jueves, marzo 28, 2024

Crítica de ‘Wrinkles the Clown’: El payaso que se convirtió en fenómeno viral

Las críticas de Daniel Farriol:
Wrinkles the Clown

Wrinkles the Clown es un documental estadounidense dirigido por Michael Beach Nichols (Welcome to Leith, Flex is Kings) que co-escribe el guion junto a Christopher K. Walker. Es la historia real del payaso Wrinkles que aterrorizó Florida a través de un vídeo en YouTube que se hizo viral, convirtiéndose en un fenómeno de masas en los Estados Unidos. Además de la aparición de diversos testimonios reales, el actor D.B. Lambert (Flesher, Superstition) pone rostro al misterioso payaso. El documental no se ha estrenado en salas y nos ha llegado a través de Filmin el día 19 de Marzo de 2021. 

Cómo se gestó el mito del payaso

Wrinkles the Clown se dio a conocer a finales de 2014 mediante un vídeo de baja resolución colgado en YouTube. En las imágenes se veía, a través de una cámara de vigilancia, a una niña durmiendo plácidamente en su dormitorio. En un momento dado aparecía de debajo de la cama un hombre vestido de payaso que primero arropaba a la niña y luego desconectaba la cámara. Escalofriante. No se sabía que sucedía después. Nadie podía imaginar que a partir de entonces el Payaso Wrinkles se convertiría en un auténtico fenómeno de masas por todo el país. Según la página del vídeo, el payaso vivía en Florida y se ofrecía para ser contratado por los padres que quisieran dar un escarmiento a sus hijos por mal comportamiento. Su número de teléfono empezó a echar humo y el contestador automático no dejaba de registrar todo tipo de mensajes.

Por un lado eran llamadas de padres que, incapaces de controlar a sus hijos, utilizaban al payaso como método disuasorio. Lo hacían delante de los niños a sabiendas del terror que les producía una posible visita del payaso. El típico «que viene el coco y te comerá», pero con payasos. En el documental se deja caer si este tipo de cosas son las adecuadas en la educación de los hijos y si pueden causar algún tipo de trauma. Por otro lado, muchas otras llamadas eran de gente cabreada que le insultaba y amenazaba de manera extremadamente virulenta. Estas son las más perturbadoras para mi, ya que muestran a gente sacando su lado más oscuro contra un personaje de ficción. Estaba claro que el vídeo no era real. La incapacidad de la disociación entre realidad y ficción de alguna gente, siempre me ha parecido muy peligrosa.

La viralidad payasil llegó hasta España

La repercusión payasil del vídeo fue tal que se extendió a otros territorios de los Estados Unidos. Aparecieron imitadores por todos lados y la histeria colectiva los convirtió en una amenaza que alertó a los departamentos de policías locales que los perseguían como a criminales. La moda de los payasos siniestros incluso atravesó el charco para adentrarse en lugares como España.

El caso más conocido en nuestro país fue el de Gijón Clown. Fue un payaso que a finales de 2014 colgó varias fotografías en su perfil de Instagram. Eran fotos bastante inocentes donde se podía ver al payaso posando en algunas calles de Gijón con frases del tipo «Os estoy observando» o «Esta noche robaré tus sueños». La gente incendió las redes con insultos y amenazas de muerte al payaso e incluso se organizaron batidas nocturnas de jóvenes que lo buscaban para darle una paliza. ¿De dónde surge todo ese miedo/odio hacia los payasos? Tuvo que intervenir la policía para descubrir la identidad del payaso. Al final resultó ser un simple estudio de marketing. La verdad es que como tesis psicológica daría para un libro.

El documental Wrinkles the Clown es más interesante por su trasfondo que por las herramientas que utiliza el director Michael Beach Nichols para acercarse a un fenómeno de estas características. Busca tocar demasiadas teclas sin profundizar en ninguna de ellas. El formato combina los habituales testimonios (algunos de escaso interés), con imágenes de archivo o los vídeos del payaso junto al making off de cómo se concibieron. También escucharemos los audios de algunos mensajes grabados en el contestador telefónico de Wrinkles, así como imágenes de youtubers o programas de televisión comentando el asunto.

Por último, se reserva un espacio para la ficción donde se nos muestra al presunto payaso en su vida cotidiana. Veremos a un viejo desayunando huevos fritos en su destartalada caravana, mientras comenta con voz ronca y jocosa todo lo sucedido. Es un truco de magia. Más tarde, comprobaremos que se trata del actor D.B. Lambert haciendo una recreación ficticia de la personalidad del payaso. El verdadero Wrinkles prefiere seguir manteniendo el anonimato.

El miedo a los payasos

Es muy extraño y curioso lo que nos pasa a todos con los payasos. Se trata de un miedo irracional que está considerado una patología bajo el nombre de coulrofobia. Los expertos dictaminan que tiene relación con la imagen de un hombre que esconde su verdadera identidad tras el maquillaje. Es la sensación de que puede ser cualquiera, la que despierta nuestra sensación de amenaza. Cómo si en la vida real nadie llevase máscaras…

El cine y la literatura también se han encargado de inflar toda una mitología alrededor de los payasos. Wrinkles the Clown hace un apunte sobre esto, pero su análisis es de corto alcance. Personajes bufonescos creados para hacer reír, en muchas ocasiones se nos presentan como personas que ocultan su tristeza y soledad tras una peluca, una nariz roja y el maquillaje blanco que impregna su rostro. Pero ha sido en el cine de terror donde la figura ha cobrado su dimensión más icónica. Desde el Pennywise creado por Stephen King para «It» hasta el Joker de los cómics de DC. Eso sin olvidar la multitud de psicópatas y demonios que llenarían las estanterías de cualquier videoclub casero dedicado al cine de Serie B.

La máscara de Wrinkles the Clown también lo convierte en uno de los más aterradores. Con aspecto de anciano y las cuencas de los ojos vacías, sin duda, es alguien que nos daría un buen susto si nos lo cruzáramos esta noche por la calle. No te digo nada si apareciese debajo de nuestra cama… Me hubiera gustado que el documental explorase más el aspecto psicológico y el origen de esta fobia, así como el impacto que tiene en nuestra memoria colectiva. Acaba siendo un trabajo superficial sobre el mito del payaso y nuestros miedos, pero Wrinkles the Clown es una buena oportunidad para conocer su historia y reflexionar en torno a ella.


¿Qué te ha parecido el documental?

Wrinkles the Clown

6.3

Puntuación

6.3/10

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