jueves, abril 18, 2024

Crítica de ‘Joker’: Desgarradora y sombría historia de locura del villano más carismático del mundo del cómic

Las críticas de David Pérez «Davicine»:
Joker

Al hablar del director Todd Phillips no podemos dejar de pensar en Salidos de cuentas o la trilogía de Resacón, es decir, comedias sin más pretensiones que las de entretener al espectador, aunque en el caso de Resacón en Las Vegas supuso un soplo de aire fresco al género. Por eso, cuando supimos que la nueva película del origen del Joker estaría dirigida por Phillips creíamos que sería una mera comedia protagonizada por el payaso conocido por muchos como el archienemigo de Batman… pero estábamos equivocados.

Joker es una historia original y autónoma desde el punto de vista personal de Phillips del mundo de Arthur Fleck, y cuenta con un guion que escribió él mismo junto con el guionista Scott Silver (The Fighter), basado en los personajes de DC. Y a partir de ese punto es donde comenzamos a sorprendernos, pues el cineasta no ha querido coger un cómic y llevarlo a pantalla grande, sino reinterpretar el origen del personaje, que nunca ha sido demasiado explotado, y trasladarlo a una historia muy realista, donde la locura acapara mas protagonismo que la acción. Phillips desmonta completamente al personaje para rehacerlo pieza a pieza, como un complicado puzle, componiendo un personaje tan patético como increíble, tan invisible como memorable.

En Joker, Arthur (Joaquin Phoenix) se siente siempre solo entre la multitud y busca conectar con alguien. Pero mientras camina por las tranquilas calles de Gotham City y recorre las vías de ferrocarril grafiteadas de una ciudad hostil donde reina la división y la insatisfacción, Arthur usa dos máscaras. Una le sirve para su trabajo diario como payaso. La otra no se la puede quitar nunca; es la apariencia que proyecta en un intento inútil de sentir que forma parte del mundo que lo rodea, y no ese hombre incomprendido a quien la vida golpea sin descanso. Arthur no tiene padre y su madre es una mujer frágil que es, sin lugar a duda, su mejor amiga. Le puso de apodo Happy, un nombre que ha pintado en la cara de Arthur una sonrisa que oculta un dolor infinito. Pero cuando los adolescentes lo intimidan en las calles, se burlan de su ropa en el metro, o cuando otros payasos se ríen de él en el trabajo, este ser asocial y estrafalario se siente aún más alejado de todos los que le rodean.

No son pocas las versiones de Joker que hemos visto en los cines (e innumerables en los cómics y dibujos animados), pero nunca nadie se había arriesgado a intentar lograr que empaticemos con este villano, al que la vida le ha tratado tan mal que hasta, en ocasiones, vemos lógico como reacciona violentamente ante las injusticias. ¿Un villano convertido en héroe? Esa podría ser la conclusión que saquen algunos de esta película, pero no es cierto, sino que realmente lo que quiere mostrarnos es cómo cualquiera puede verse llevado al límite, y a poco que tenga ya algún trastorno, acabar detonando y provocando un caos en una sociedad que no necesita demasiado para explotar. 

A través de Arthur, Joker nos muestra una crítica muy actual de los problemas de nuestra sociedad, desde la diferencia de clases sociales, la soledad a la que muchos se sienten arrastrados, la falta de seguridad en las calles, los recortes presupuestarios en los asuntos realmente importantes y la importancia de ser una celebridad, entre otros muchos temas. La película no quiere ser una mera presentación de un personaje que deseamos volver a ver en los cines, sino que quiere hacernos reflexionar, y para ello usa recursos cinematográficos que no habíamos imaginado hasta ahora ver en una cinta de DC.

Phoenix, nominado tres veces al Oscar (The Master, En la cuerda flojaGladiator), protagoniza Joker y se lleva al personaje a su terreno. Capaz de mostrarnos su mejor (y peor) cara en muchas de sus películas, ha sabido recrear a la perfección a un hombre con muchos problemas personales más allá de sus trastornos, y nos hace olvidar otras versiones anteriores y alocadas del Joker para acercarlo a la más realista hasta el momento, muy parecida a la que nos ofreció Heath Ledger, pero centrándose más en la evolución hacia su locura y su camino hacia el control del caos. 

Junto a Phoenix tenemos a un increíble reparto como el ganador del Oscar Robert De Niro como Franklin, un presentador de Late Night que nos recuerda en exceso a Buenafuente, y que es el ejemplo para Arthur de hasta donde puede abrirte las puertas la comedia. La película también cuenta en su reparto con Zazie Beetz, Frances Conroy, Marc Maron, Bill Camp, Glenn Fleshler, Shea Whigham, Brett Cullen, Douglas Hodge y Josh Pais, pero claramente poco se puede decir de ellos, pues Phoenix es quien acapara cada plano de la película.

Igual de importante es el gran papel de Phoenix como la fotografía y la música. Phillips y el director de fotografía Lawrence Sher no han querido llevarnos a la ciudad de Gotham que todos tenemos siempre en la cabeza, repleta de gárgolas y calles sucias y oscuras con personajes de lo más variopintos, sino que nos llevan a una ciudad que bien podría ser Nueva York hace 40 años. No hace falta ver una ciudad imaginaria para que sus habitantes rocen la locura o pierdan la cordura, sólo hace falta ver en conjunto la realidad que nos rodea, y para ello parece haberse inspirado en el cine de Scorsese, no pudiendo dejar de recordar grandes películas como Taxi Driver o El rey de la comedia, y eso son palabras mayores, y curiosamente ambas también comparte con Joker a Robert De Niro.

En el apartado sonoro, la música parece claramente compuesta para ofrecer una sensación opresiva que nos lleva a ver a Arthur como la víctima principal de toda esta opresión. Una música hipnótica que pasa de la angustia a la fiesta, como las reacciones del propia Arthur dentro de su mundo de caos y locura mientras cambia su fragilidad por la destrucción.

A nivel de referencias, aunque no se haya basado en un cómic concreto para contarnos el origen del Joker, está claro que en la cabeza de Phillips rondaba la novela gráfica de Alan Moore y Brian Bolland, «Batman: La broma asesina», un clásico moderno de los cómics en el que nos relatan los orígenes del supervillano más carismático del mundo del cómic, y nos deleitan con una inolvidable interpretación sobre la perturbadora relación entre Batman y su mayor enemigo. La diferencia principal con la novela gráfica es que la película solo nos deja ver a Bruce Wayne en su infancia, en vez de mostrarnos ya al Caballero Oscuro, pero no falta la retorcida historia de locura y perseverancia en la que el Príncipe Payaso del Crimen lleva al límite a la ciudad de Gotham.

Más sombría y desgarradora que cualquier película del Universo Cinematográfico de Marvel, Joker incluso supera el realismo de la trilogía de Nolan del Caballero Oscuro, siguiendo las pautas de lo que siempre se presenta como el viaje que sigue un hombre para convertirse en un héroe, aunque en este caso no es un héroe a la antigua usanza. Al que algunos consideran héroe es para otros un villano, y la delgada línea de ser amado por muchos y odiado por otros que hemos visto en Batman la vemos aquí con su villano. 

Joker no es solo una impresionante película basada en un icónico personaje de cómics, es una impresionante película y punto. El realismo de esta versión, tanto del personaje como de la ciudad y la violencia, va más allá de las páginas y entra en la historia del séptimo arte.


¿Qué te ha parecido la película?

[kkstarratings]  

Joker

9

Puntuación

9.0/10

1 COMENTARIO

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