jueves, marzo 28, 2024

SEFF 2013. Selección Oficial. ‘Camille Claudel 1915’

Las críticas de Fernando Quintero en el SEFF 2013: Camille Claudel 1915
En Camille Claudel 1915 podemos ver el cruel destino de Camille es fruto de las acciones de su familia tras verla desesperada y enloquecida por el abandono de su amante, Auguste Rodin. Preocupados por los comportamientos erráticos e incrompensibles de la artista, deciden ingresarla en un manicomio al sur de Francia, para su propia seguridad y reposo. Lo que ellos no saben es que privarla de la alegría y el consuelo de la escultura es como arrebatarla una parte de sí misma. La desesperación la acompañará en los 30 años que pasa encerrada en aquel lugar carente de sentido y de arte, dónde no solo añora expresarse a través de las manos, sino que se siente incomprendida por una sociedad que reniega de ella solo por ser diferente. Esperando la visita de su hermano Paul, Camille tratará de buscar consuelo en aquella institución mental donde las paredes carecen de color y las personas de imaginación.

¿Qué es lo que pasa cuando un día descuelgas el teléfono y está en la otra linea Juliette Binocche diciendo que prepares un proyecto para hacer en conjunto? Esta respuesta sólo lo sabe Bruno Dumont y ha querido compartirlo en forma de homenaje a uno de los iconos femeninos más grandes de la historia.
Bruno Dumont ha conseguido llevar a la pantalla un capítulo de la vida de la famosa escultora, no hay que confundirlo con un biopic, porque en la película cuenta de manera maravillosa, acogedora y brillante, los motivos por los que Camille Claudel se encuentra ingresada en el centro de salud. Todo esto mientras podemos disfrutar de Juliette Binoche.
Y digo esto porque, sin miedo a equivocarme, puedo decir que en esta película he encontrado una de las mejores interpretaciones de las que he visto nunca. Binoche hace de lo difícil, algo fácil y tan pronto podemos verla riéndose, como que a los cinco segundos, su ojos están bañados en un mar de lágrimas. Consigue llevarnos consigo a todos los recónditos de la mente de la famosa escultora francesa  y su puesta en escena es capaz de dejar a más de uno sin palabras, quizá porque el director le pidió que se mantuviera un tiempo en un centro psiquiátrico para poder indagar en la mente de la escultora. Además, su parecido físico y el de Camelle Cloudel son asombrosos, sobre todo porque no ha utilizado maquillaje en ninguna escena de la película.
Volviendo al director y guionista de la cinta, he de decir que me ha sorprendido gratamente, puesto que, bajo sus propias palabras, no ha habido un ejemplar de guión que se haya repartido a los actores principales hasta última hora. Incluso ha confesado que gran parte del guión, está basado en las correspondencias que le hacía llegar Camille a su hermano y a su ex-pareja el también escultor, Auguste Rodin en la época concentrada entre 1913 y 1943. Por lo que podría decirse que es una de las películas con mayor rigor de investigación que se haya producido hasta la fecha.

Gracias a este hecho, veremos en Camille Claudel 1915 unas interpretaciones prodigiosas tanto de sus protagonistas, como de los pocos secundarios que tiene. Y puesto que hablamos de secundarios, cabe mencionar que la gran mayoría de estos, son personas con deficiencias psíquicas reales que el mismo Bruno Dumont seleccionó personalmente junto al equipo médico del hospital psiquiátrico, el cual le dijo que podía utilizar a sus residentes en la película bajo la condición de que no fueran denigradas en la pantalla, a lo que el director contestaba que no se lo había pasado por la cabeza en ningún instante, salvo en una escena. Era requerida que Binoche gritase y tuviese un conflicto con una paciente del centro y gracias a la elección de esta paciente por el equipo médico y por el director, podemos disfrutarla en la película y comprobar el meritorio trabajo que han conseguido.

Gracias a este tipo de películas, nos acercan la vida de unos personajes (para muchos desconocidos) que han marcado una antes y un después en la historia de la humanidad y, en el caso de de Claudel, sus manías, pensamientos y sospechas. Esas que llegaron hacer pensar a la escultora, que Monet había mandado espías a las instalaciones en las que se encontraba para robarle las esculturas que hacía en él. Esto se puede ver plasmado de manera excepcional en una escena donde, con una cantidad justa de barro como para acaparar su mano, intenta hacer una escultura desistiendo al poco y tirándola al suelo por miedo a que se la roben.

Con una fuerza y maestría digna de muy pocos, Dumont a encumbrado con esta película un poco más la figura de la mujer, de la cual dice que es capaz de compararla con la figura del Che Guevara en la forma femenina.

En resumen. La unión BinocheDumont ha dado los frutos deseados y no ha defraudado a nadie, siendo capaz de demostrar que no hay que introducir en un film al actor de moda de turno y dejarlo sin camiseta para atraer más al espectador por lo que, en resumidas cuentas, este dúo ha sido capaz de recordarnos el porqué de disfrutar de una buena película, y esto es la inmejorable interpretación y dirección.

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