis («Six»). Reclutado en una cárcel federal por su superior, Donald Fitzroy (Billy Bob Thornton), Gentry fue un prodigioso asesino a sueldo de la CIA. Pero las tornas han cambiado, y ahora Seis está en el punto de mira de Lloyd Hansen (Chris Evans), un antiguo colega de la Agencia que no se detendrá ante nada con tal de acabar con él por mucho que se esconda. Por suerte para Seis, la agente Dani Miranda (Ana de Armas) le cubre las espaldas. Y le va a hacer falta.
Ryan Gosling es el «agente invisible» y Chris Evans es su desquiciado adversario en este thriller producido por Netflix/AGBO, ingredientes más que suficientes para tener una gran producción que arrase en la plataforma, pero Netflix sabe cómo conseguir atraer a la mayor audiencia posible, y por eso combina un gran equipo tanto detrás como delante de las cámaras.
A mayores de los actores y actrices conocidos delante de la cámara, al frente del proyecto han puesto a los hermanos Anthony y Joe Russo, quienes dirigen esta producción con un presupuesto de unos 200 millones de dólares. Claramente es una película digna de ir a los cines, y aunque ha tenido un paso fugaz por las salas, es evidente que Netflix ha puesto toda la leña en el asador para conseguir un nuevo éxito.
Explosiva pero no memorable
El agente invisible está claro que merecía un paso por las salas de cine, y ha sido acertado tener un estreno de una semana en salas, pues el nivel de producción y su puesta en escena se disfrutan plenamente en pantalla grande, aunque la película no dejará huella en los espectadores, dado que no es lo suficientemente destacable como para competir en salas con grandes producciones de Hollywood, lo que se la perdona en televisión.
A lo largo de sus dos horas tenemos una cantidad ingente de escenas de acción, casi sin tregua, que bien amenizarán a quienes adoramos una buena sesión de cine explosivo en casa, y la trama incluye una gran conspiración que bebe de la novela homónima de Mark Greaney, pero no sorprende dado que es una historia vista y contada miles de veces. Un asesino que huye de asesinos ya lo hemos visto de forma increíblemente espectacular en John Wick, pero aquí los perseguidores son carne de cañón y no son precisamente villanos que podamos recordar al poco de terminar la película, salvo Chris Evans y la superestrella india Dhanush.
Nadie quiere faltar en una película de acción de Netflix
Lo que es indiscutible es que la plataforma por excelencia es capaz de atrapar a casi cualquier actor o actriz sin demasiado esfuerzo (aunque seguramente con interesantes cheques), y poder ver juntos a Ryan Gosling, Chris Evans y Ana de Armas es todo un lujo para cualquier espectador.
Alegra ver a Chris Evans en un papel desconocido para él, dejando de lado sus roles heróicos de Marvel como Capitán América, y metiéndose en la piel de un hombre gris, reconocido por todos como un sociópata, que ha sido apartado de la CIA por sus técnicas violentas y poco legales, habiendo montado una empresa para poder trabajar como a él le gusta. Lejos de ser un personaje bien desarrollado, podemos apreciarlo más bien como una caricatura de un sociópata, pero se nota que el actor se divierte interpretando este papel, y nos hace disfrutar de escenas exageradas pero divertidas, consiguiendo que casi nos caiga bien su personaje.
El personaje de Evans se lo hace pasar muy mal a Seis, interpretado por Ryan Gosling, quien está perfecto en el papel, dotando a Seis de un carisma propio alejado de otros de sus roles pero con su sello personal, teniendo ganas de que le salga todo bien. Gracias a los flashbacks vemos cómo ha llegado a ser como es hoy en día, y su relación con la sobrina de su mentor aporta una dimensión humana a su personaje.
Ana de Armas tiene menos peso en la película, pero se muestra particularmente fuerte como el único agente del lado de Seis, capaz de salvarle el pellejo en más de una ocasión, y demuestra que en Hollywood puede resultar convincente incluso en las películas de acción más adrenalínicas. A este trio debemos sumar a Dhanush, que puede que sea menos conocido por muchos espectadores, pero se nota que saben que es un actor que tiene mucho impacto en pantalla, motivo por el que tiene un gran papel de villano, uno de los asesinos a sueldo más destacados de la película, con una de las mejores escenas de pelea coreografiada de forma espectacular cuando se enfrenta a Gosling y De Armas.
Entre la espectacularidad y la parodia
Los hermanos Russo saben trabajar bien la acción y, aunque hay escenas que rozan la exageración y la parodia, el esfuerzo que han hecho se aprecia dado que tan solo buscan entretener al espectador que sabe lo que viene a ver, y eso lo logran con creces. Cierto es que tenemos muchos clichés por minuto a lo largo de sus dos horas, y que por momentos parece sorprendente que para esta historia hayan contado con tan impresionante reparto, pero la suma de todos sus ingredientes es más que suficiente para que la película merezca un visionado y tengamos por delante una exitosa franquicia.
Cualquier película de acción ya sería recomendable solo por las impresionantes peleas que incluye El agente invisible, con coreografías espectaculares y un montaje trepidante, pero también tiene escenas de persecuciones a lo largo y ancho del mundo, con similitudes con franquicias como James Bond y Fast & Furious, pero capaz de recordarnos también en sus mejores momentos al cine de serie B brutal de los años ochenta que tanto nos hizo disfrutar. Esa mezcla de serie B con un presupuesto tan elevado hace que tengamos que valorar el esfuerzo de Netflix por realizar esta película.
El agente invisible es una producción de gran presupuesto con una impresionante cantidad de nombres conocidos tanto delante como detrás de la cámara, orientada claramente a ser un éxito en Netflix y que compensa su exceso de clichés con unos personajes que no hacen más que divertirnos, unas escenas de acción que nos dejan perplejos, unas persecuciones dignas de la franquicia Fast & Furious y unas peleas bien coreografiadas.