Las críticas de Daniel Farriol
La monja II
La monja II (The Nun II) es un filme estadounidense de terror que está dirigido por Michael Chaves (Expediente Warren: Obligado por el demonio, La llorona), con un guion escrito por Akela Cooper (M3GAN, Maligno), Ian Goldberg (Eli, Dead of Summer) y Richard Naing (Eli, La autopsia de Jane Doe), basado en una historia de Akela Cooper, según los personajes creados por James Wan y Gary Dauberman. Un sacerdote es asesinado. Un mal se está extendiendo. La hermana Irene una vez más se encuentra cara a cara con Valak, la monja demonio.
Está protagonizada por Taissa Farmiga, Jonas Bloquet, Storm Reid, Bonnie Aarons, Anna Popplewell, Katelyn Rose Downey, Natalia Safran y David Horovitch. La película se estrenó en España en cines de la mano de Warner Bros Spain el 8 de septiembre de 2023. Se ha estrenado en plataformas el 27 de octubre de 2024.
Una secuela mucho más redonda
La monja (Corin Hardy, 2018) fue un spin-off de la saga Expediente Warren de James Wan que ahora tiene su continuación en La monja II, octava entrega de la franquicia y muy superior a la anterior propuesta de terror monjil. La trama recupera a dos de los personajes que aparecían en la primera, la hermana Irene (Taissa Farmiga) y Maurice (Jonas Bloquet), quienes deberán enfrentarse nuevamente a Valak, la monja demonio que desató el caos en el monasterio de Cârţa y cuyo espíritu maligno ahora está viajando por Europa matando a miembros de la comunidad católica.
La monja II nos sitúa 4 años después de los acontecimientos de la primera, en 1956, y lo hace mediante dos tramas que avanzarán en paralelo hasta que Irene y Maurice vuelvan a reencontrarse. La religiosa ahora sirve en un convento de Italia intentando reconducir la mala conducta de una novicia carente de fe, Debra (Storm Reid), ingresada allí por su familia para huir del racismo imperante en Mississippi. Por su parte, Maurice trabaja haciendo tareas de mantenimiento en un internado femenino en Francia, a la vez que protege a Sophie (Katelyn Rose Downey) del maltrato que sufre por parte de las otras niñas.
Ante las recientes muertes en diversas iglesias y monasterios, Irene será requerida por el obispado para que utilice sus cualidades espirituales para enfrentarse nuevamente al demonio y obrar «otro milagro». Será durante sus pesquisas cuando Irene descubra que Valak poseyó el cuerpo de Maurice cuando éste le salvó de morir ahogada al final de la anterior película, así que irá en su búsqueda para salvarlo ahora a él y acabar definitivamente con el demonio.
Terror y aventura
En manos del director Michael Chaves, La monja II acierta en su combinación de géneros en un ejercicio de estilo similar a lo que él mismo hizo en Expediente Warren: Obligado por el diablo (2021), así que si eres de los que criticó ese viraje del terror hacia otros terrenos limítrofes, tampoco te gustará esta secuela. La monja II ofrece set pieces de horror puro tan brutales como el prólogo en la iglesia de Tarascón, las del interior de la capilla derruida en el internado o la escena de la librería, la mejor y más original de todas, así como otras apariciones de la monja demonio que utilizan la arquitectura del espacio para crear pareidolias en paredes, sombras o humo muchos más aterradoras que cualquier aparición física del maligno ente.
Pero, como decíamos antes, Chaves no solo busca asustar al personal y plantea un acercamiento aventurero que tiene mucho más de Indiana Jones y del cine de los años 80-90 que del terror elevado que se lleva ahora. Puede sonar extraño en un filme de terror religioso como este, pero son evidentes esas influencias cuando las monjas adquieren dotes arqueológicas para desentrañar el misterio de la luz que se filtra por una vidriera de manera muy similar a cuando Indy encuentra el Arca de la Alianza mediante el «Bastón de Ra» en En busca del Arca perdida (Steven Spielberg, 1981).
Esos guiños aventureros dotan al filme de una frescura inesperada. La investigación acerca de reliquias como «los ojos de Santa Lucía» resulta ser más detectivesca que apegada a la teología, por eso Irene lucha cuerpo a cuerpo con el demonio, no solo recitando pasajes bíblicos.
Las distintas formas del horror
Con la subtrama del internado se arriesga todavía más porque ralentiza de manera consciente la acción mediante una subtrama romántica entre Maurice y la madre Sophie, Kate (Anna Popplewell), una profesora que trabaja allí. Es cierto que esta parte no ofrece demasiados avances interesantes ni indispensables para la historia, pero se agradece que la narrativa adquiera un tono arrebatador de clasicismo escénico que funciona bien de manera independiente, no tanto en su conexión con las otras partes del relato. De todas formas, esos momentos de calma sirven para darnos respiro del horror sobrenatural y ponen en contexto la importancia de luchar por nuestros seres queridos para vencer al mal que nos rodea.
Cuando los caminos de Irene y Maurice se juntan, se desata finalmente la locura de La monja II a través de levitaciones espontáneas, infestaciones demoníacas y seres de ultratumba con forma de macho cabrío que van persiguiendo a las niñas por los pasillos del internado. Se abandona la sutileza de los primeros dos tercios de película para dar paso al horror de gran guiñol, eso sí, sin salirse de los cauces del producto comercial que realmente es la película.
La monja II es una secuela inteligente y divertida, a menudo incomprendida, que saca partido a sus personajes para dejarnos con ganas de más, seguro que las peripecias de la Hermana Irene cazando demonios nos tienen reservadas más sorpresas en el futuro. Michael Chaves se muestra como un director audaz para la puesta en escena acercándose al terror desde distintos ángulos, desde lo atmosférico hasta lo efectista, sabiendo conjugar todos los elementos en una secuela de terror religioso que bebe de los clásicos sin renunciar a las nuevas corrientes del género. Una aventura de terror muy juguetona y entretenida.
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La monja II
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