Crítica de ‘Fatma’: La culpa asesina

 

Fatma es una serie turca creada por el debutante Ozgur Onurme que escribe los guiones de los seis capítulos, basándose en una historia original de Ahmet Vatan. El propio Onurme dirige tres episodios, mientras que de los tres restantes se encarga el más experimentado Ozer Feyzioglu (Pocket Hercules: Naim Süleymanoglu, Tosun). Se trata de un thriller dramático sobre Fatma Yilmaz, una mujer de la limpieza que se ve envuelta en una serie de asesinatos mientras busca a su marido desaparecido para explicarle la trágica muerte de su hijo en un accidente. Está protagonizada por Burcu Biricik (El cuervo, Her Sey Seninle Güzel), Gökçe Eyüboglu, Deniz Sen Hamzaoglu, Melis Sezen, Kubilay Tunçer, Hazal Türesan, Ugur Yücel y Çagdas Onur Öztürk. La serie está distribuida por Netflix en España desde el día 27 de Abril de 2021.

 

Sería una verdadera pena que una serie tan fantástica como Fatma pasará desapercibida entre la vorágine de estrenos inanes y más mediáticos con los que nos bombardean las plataformas a diario. Fatma está creada por el turco Ozgur Onurme y propone una original vuelta de tuerca al género criminal de toda la vida. Se podría decir que la protagonista tiene algo en común con aquel profesor de química llamado Walter White en Breaking Bad. Ambos son personas corrientes que pueden cometer crímenes impunemente sin levantar sospechas en su entorno más cercano, no cumplen con el perfil habitual del criminal. Son invisibles para el resto.

 

En el caso de Fatma Yilmaz, nos encontramos con una mujer apocada y desesperada que ha perdido a su hijo autista en un trágico accidente. Su marido tras pasar por la cárcel ha desaparecido y la ha abandonado. En realidad, toda su vida ha sido un cúmulo de abusos y desprecios, pero ha llegado al día en que dice basta y su rabia interior le lleva a cometer un asesinato. A partir de ahí, durante la incesante búsqueda de su marido para contarle lo que ha sucedido con su hijo, se verá sumida en una espiral sin salida que le obligará a seguir matando a todo aquél que se interponga en su camino o quiera volver a aprovecharse de su aparente debilidad.

 

El personaje de una tragedia al que nadie se toma en serio

Fatma es un personaje trágico atormentado por el pasado. Siempre ha sido buena persona y ha intentado proteger a los suyos, es trabajadora e intenta no meterse en líos (siempre va con la cabeza gacha), pero vive casi en la miseria en un cobertizo que unos vecinos le alquilan y a los que no puede pagar. El propietario es un borracho que por las noches quiere cobrarse el precio en carne, mientras que su mujer es la típica cotilla que no deja de incordiarla. No serán ellos el mayor de sus problemas, ya que durante la búsqueda de su marido desaparecido, se cruzará con mafiosos y delincuentes de todo tipo que querrán hacerle daño, pero Fatma ya no tiene nada que perder, así que sacará a relucir su lado más oscuro. 

También tiene algo de cómico cuando tras los primeros asesinatos que comete, corroída por el remordimiento, intenta entregarse a la policía o confesar sus crímenes sin que nadie le preste la más mínima atención. Para todo el mundo es simplemente una mujer normal, una limpiadora. Para potenciar la deriva dramática del personaje, la serie utiliza los mecanismos del thriller y ofrece unas buenas dosis de suspense al poner a la mujer en constante peligro. El espectador se identificará con ella, incluso cuándo pierde la cabeza. Como trasfondo a la historia criminal, también tenemos un interesante reflejo crítico del machismo existente en la sociedad turca, dónde el papel de la mujer sigue siendo secundario y sus acciones están siempre supeditadas al beneplácito de la opinión de los hombres. El discurso social es sutil y se deja entrever fácilmente en muchas situaciones que en un entorno diferente no se entenderían.

Apunta este nombre: Burcu Biricik

Para que funcione una serie como Fatma, en la que todo gira en torno a su personaje central, es imprescindible contar con la complicidad de un intérprete a su altura. ¡Y vaya si Burcu Biricik lo consigue! La joven actriz realiza un trabajo intenso e impresionante que la transforma por completo (puedes buscarla en su Instagram para comprobarlo). Esa mujer herida y maltratada convertida en ángel exterminador es ya todo un icono de la televisión reciente. No esperes encontrarte a la típica asesina, seductora, atlética y sexualizada, que suele habitar el cine de acción. Aquí tenemos a una mujer de la limpieza de mediana edad, de imagen descuidada y sin preparación alguna para matar, lo hace en un arrebato o casi accidentalmente.

También me resulta muy interesante la relación que tiene el personaje con su hermana Mine (Hazal Türesan). Ambas parecen de inicio muy diferentes, se han distanciado y han aprendido a lidiar con el dolor del pasado por vías de escape alternativas. Sin embargo, a medida que avanzan los capítulos iremos comprendiendo mejor lo que envuelve a esa relación y al final se abrirán nuevas posibilidades que me encantaría se explorasen en una segunda temporada. Porque Mine también tiene una personalidad escindida al igual que Fatma, no es únicamente lo que aparenta ser, juntas aún serían más poderosas y empoderadas.

La serie está filmada con brío y sentido del espectáculo. Algunos pasajes de la historia podrían pecar de falta de credibilidad en un análisis concienzudo, pero en general se consigue hilar una trama coherente que te mantiene en tensión y que invita a continuar mirando la pantalla durante los 6 episodios de que se compone. Y si además hay cabida para lanzar algunas pullas al sistema burocrático e insensible que nos rodea, pues mejor. Fatma es una serie que te recomiendo que veas porque probablemente la dejarías pasar de largo.   

 

 

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