Las críticas de Carlos Cuesta en la 57 Seminci: En plan romántico
En plan romántico es el único cortometraje español que compite en la sección oficial de Seminci este año. El argumento ideado por Peris Romano nos hace partícipes de la relación de dos jóvenes separados por la distancia y que se comunican por ordenador a través del programa skype, a modo de videoconferencia. La conversación que contempla el espectador es especialmente trascendente. Ella cree que está embarazada y entonces comienzan una discusión animada para recordar si la noche de su último encuentro él uso o no preservativo.
Aunque el autor habla de esta película como un homenaje a las películas románticas el argumento es ciertamente prosaico, y ahí viene la gracia de toda la historia. La película tiene abundantes chispazos de humor aunque empiece con una interpretación demasiado fingida que se va resolviendo conforme la pareja entra en calor y los diálogos se vuelven más espontáneos. La discusión deriva por temas como la falta de romanticismo de él, su falta de planes de futuro o incluso el sexo tántrico. Una vez metidos en faena la ordinaria sinceridad del protagonista (Daniel Pérez Prada) se mete al público en el bolsillo.
Los americanos saben hacer comedias románticas, cuentos imposibles de gente guapa que se enamora, tienen un desengaño; al final de la película el hombre se expone en una tierna escena de ridículo con la que consigue reconquistar a la mujer de su vida. En España, en este género, los personajes suelen ser hombres desastrosos y medio inútiles que ejercen sobre las mujeres un cierto hechizo de compasión y ternura. Pero en el fondo no sólo son personajes incapaces de tomarse nada en serio, son tipos válidos para algo, y una vez entendida la vida como es, la chica se conforma con lo mediocre que les hace felices en vez de con lo perfecto que nunca llegará.
El arquetipo de diletante gracioso es lo más divertido de esta película. En este caso el tipo es capaz de bromear sobre cualquier cosa, por importante que sea, como si tal cosa, y se toma con aparente calma algo tan relevante como que «el condón se rompió un poco», pero nada más. Ella (Rut Santamaría) completa la escena. Es la parte racional del asunto, pero a la vez la parte histérica de la historia y muy espontánea en el insulto. Nadie usa la palabra gilipollas como una mujer y pocas cosas hacen más gracia que llamar gilipollas a alguien que se comporta como tal cuando se usa la cadencia adecuada.
En definitiva una película graciosa sobre relaciones que consiguió hacer reír al público muchas veces, incluso hasta el final con su conclusión abierta. Desde luego la película pincha cuando intenta introducir un elemento dramático y ni los actores ni la forma en que se presenta la escena dan la talla, en parte porque la música no le echa el capotazo a tiempo a los personajes y aparece cuando el espectador ya ha visto el truco. Pero bueno, Peris Romano consiguió cumplir la expectativa propuesta en la presentación del corto, «espero que nos riamos», y nos reímos.
P.D. Sé que es un corto que haría mucha gracia a personas que mantienen relaciones a través de Skype. ¿Verdad Emilie? Je hâte de te voir.
Ay, cómo se ha notado por esa postdata que este corto te ha calado!!! jejeje