Las críticas de Carlos Cuesta: Oblivion
El planeta Tierra ha quedado arrasado por la guerra nuclear. La invasión extraterrestre no pudo completarse pero el precio para los seres humanos fue perder su hogar. Con la Luna destruida los terremotos y los tsunamis devastaron las ciudades y la contaminación nuclear hizo inhabitable casi toda la superficie. Jack (Tom Cruise) y Victoria (Andrea Riseborough) componen un equipo destinado a reparar las naves no tripuladas que defienden estaciones estratégicas en la Tierra. Absorben los recursos para trasladarlos a Titan, el nuevo hogar de la raza humana. Los conocimientos que poseen sobre su tarea son demasiados valiosos para caer en manos enemigas, por eso se impone el borrado de memoria obligatorio antes de comenzar la misión. Cuando su trabajo está a punto de concluir, un hallazgo provoca que Jack empiece a dudar de los verdaderos motivos de su misión y se pregunte qué recuerdos le han sido arrebatados.
Oblivion es un permiso concedido a la fascinación. Acompañar a Jack en sus viajes nos permite sobrevolar paisajes sobrecogedores incluso con la Tierra destruida, disfrutar de lo que se ha salvado y abandonarnos a un nostálgico sentimiento de pérdida irreparable. El ansia de conocer se va satisfaciendo poco a poco, pero en dosis muy reducidas mientras se apodera de nosotros la tensión que el protagonista siente en sus solitarias y peligrosas incursiones a la superficie, pero sobre todo cuando nos contagie el vértigo de acercarnos a la verdad. Como le ocurre al personaje, la desconfianza crece en nuestro interior como una semilla en un terreno abonado, que en el caso de Jack son imágenes y breves recuerdos que regresan a su mente. El protagonista, empujado por una obligación moral más allá de las órdenes, encontrará supervivientes de un antigua nave espacial. Dentro encontrará una tripulación humana viva y a la mujer que ha estado recordando en sus sueños.
Oblivion es una película recomendable para los aficionados a la ciencia ficción, a la tecnología, a la intriga. Un acertado diseño de producción pone al alcance de los protagonistas vehículos, artilugios, armas y edificaciones que nos maravillan. Componen un universo de abandono y aislamiento que se encarga de vestir una intensa banda sonora (Anthony Gonzalez, Joseph Trapanese, M.8.3) llamada a alimentar la tensión y a revestir de épica el final de la raza humana en la Tierra.
El principal mérito de esta historia creada por Joseph Kosinski (Tron Legacy) es el éxito a la hora recrear ese ambiente de soledad, de frialdad técnica donde no cabe mayor criterio que la eficacia. En el camino hacia el desenlace se nos incita a reflexionar sobre los peligros de la obediencia ciega, sobre la Humanidad sometida al progreso, sobre las cosas que nos convierten en seres humanos más allá de nuestro origen biológico.
La trama no es especialmente compleja y se va recorriendo con facilidad pero con mucha curiosidad. En el espectador se alimenta la desconfianza porque hay detalles que no cuadran en la versión oficial del desastroso pasado. No es necesaria gran astucia para intuirlo, pero la verdadera naturaleza de los enemigos, de la guerra y de la misión encomendada al equipo sí depara sorpresas (incluso después de ver trailers y promociones poco cautas; claro, Morgan Freeman no podía ser un secreto que no apareciera en los carteles).
En esta película no hay actuaciones sobresalientes pero todas son buenas actuaciones. En el plantel quizá la mejor esté reservada para
Andrea Riseborough. El suyo no es el papel más relevante, pero es el más complejo y uno de los que más emociones y dilemas afronta. La técnico que interpreta mantiene con su compañero una relación sentimental que comienza a mellarse cuando aparezca Julia (
Olga Kurylenko). Entonces deberá decantarse por la confianza hacia Jack o el cumplimiento estricto de las órdenes.
Tom Cruise se desenvuelve con la comodidad que acostumbra en el género de acción y responde ante el reto de hacer creíble su personaje, aunque la cuestión de la falta de recuerdos y el propio ambiente de la historia limiten las posibilidades de lucir una gran actuación. La misión del actor en este caso es lograr empatizar con el espectador y que logremos identificarle con todas las personas que desearían continuar viviendo en la Tierra, con la gente que añora su hogar, con los ciudadanos que son capaces de ir un poco más lejos y se atreven a cuestionar las órdenes y las leyes cuando corren el riesgo de deshumanizarse. Él lo logra. Por cierto, la presencia de este actor unido a los dispositivos tecnológicos que emplea y a todo el contexto de la invasión extraterrestre, (además del intimidante ruido grave de los drones que repara) me hizo pensar en este película como en una mezcla de Minority Report con La guerra de los mundos y de otra tercera película que no quiero desvelar, pero pensad en el papel de Morgan Freeman y sabréis por donde voy.
Debo reconocer que Oblivion me ha sorprendido y que aunque algunos de los acontecimientos que muestra ya me los esperaba, mantiene una importante capacidad de sorpresa. Hay que decir que un análisis de la trama podría dejar algún cabo suelto (y el final aunque profundamente emotivo es un tanto ingenuo y permisivo) pero el desarrollo de la historia te atrapa y te implica, por eso disfruté y me emocioné viéndola.
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Retomamos nuestro ciclo dedicado a Tom Cruise. Sería un placer e incluso un honor lograr entrevistarlo para su próximo estreno. Ojalá las productoras tengan en cuenta nuestro interés y admiración, sobre todo el mío personal, por la carrera de este actor.
Aunque comparto gran parte de tu opinión, yo salí del cine con un sabor más agridulce. Quizás me esperaba demasiado.
La película, además de tener una trama demasiado obvia que todo el mundo sabía lo que iba a pasar, a ratos(demasiados ratos)era lenta hasta la desesperación. Esperabas que llegara algo, que pasara algo, que nunca terminaba de suceder.
No sé, quizás soy yo que iba con unas expectativas de una peli más de acción. Aunque por lo que he visto el sentir general es ese, que es una peli que está bien, entretenida, pero demasiado lenta.
Eso sí, la estética, los paisajes, los efectos (tanto visuales como sonoros) son brillantes, lo que más me gustó.
Y sí, yo en más de una escena creí estar metido de lleno en La Guerra de los Mundos, jaja.
Al fin la he visto y puedo opinar. Yo no esperaba una película de acción, pues el director ya me conquistó con TRON Legacy, y ofreció una película con menos acción de la que esperaba. De esa forma, me he encontrado con una película previsible, pero que visualmente es espectacular, en lo que respecta a historia está a la orden del día de cómo podemos acabar si seguimos portándonos como nos portamos, y que, a excepción del final, que me dejó un tanto perplejo, no se me hizo para nada larga, y me metí de lleno en ella.
Como casi siempre, totalmente de acuerdo con la crítica de Carlos.
Es sorprendente a nivel visual y sonoro, y de las interpretaciones destaco la de Andrea Riseborough, es la que más me ha convencido.