Las críticas de Laura Zurita:
Nunca te sueltes
Una angustiada madre (Halle Berry) y sus dos hijos viven en una cabaña en el bosque bajo el influjo de un espíritu maligno, «el Mal». Necesitan estar conectados en todo momento a los cimientos de su cada vez más destartalada casa, aferrándose los unos a los otros, llegando incluso a atarse con cuerdas. Pero a medida que la comida escasea, los niños empiezan a preguntarse si «el Mal» es real y los lazos que los unen se rompen, desencadenando una aterradora lucha por la supervivencia.
Nunca te sueltes está dirigida por Alexandre Aja sobre un guion de KC Coughlin y Ryan Grassby e interpretada por Halle Berry, Percy Daggs, Anthony B Jenkins y Matthew Kevin Anderson. La película se estrena en España el 15 de noviembre de 2024 de la mano de Vertice cine.
Ataduras reales y simbólicas
Nunca te sueltes presenta una inusual vida familiar. Una madre y sus dos hijos mellizos viven en una casa aislada en un bosque salvaje. La maldad acecha en el exterior, esto es, la maldad en sí misma, insidiosa y persuasiva, una maldad que ha matado a todo el mundo conocido excepto a ellos. Viven sin electricidad, sin conexión con nadie, atados a su casa, que es su único refugio contra el fin. Un hecho calamitoso hará que se planteen interrogantes y la rutina de años se vea interrumpida.
Siendo a la vez una obra de terror psicológico y un drama familiar, Nunca te sueltes, desde mi punto de vista, equilibra bien ambas vertientes. La relación entre la madre y los dos chicos es claustrofóbica y controlada en extremo. En la pequeña y truncada familia el miedo y el amor se entrelazan formando una relación tan fuerte que llega a ser enfermiza. La atadura de la familia a la casa es tan física como mental, y funciona también en un plano simbólico, ya que la madre busca mantener a sus hijos atados tan cercana e ineludiblemente atados a ella como lo están a la casa.
Conclusión insegura
La estética de Nunca te sueltes sigue en buena parte las convenciones de las películas de horror, dando sustos de vez en cuando, aunque no se abusa de ello. Funciona en buena parte de la película, si bien conforme avanza, la sensación de inseguridad del espectador se agudiza, ya que no sabemos bien si la raíz de todo esto está fuera en el mundo exterior o en el seno de la familia. De hecho, uno de los problemas de la película es que al final nos da una solución con algún elemento ambiguo, algo así como darte un rompecabezas donde al final te sobren piezas y dejando una sensación de frustración e incompletitud.
Nunca te sueltes tiene como gran referente la película El bosque (M. Night Shyamalan, 2004), aunque las intenciones y la tensión subyacentes son muy distintas en ambas películas. La narrativa de El bosque es, no obstante, más robusta y tersa, y su final es mucho más claro y satisfactorio.
El hecho de que la película funcione bien a nivel emocional se debe en buena medida a las actuaciones del trío protagonista. Halle Berry es convincente y conmovedora como madre aterrada, no solo de la situación, sino también de su responsabilidad e impotencia. Destacan también los jóvenes actores, Percy Daggs y Anthony B Jenkins, que logran transmitir emociones sin sobreactuar, y dando impresión de gran espontaneidad.
Una atmósfera claustrofóbica, una fotografía sugerente y unas actuaciones sólidas convierten a Nunca te sueltes en un thriller intrigante y estéticamente destacado. Pero su narrativa, aunque prometedora, se pierde en ambigüedades y deja al espectador frustrado y deseando una mejor resolución de un buen planteamiento.