Crítica de ‘Non-Stop’: Viajar con Liam siempre es seguro

Las críticas de Miguel Moreno: Non-Stop

El español Jaume Collet-Serra se pasa al thriller aeronáutico de la mano del siempre correcto Liam Neeson para dirigir un film de acción y suspense al uso, del cual podemos destacar principalmente sus interpretaciones. Ya sabéis, si viajáis con Liam a bordo no hay nada que temer, y os lo dice uno que sabe como se las gasta en estas situaciones. Todos a bordo, que despegamos.

Collet-Serra no se anda con malabarismos y construye un thriller «sobre raíles». Es decir, lejos de artificios de guión y vueltas de tuerca tuercebocas, se ciñe a los patrones clásicos para cimentar una película simplemente correcta, en la que destaca un Liam Neeson que, acostumbrado y cómodo en estos de los papeles de tipo duro, se siente más confortable que nunca con una pistola y una placa en sus manos. Se trata de un film correcto, basada en un guión correcto, sin más. La premisa, tan sobada como vista, pero no por eso vamos a pisotear la película sin piedad. Neeson, como agente de servicio aéreo de los Marshall, se ve envuelto en una trama que le implica directamente. El avión en el que viaja es secuestrado por alguien  a quien debe desenmascarar, y que amenaza con matar a varios pasajeros según pase el tiempo a menos que se cumplan sus exigencias. A partir de aquí, el guión se desarrolla sin sobresaltos, pero con una tensión bien construida, todo sustentado por el buen hacer del amigo Liam, que de esto sabe un rato. Y es que no hay mas que mirar atrás en el tiempo y recordar otros films del irlandés como Venganza (Taken) o Sin identidad, también dirigida por Collet-Serra, para comprobar que si se trata de este tipo de personajes, él los bordará. Neeson ha cogido el gusto a estos papeles, y además su físico invita a ello. Se encuentra en su salsa, y se nota.

El papel secundario se lo relegamos a una actriz que ha demostrado su valía también en incontables ocasiones: Julianne Moore. Para el caso, su papel también resulta correcto, y no destaca en exceso, tratándose con seguridad de uno de esos papeles alimenticios que todo actor realiza alguna vez. Resulta además el perfecto acompañante de viaje para el protagonista, aunque se trate de un papel prescindible al fin y al cabo.

Como espectadores, y dentro del juego que se nos propone, nos haremos nuestras propias cábalas de sospechosos, posibles giros y acontecimientos, eso sí, todos ellos enmarcados dentro de los clichés propios del género, que si bien no refrescan el mismo o inventan nada nuevo, siempre han resultado válidos en estas producciones. De esta manera, el elenco se sospechosos a elegir dentro de un avión plagado de pasajeros no serán precisamente escasas.

Las películas que se desarrollan en espacios limitados, como la que nos ocupa, tienen un reto difícil. Y es el de mantener al espectador lo suficientemente interesado como para no abandonar. Hemos visto este caso en otras ocasiones como  en Vuelo nocturno, o Plan de vuelo: desaparecida, con similares resultados. Para el caso, hay que decir que el director consigue mantener el proyecto encima de los hombros con éxito, con los riesgos que rodar en estos límites supone. También son destacables las pinceladas de humor con las que el director adorna la cinta en momentos clave. No desentonan para nada y consiguen que el espectador al menos esboce una sonrisa puntualmente.

La función termina con el final que todos esperábamos, y sin estridencias, haciendo gala además de ese momento estrella con Liam pistola en mano que todos degustamos con placer. Los créditos aparecen en pantalla, y si uno tampoco se anima a levantarse y aplaudir, tampoco saldrá por la puerta mascullando a regañadientes. Todo gracias al oficio de Neeson y a Collet-Serra, y un guión correctamente elaborado y plasmado, sin artificios. No se puede pedir más, y además el tráiler no engaña a nadie.

Personalmente agradezco a la web poder haber acudido al preestreno, y aprovecho para comentarlo por aquí.