jueves, abril 18, 2024

‘Immortals’: Un mero entretenimiento sin guión

Las críticas de David P. «Davicine»: Immortals
La mitología griega es un tema muy tocado en el séptimo arte, sobre todo por la fuente inagotable de historias y personajes que ofrece. Desde hace décadas hemos disfrutado de grandes películas que han tocado este tema, dejandonos clásicos como Helena de Troya (1956), Jasón y los Argonautas (1963), Furia de Titanes (la original de 1981, no el remake), e incluso, más recientemente, Troya (2004).
En la última decada se estrenó una película que posiblemente marcara el género: 300. La película era  adaptación cinematográfica estadounidense de la novela gráfica del mismo nombre de Frank Miller, la cual relata la Batalla de las Termópilas, y supuso un lavado de cara a un estilo de rodar, con escenas imposibles, secuencias a cámara lenta y una fotografía cuanto menos peculiar. 300 tendrá sus detractores, pero somos muchos los fans de esta película, y aún, a día de hoy, son muchas más las películas que quieren seguir exprimiendo este título, como es el caso que aquí nos trata, Immortals.
Bajo la premisa ‘De los productores de 300’, nos llega una película que intenta retomar las historias griegas y el arte del Renacimiento, pero desde el primer momento nos damos cuenta que si eso es lo que buscábamos en ella estamos equivocados.

El director Tarsem Singh ha intentado realizar un proyect ambicioso, con una estética deslumbrante, pero ha dedicado tanta atención al aspecto de su imagen que ha desplazado cualquier sentimiento. Todo se reduce a adultos aficionados a disfrazarse jugando delante de pantallas verdes sin importarel guión, y sólo dedicándose a desgarrar o decapitar a sus adversarios. Quizás en eso coincida en parte con 300, pero aquella tenía una base seria, excesiva o no, pero seria al fin y al cabo.
La trama de la película intenta ser «real», y nos cuenta como un nuevo peligro amenaza la Tierra. El rey Hiperión ha declarado la guerra a los hombres enloquecido por el poder. Tras reunir a un ejército sanguinario formado por soldados desfigurados, Hiperión quema Grecia en busca de un arma de poder inimaginable, el legendario arco Epiro, hecho por Ares en el Olimpo. Quien lo posea podrá liberar a los titanes, encerrados tras los muros del monte Tártaro desde el principio de los tiempos clamando venganza. En manos del rey, el arco significaría la destrucción tanto de los hombres como de los dioses. Una ley prohíbe a estos últimos entrometerse en los conflictos humanos. Nada puede detener a Hiperión, hasta que un campesino llamado Teseo les devuelve la esperanza.
Tras leer la trama podemos pensar que Immortals promete, pero la película acaba convirtiéndose en un mero objeto de entretenimiento, que si bien puede hacer disfrutar de secuencias sanguinarias y acción trepidante, los conocedores de la mitología griega pondran el grito en el cielo.
Si el director buscaba sorprender con decorados inverosímiles, lo ha conseguido, pero ver tantas escenas que se llevan a cabo en el mismo lugar rocoso junto al mar, se convierte rápidamente en monotona. Cuando la cámara se mueve más cerca, por lo general para los intercambios de diálogos entre los olvidables personajes, simplemente sirve para ver un montón de cuerpos repletos de abdominales contraídas.
Eso sí, a pesar de todo lo dicho, la película es más interesante de lo que realmente puede parecer, temas de adaptaciones o veracidad aparte, pues en ocasiones simplemente vamos al cine para desconectar y disfrutar de las palomitas con los amigos, y esta película, en mayor o menor grado, lo consigue, sobre todo con la maravillosa escena inicial, un vistazo a los Titanes de ceniza en el monte Tártaro atrapados en un cubo infernal de la que no parece haber escapatoria, así como el majestuoso tsunami que envuelve la costa o una guerra increíble entre los dioses, que bien podría ser un espejismo de una mucho mejor película que podría haber sido, al menos a nivel conceptual. 
El reparto tampoco debe preocuparse en exceso de ofrecernos una gran trabajo, incluso el héroe Teseo, interpretado por Henry Cavill, se queda en un ser un poco gruñón y poco devastado por el asesinato de su madre. 
Efectos visuales llamativos en pro de ser recordados, que nos amenizaran un rato, pero no lograran llamar nuestra atención como para esperar con ilusión una secuela. Cine palomitero 100%.

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