viernes, diciembre 13, 2024

Crítica de ‘Mortal Kombat‘: Sangre y gloria para una épica adaptación

Las críticas de David Pérez «Davicine»:
Mortal Kombat

Mortal Kombat está dirigida por el galardonado realizador de anuncios publicitarios, el australiano Simon McQuoid, que se estrena como director de cine, a partir de un guion de Greg Russo y Dave Callaham (Wonder Woman 1984), de una historia de Oren Uziel (Mortal Kombat: Rebirth) y Russo, basada en el videojuego creado por Ed Boon y John Tobias. La película se estrena en los cines de España el 16 de abril de 2021 de la mano de Warner Bros. España.

Su variado reparto internacional refleja el carácter global de la marca, con artistas que abarca los mundos del cine, la televisión y las artes marciales, incluyendo a Lewis Tan (Deadpool 2) como Cole Young; Jessica McNamee (Megalodón) como Sonya Blade; Josh Lawson (Bombshell) como Kano; Tadanobu Asano (Midway) como Lord Raiden; Mehcad Brooks (serie de TV Supergirl) como Jackson Jax Bridges; Ludi Lin (Aquaman) como Liu Kang; con Chin Han (El rascacielos) como Shang Tsung; Joe Taslim (Star Trek: Más allá) como Bi-Han y Sub-Zero; e Hiroyuki Sanada (El rascacielos) como Hanzo Hasashi y Scorpion. También aparecen Max Huang como Kung Lao; Sisi Stringer como Mileena; Matilda Kimber como Emily Young; y Laura Brent como Allison Young. 

Dos Mundos en constante enfrentamiento

Todos aquellos que nos criamos repartiendo estopa con los videojuegos de Mortal Kombat, y algunos incluso disfrutamos en su momento con la adaptación cinematográfica de 1995 con Robin Shou y Christopher Lambert, tenemos motivos para alegrarnos con la nueva adaptación que no esconde su procedencia ni su notable violencia explícita.

Mortal Kombat nos presenta a Cole Young, un luchador de MMA (Artes Marciales Mixtas) acostumbrado a recibir palizas por dinero, quien desconoce su ascendencia y tampoco sabe por qué el emperador Shang Tsung de el Mundo Exterior ha enviado a su mejor guerrero, Sub-Zero, un Cryomancer sobrenatural, para darle caza. Cole teme por la seguridad de su familia y busca a Sonya Blade siguiendo las indicaciones de Jax, un comandante de las Fuerzas Especiales que tiene la misma extraña marca de un dragón con la que nació Cole. No tarda en llegar al templo de Lord Raiden, un Dios Anciano y el protector de la Tierra, que ofrece refugio a los que llevan la marca.

Aquí, Cole entrena con los experimentados guerreros Liu Kang, Kung Lao y el mercenario rebelde Kano, mientras se prepara para enfrentarse con los mayores campeones de la Tierra contra los enemigos de el Mundo Exterior en una batalla de enorme envergadura por el universo.En la película veremos si los esfuerzos de Cole se ven recompensados y consigue desbloquear su arcano -ese inmenso poder que surge del interior de su alma— a tiempo de salvar no solo a su familia, sino para detener al Mundo Exterior de una vez por todas.

Fatality a otras adaptaciones

En 1995 tuvimos una alegría en los cines pues, a pesar de no ser una maravilla visual ni contener una historia épica, la película nos daba bastante más de lo que esperábamos en ese momento, una época en la que las adaptaciones de videojuegos no estaban dando en el clavo, y menos aún las de los juegos de lucha uno contra uno. Sólo tenemos que recordar lo que se hizo con Tekken o Street Fighter para que se nos ponga la piel de gallina.

En lugar de intentar continuar la franquicia iniciada por Paul W. S. Anderson en 1995, la nueva película de Mortal Kombat resulta ser un reinicio que no solo es más sangriento y explícito de lo que hasta ahora se había visto en sus adaptaciones previas, sino que consigue dotar de protagonismo suficiente a sus personajes para que entendamos los motivos por los que acaban jugándose el pellejo, dando la suficiente importancia a los protagonistas y antagonistas asiáticos. El debutante director Simon McQuoid no se corta a la hora de presentarnos los “fatalities” en todo su esplendor sangriento, en parte gracias a la presencia del productor James Wan, quien sabe muy bien cómo exprimir las historias que se le presentan y, sobre todo, lo que los espectadores queremos ver.

Entre pelea y pelea… hasta hay una historia

Obviamente no esperaba una historia que pudiera optar al Oscar a mejor guion, y ni siquiera una historia demasiado elaborada pues aquí se viene a ver lo que se viene a ver, pero han sabido crear una historia de venganza y superación digna de muchas epopeyas marciales.

Desde la primera secuencia tenemos clara la importancia del enfrentamiento de los clanes originales de Sub-Zero y Scorpion, con una puesta en escena apoteósica que nos lleva hasta el Japón Feudal, y de ahí en adelante, hasta llegar al Mundo Exterior, nos van presentando con acierto cada personaje, sus motivaciones y su espíritu de superación, que nos acompaña como hilo conductor entre ronda y ronda de sangrientas peleas.

Mortal Kombat es capaz de incluir una de las tramas de adaptaciones de juegos de lucha mejor elaboradas que he visto, dejando el tiempo suficiente para que conozcamos a quienes van a luchar a muerte por su Mundo, y consiguiendo crear una base de la que poder exprimir (y ojalá suceda) en más entregas.

Asia es la cuna de las artes marciales

Como he indicado al principio, el reparto internacional es muy amplio, para demostrar que quieren hacer las cosas bien e introducir de forma fiel a todos los personajes que por el momento se nos presentan en esta (y confiamos que no sea la única) película de la franquicia. Lo mejor de todo es que cuenta con bastantes actores asiáticos, algo que no siempre se ha hecho en las adaptaciones, pues aquí Christopher Lambert cede su papel a Tadanobu Asano como el dios del trueno Raiden, además de disfrutar de Hiroyuki Sanada nos emociona y convence como el maestro de artes marciales del siglo XVII Hanzo Hasashi, que a nadie sorprenderá que luego se reencarne en el épico y poderoso Scorpion. Sin olvidarnos de Chin Han como el hechicero villano del Mundo Exterior Shang Tsung, quien sólo arde en deseos de eliminar a los campeones de la Tierra de forma poco ética, aunque no da la sensación de ser tan poderoso como siempre nos lo han pintado; la estrella de artes marciales indonesia Joe Taslim se mete en la piel de Bi-Han / Sub-Zero, personaje por el que ya muchos acudirían a los cines sólo por disfrutar de sus gélidas peleas; y Max Huang como Kung Lao y su siempre afilado sombrero.

Ahora bien, curiosamente, el personaje principal de la película, con permiso de Sub-Zero y Scorpion, que con tan su sóla presencia ya nos encandilan, es el decadente luchador de MMA Cole Youn, interpretado por el actor británico-chino Lewis Tan, un personaje creado para la ocasión, sin presencia en los videojuegos, y que sorprendentemente encaja a la perfección con el resto de los míticos personajes que deseábamos ver recreados de forma tan digna y fidedigna. Mención especial merece Josh Lawson (Bombshell) como Kano, aportando el punto cómico y grosero a esta película, para romper la tensión además de algún que otro hueso.

Fiel a su procedencia

Para una película que se sabía que muchos espectadores acudirían con ganas de criticar las ausencias y similitudes con la franquicia de videojuegos, Simon McQuoid ha sabido perfectamente honrar el origen de esta producción, respetar los personajes originales, e incluir no sólo peleas dignas de los juegos, sino incluir líneas memorables de diálogo y movimientos de lucha característicos de la franquicia de videojuegos. En vez de optar por la antigravedad que muchas veces se elije a la hora de crear coreografías de artes marciales épicas, se ha optado por coreografías de lucha mucho más realistas y cercanas a las artes marciales existentes, pero gracias a unos magníficos artistas marciales -y unos efectos especiales de excepción- consiguen que no queramos que terminen nunca las peleas.

Mortal Kombat no es para el paladares exigentes, sino para los que saben lo que van a encontrarse aquí, y si llegas a la película buscando violencia gratuita, sangre en exceso, peleas increibles y personajes míticos de la franquicia, claramente no te has equivocado y no saldrás decepcionado del cine. Mortal Kombat es un despliegue apoteósico de imágenes impactantes aderezadas con la música trepidante de Benjamin Wallfisch, en la que no nos dan tregua ni a nosotros ni a sus protagonistas en sus casi dos horas de duración.


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Mortal Kombat

7.5

Puntuación

7.5/10

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