viernes, marzo 29, 2024

‘Jerry Maguire’: ¡Enséñame la pasta!

Las críticas de Carlos Cuesta: Jerry Maguire


Jerry Maguire (Tom Cruise) es un representante de deportistas de élite que trabaja en una compañía para la que sus clientes no son más que oportunidades de llenar la cuenta corriente. Una terrible lesión de uno de «sus deportistas» le involucra en un trascendental encontronazo con el hijo de aquél y esto le provoca un asomo de conciencia. Iluminado por un pensamiento inspirador, «mejor atención, menos clientes», plasma en un documento su declaración de objetivos. En un mundo de tiburones como el suyo, esta osadía le supone el despido inmediato. Abandonado por su empresa y por todos sus clientes menos uno (el polémico e intratable jugador de fútbol americano Rod Tidwell, Cuba Gooding Jr.) se verá obligado a aplicar su propia filosofía a un nuevo proyecto empresarial.
Si tuviera que escoger mi película favorita entre las que ha protagonizado Tom Cruise seguramente elegiría Jerry Maguire. Es muy apropiada para el día de hoy, en el que conocemos los resultados de los Oscar. Nominado como estuvo para conseguir la estatuilla como mejor actor principal en 1997, y señalado el camino tras lograr el Globo de Oro, esta fase de la gloria le pasó de largo y le cayó encima, por derecho, a Cuba Gooding Jr. como mejor secundario.

Dorothy Boyd (Renée Zellweger) es la única empleada de esta compañía que se embarca en la locura forzada de Maguire. Ella es una madre soltera impresionada y enamorada de la carismática figura de su jefe. Si el tropezón profesional del representante remata con la cancelación de su futuro enlace prematrimonial, la estrecha relación entre la empleada y el patrón de la nueva empresa devendrá en una nueva relación amorosa. Él es un hombre que no sabe estar solo y ella una madre que necesita una figura paterna para su chaval.
Pero si importante es la relación hombre-mujer, casi más lo es la que une y enfrenta al representante con su cliente. Tidwell es una máquina negra del fútbol americano obsesionada por el dinero, los mimos de las grandes marcas y por un honroso último contrato que asegure el futuro de su familia. Mientras Jerry Maguire pretende conseguir que Tidwell se comporte y recupere las formas de un campeón mediático, el jugador será para el representante el faro para que le dicte sus errores y su posible falta de honestidad ante la relación sentimental en la que se embarca empujado por las circunstancias.
Nunca como en este caso merecía Cruise ganar el Oscar, en una película inspiradora, conmovedora, cínicamente cómica en la que su «duelo» con Gooding Jr. nos hace delirar, como en la escena en la que los dos negocian el mantenimiento del contrato y todos oyen al personaje de Cruise vociferar histérico: ¡Tú eres mi negro! !Enséñame la pasta!
Cruise luce su mejor sonrisa y de entrada da el perfil perfecto para el papel de triunfador carismático al límite del fracaso debido a una mala decisión. Es el culmen de su arquetipo actoral. Zellweger borda su presencia con un papel de mujer ingenua, tierna, de madre responsable necesitada de emoción. Gooding Jr. es una bestia en la piel de Tidwell. Malhumorado, desquiciante, pasional y cariñoso en lo familiar, inaguantable en lo profesional. Junto a Jerry Maguire vivirá también al filo del fracaso en busca del gran contrato que los salve a ambos. Otros dos de los secundarios que dan mucho empaque a esta gran película son Jay Mohr, en la piel de Bob Sugar, quien pasará por encima de su mentor (Maguire) para quedarse con su puesto, y Regina King como mujer de Tidwell, una dura negociadora, defensora a muerte de su marido.
Quizá el camino de la honestidad y de los valores no sea siempre la mejor senda, o la senda más fácil; quizá en ocasiones sólo sea una invitación al fracaso, pero desde luego, es el camino que lleva a lo auténtico. No sé si la industria del cine y su trastienda, y mucho menos un día de Oscars, es el mejor ejemplo de lo que es auténtico y genuino, o no. Pero desde luego que hay pocas cosas tan inspiradoras para mí como Jerry Maguire. Me la veo con anuncios, sin anuncios y las veces que haga falta (infinitamente agradecido al escritor y director del asunto, Cameron Crowe). Me despido con una frase del mentor de Maguire, un personaje de breves pero signifitivas apariciones. «Si no puedes querer a todo el mundo, no puedes vender nada a nadie». Cruise lo sabe. Me lo demostró el día que me firmó la carátula que véis sobre estas líneas, en su último acto público en España.

1 COMENTARIO

  1. Completamente de acuerdo con tu crítica. No se si una de sus mejores actuaciones, pero sin duda una de las más inspiradas. Una forma de mezclar la comedia y el drama sin caer en los tópicos propios de esos géneros, y un papel que el protagonista clava, primero físicamente (recuerda mucho a la imagen del típico ejecutivo medio con mucha ambición y prestigio) y con un carisma que le da ese enorme realismo a la historia. Me gustaría pedirte un pequeño favor: estoy empezando en esto de las críticas al séptimo arte, y me gustaría que te pasaras por alguna de ellas y me explicaras si te parecen demasiado largas o si cambiarías algo. No pienses que quiero publicitarme, simplemente le he ido pidiendo consejo a bloggeros veteranos del sector, y poco a poco voy aprendiendo. Un saludo y gracias, seguiré leyendo tu blog, que me ha encantado

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