Las críticas de Laura Zurita:
Presence
Rebekah (Lucy Liu), su marido (Chris Sullivan) y sus hijos comienzan a experimentar fenómenos inexplicables tras mudarse a su nueva casa en los suburbios. Las extrañas presencias que se manifiestan a su alrededor les harán cruzar la fina línea que separa la realidad de la percepción… Una película contada enteramente desde el punto de vista de un fantasma.
Presence está dirigida por Steven Soderbergh, sobre un guion de David Koepp, e interpretada por Lucy Liu, Chris Sullivan, Julia Fox, West Mulholland, Callina Liang y Eddy Maday. La película se estrena en España el 7 de marzo de 2025 de la mano de Diamond Films.
La importancia del punto de vista
Steven Soderbergh, que nunca ha tenido miedo de entrar en proyectos arriesgados, nos asombra ahora con Presence, un thriller psicológico que juega con herramientas del subgénero de casas encantadas y desmantela la aparente seguridad del hogar para revelar las fisuras de la familia moderna.
Presence nos presenta una narrativa que se desarrolla a través de la mirada de una presencia invisible, un observador silencioso que será testigo primero, para luego tomar un papel relevante. La técnica de rodar a través de los ojos de un personaje ha sido una herramienta poderosa en el cine para generar inmersión y subjetividad, aunque con resultados variados.
Por ejemplo, en La dama del lago (Robert Montgomery, 1946), el director experimentó con la cámara en primera persona, buscando que el espectador viviera la trama desde la perspectiva del protagonista. Mucho más reciente, en el género de terror, De naturaleza violenta (Chris Nash, 2024) busca generar un impacto perturbador con este recurso, al mostrar la violencia a través de los ojos del perpetrador. Presence es más tranquila, nada sangrienta, pero a su manera resulta más inquietante, al mostrar una mirada siempre presente, aún en la intimidad, sobre una familia que anda sospechando.
La familia y el fantasma
Presence abre con una agente inmobiliaria preparando apresuradamente la casa para una familia interesada en comprar: Chris (Chris Sullivan), Rebekah (Lucy Liu), Tyler (Eddy Maday) y Chloe (Callina Liang). La familia tiene secretos y silencios, y la tensión es constante en sus interacciones. La presencia, por el mero hecho de estar, nos va revelando una vida familiar imperfecta y compleja, como lo son tantas otras. Duele la crueldad adolescente de Tyler hacia su hermana, ante la tranquila indiferencia de su madre y la mirada preocupada del padre.
La cámara subjetiva, manejada con maestría por Soderbergh, nos va mostrando cómo la familia, al principio completamente ignorante de la presencia, poco a poco se va haciendo consciente de unos fenómenos que hubiera preferido ignorar.
Presence no es una película de terror al uso, sino que opta por una atmósfera de suspense y sugestión. Más que horror, en la familia se va creando una atmósfera de inquietud e inseguridad, ya que la casa deja de ser un lugar seguro para convertirse en un espacio lleno de preguntas y misterio.
El tono autoral de ‘Presence’
Uno de los temas centrales de Presence es la pérdida, ya que la familia ha experimentado el fallecimiento de alguien de su círculo cercano recientemente. Chloe es la más afectada, y parece que la presencia quisiera protegerla de eso y de su situación en la familia. A través de su interacción con Ryan (West Mulholland), un compañero de escuela que también lucha con problemas familiares, Chloe quiere encontrar un refugio emocional, despertando la inquietud de la presencia.
Soderbergh es un verdadero autor en Presence, ya que, además de dirigir, también se encarga de la fotografía y el montaje, dando coherencia a la estética de la película. Los planos cerrados y los movimientos de cámara sutiles nos dan una idea de la casa como un laberinto en el que es difícil encontrar la salida. La presencia ve el mundo a través de un filtro, con colores apagados, creando una sensación de que lo irreal no es la presencia, sino el mundo al que mira.
La presencia tiene personalidad propia
Presence comienza con unas escenas relajadas y tranquilas, pero la tensión va aumentando a medida que se revelan los secretos de la casa. El guion está bien construido en relación con las tensiones de la familia, y de la personalidad de la presencia. En este último caso, hay unas pequeñas inconsistencias que pueden distraernos un poco, es algo que tiene que ver con la capacidad de la presencia para interactuar con la materia, pero son pequeños flecos en un buen diseño de personaje.
La presencia tiene personalidad propia, y vamos viendo que también tiene deseos, preocupaciones e intenciones. Es protectora y cuidadora, y antes de que la película termine sabremos por qué. De hecho, Presence nos revelará quién es la presencia, y las razones de su comportamiento. Lo hará paulatinamente, a través de unas líneas de diálogo cuidadas y bien situadas, lo que pide que el espectador esté atento a las señales, aunque aparezcan minúsculas o sin importancia. La revelación es devastadora y sorprendente, de esas que te hace revisar la historia, que se presentará bajo una nueva luz.
Un thriller en una casa encantada
En Presence, las actuaciones de los miembros de la familia transmiten la sensación de naturalidad y, conforme la cinta va progresando, de angustia y ansiedad. Una nota discordante es Ryan, amigo de la familia, un personaje que no terminamos de creer y que desluce la parte de la trama en la que está involucrado.
En resumen, Presence es un thriller psicológico inquietante que transciende el terror tradicional. Con una estética cuidada y una narrativa audaz, explora la fragilidad humana y la percepción a través de una presencia invisible. La dirección y la fotografía son impecables, creando un laberinto visual inmersivo. Las actuaciones son sólidas, y la revelación final es sorprendente y da una nueva dimensión a la historia.
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