Las críticas de Daniel Farriol:
Entrevías
Entrevías es una serie española que combina thriller criminal y comedia, creada por David Bermejo (Luna, el misterio de Calenda), contando con Aitor Gabilondo (Patria, Vivir sin permiso) como productor ejecutivo. En la dirección encontramos a Ignacio Mercero (El príncipe, Génesis, en la mente del asesino), Oriol Ferrer (La valla, Estoy vivo), Alberto Ruiz Rojo (La templanza, Apaches) y Luis Oliveros (El jugador de ajedrez, El ángel de Budapest), y en la creación de los guiones a David Bermejo, Jordi Terradas, Patricia Trueba, Víctor Pedreira, Juan Ramón Ruiz de Somavía y Natxo López. La historia sigue a Tirso Abantos, un ex militar que regenta una ferretería de barrio que se ve obligado a cuidar de su nieta adolescente. La convivencia se complica debido a las malas compañías que frecuenta la chica que quiere fugarse con un novio colombiano. En su intento por enderezarla, Tirso se convierte en ‘héroe por accidente’ plantando cara a los pandilleros que se están apoderando de las calles.
Está protagonizada por José Coronado, Luis Zahera, Felipe Londoño, Nona Sobo, Laura Ramos, Manuel Tallafé, Manolo Caro, Itziar Atienza, Franky Martín, María de Nati y Maria Molins. La serie es una producción de Mediaset España que se estrenó en Telecinco el día 1 de Febrero de 2022. Fue adquirida por la plataforma Netflix para su catálogo, estando en streaming la primera temporada a partir del día 20 de Mayo de 2022.
Un pelotazo de audiencia en Telecinco y ahora en Netflix
Entrevías, serie de Mediaset España, se convirtió en todo un fenómeno de audiencia en Telecinco con casi 2 millones de espectadores semanales y una cuota de pantalla que rozaba el 16 % de media. En unos tiempos donde el público solo parecía demandar realities cada vez más casposos o talent shows que repetían su fórmula una y otra vez, esta serie creada por David Bermejo abría una nueva esperanza para la ficción televisiva en prime time en las cadenas de televisión privadas. No pasó desapercibido ese éxito al ojo avizor de Netflix que, para aprovechar el tirón mediático, adquirió la serie para ofrecer la primera temporada en su catálogo justo la misma semana que finalizaba la emisión de la segunda en Telecinco. La jugada no podía haberles salido mejor y en poco más de 20 días de estancia en la plataforma ya acumula unas 120 millones de horas vistas, colocándose como el contenido ajeno más exitoso de la cadena, siendo solo superado en los rankings actuales por la inalcanzable cuarta temporada de Stranger Things.
¿Hay para tanto? Entrevías es una serie que combina género policíaco y comedia costumbrista con un claro enfoque familiar y que abarca un amplio espectro de público (es la típica serie que puedes comentar con gente del trabajo o también con tus padres). Si buscas cine de autor ponte una peli antigua de la nouvelle vague y si buscas un policíaco realista escoge algún trabajo de Michael Mann, aquí no vas a encontrar nada de eso. Esta serie es un entretenimiento puro y duro, de consumo fácil y rápido para el que no se requiere pensar demasiado. Es uno de esos productos manufacturados con ingenio que te hacen disfrutar frente al televisor tras una larga jornada laboral en la que únicamente te apetece ver algo que no te duerma en el sofá y que te saque un par de sonrisas antes de irte a la cama. Y eso lo consigue con creces, la serie es dinámica y adictiva si la miras sin condescendencia.
¿De qué va ‘Entrevías’?
Entrevías cuenta la historia de Tirso Abantos (José Coronado), un malencarado ex militar que regenta una ferretería de barrio y está a punto de jubilarse. Es un hombre solitario y amargado, alejado de su familia, al que le cuesta mostrar sus emociones, y cuyos únicos amigos son dos ex militares que sirvieron para él, Pepe (Manuel Tallafé) que regenta un bar-cafetería donde siempre sirve comida tan buena como para que se «te salten las lágrimas», y Sanchís (Manolo Caro), un drogodependiente que vive traumatizado por la guerra y que se muestra siempre servicial con quién fue su «capitán», alguien a quién le debe la vida.
Tras un incidente familiar el ferretero se ve obligado a encargarse durante un tiempo de cuidar de su nieta Irene (Nona Sobo), una adolescente rebelde y de origen vietnamita, a la que Tirso intentará meter en vereda con su autoritaria forma de ser. El mayor inconveniente para su convivencia diaria es que la chica está enamorada de Nelson (Felipe Londoño), un joven colombiano que flirtea con las bandas callejeras, y con el que planea fugarse del barrio. El chico y su madre, Gladys (Laura Ramos), un terremoto de mujer que hace todo lo posible por salir adelante trabajando como limpiadora, acabarán de «okupas» en el portal de enfrente del piso de Tirso, tensando aún más la relación entre todos ellos.
Por otro lado, la delincuencia del barrio irá creciendo hasta límites insoportables por la irrupción de Sandro (Franky Martín), un narcotraficante que controla la zona con el beneplácito y protección del subinspector de policía corrupto Ezequiel (Luis Zahera), el cuál verá peligrar su estatus con la llegada de una nueva comisaria, Amanda (Itziar Atienza), que está decidida a regenerar el barrio y acabar con la delincuencia. Todo se complicará aún más cuando los intereses de Tirso y Sandro choquen entre sí y los tres viejos ex militares se conviertan en héroes de barrio que se enfrenten al narcotraficante, haciendo estallar una guerra en las calles de Entrevías de incalculables consecuencias.
Los viejos rockeros se meriendan a los adolescentes pánfilos
Entrevías está rodada en Villaverde Alto y el Puente de Vallecas de Madrid y, pese a que no ha gustado mucho por allí la imagen que reporta del barrio, en la serie nunca se nombra a la capital española porque se busca ofrecer un reflejo de cualquier barrio de extrarradio de cualquier gran ciudad con esas características vías férreas rodeando unas calles infestadas de droga, miseria, prostitución y violencia. Pero no hay que quedarse solo con eso, la serie es más una comedia de situación que un thriller policíaco, así que no pretende ser realista en ningún momento ni tampoco reflejar la vida real de los barrios donde se sitúa la acción. De hecho, las localizaciones son escasas y pueden contarse con los dedos de una mano, el formato del rodaje es típico de sitcom rodada casi siempre en interiores, el edificio donde vive Tirso, su ferretería, el bar de Pepe, el local de Sandro… y poco más, en los exteriores casi siempre veremos de fondo las vías del tren como símbolo de esa posibilidad de escapar que siempre pasa de largo para unos personajes obligados a permanecer entre la inmundicia del barrio.
Lo mejor que tiene Entrevías es la caracterización de algunos personajes llevados hacia el estereotipo y unos diálogos que lanzan chascarrillos, chistes, dobles sentidos e insultos a la misma velocidad que Rambo dispararía una ametralladora. El protagonista, Tirso, se podría decir que es una suerte del Walt Kowalski que interpretó Clint Eastwood en la película Gran Torino. Veterano de guerra, racista, de moral inquebrantable y que finalmente acabará enredado con malhechores locales porque en realidad, en el fondo de su exabruptos constantes, esconde un corazón mucho más tierno de lo que aparenta. Todos los personajes «veteranos» y los actores que los interpretan son el gran baluarte que tiene la serie, Coronado, Zahera, Tallafé y Caro están geniales en sus roles, siendo acompañados por actrices de gran nivel como Laura Ramos, María Molins o Itziar Atienza.
Por desgracia, lo peor de la serie es la subtrama romántica entre Irene y Nelson, unos «Romeo y Julieta» de extrarradio cuya historia de amor resulta aburrida y repetitiva, teniendo además el hándicap de que casi todos los actores jóvenes realizan un trabajo bastante mediocre (siendo generoso), tan solo salvaría de la quema a María de Nati, pero es evidente el contraste existente en la serie cada vez que aparecen ellos y no tenemos en escena a los protagonistas más «viejunos» (sacar todo el tiempo ligera de ropa a Nona Sobo no la hace mejor). Eso se convierte en un gran problema porque llenan muchos minutos en pantalla esas subtramas, supongo que para captar la atención del público adolescente, pero acaba perjudicando a lo bien que funciona el resto. En definitiva, Entrevías o «Gran Torino Ibérico», es una serie muy entretenida que, durante su primera temporada, mantiene bien el tipo pese a contar con episodios de más de 1 hora de duración, principalmente gracias a unos diálogos delirantes que utilizan el sarcasmo como arma arrojadiza de forma constante entre unos personajes y otros.
Listado de episodios de ‘Entrevías’ (Primera temporada)
La primera temporada de Entrevías está compuesta por 8 episodios de entre 69 y 79 minutos cada uno.
Episodio 1. Un cabronazo de la vieja escuela
Un hastiado veterano de guerra que odia a los traficantes de drogas que pululan por su barrio decide meter en vereda a su nieta adolescente, que ha caído en sus garras.
Episodio 2. Radios estropeadas
Cuando Irene vuelve herida, Tirso busca vengarse. Nelson encuentra la forma de estar cerca de Irene. Al deshacerse de la heroína, Tirso desencadena graves consecuencias.
Episodio 3. Morder
Alguien ve a Ezequiel amenazar a Nelson con una pistola. Tirso descubre que su nieta no sufrió solo una paliza. Santi, presionado por su mujer, se enfrenta a su padre.
Episodio 4. Lo que se esconde bajo la alfombra
Sandro corta de raíz con Ezequiel, que intenta convencer a Tirso para que le ayude a acabar con el capo de la droga. Llega una psicóloga para ayudar a Irene.
Episodio 5. Perro viejo no perrea
Tirso, que sospecha que Sandro guarda la droga en una discoteca, recurre a Gladys para acceder a ella. Irene busca formas malsanas de sobrellevar su trauma.
Episodio 6. Quien roba a un ladrón
Tirso pone a prueba a Nelson y obliga a Gladys a hablar con Alicia, la dueña del piso que está ocupando. Nata consigue un trabajo en La Rosa y hace un descubrimiento.
Episodio 7. Los Robin Hood
Un periodista se propone desenmascarar a los Robin Hood de Entrevías. Gladys sigue los consejos sentimentales de Alicia. Ezequiel tiene una misión peligrosa para Nata.
Episodio 8. El último tren
Nata decide vengarse de Sandro. Tirso se entera de la adicción de Irene. Yeyo, el matón de Sandro, sigue una corazonada para demostrar la identidad de los Robin Hood.
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