Las críticas de Laura Zurita:
Dogman
De niño, Douglas fue maltratado por un padre violento, que luego lo arrojó a los perros. En lugar de atacarle, los perros le protegieron. Traumatizado y llevando una vida al margen de la sociedad con sus perros, Douglas desciende a una locura.
Dogman está escrita y dirigida por Luc Besson e interpretada por Caleb Landry Jones (Douglas), Jojo T. Gibbs (Evelyn), Christopher Denham (Ackerman), Clemens Schick (Mike), Grace Palma (Salma), Marisa Berenson (Madre de Douglas), James Payton (Inspector), Michael Garza (Juan), Iris Bry (Madre de Douglas (joven)) y Avant Strangel (Capitán de policía). La película se estrena en España el 2 de agosto de 2024 de la mano de Diamond Films España.
Una apuesta íntima, oscura y personal
Luc Besson es un director versátil y talentoso que ha dejado una huella indeleble en el cine. Sus películas son a menudo visualmente espectaculares y narrativamente ambiciosas, lo que las convierte en un referente para los amantes del cine de género. Su filmografía lo avala: Kamikaze 1999 (1983), Subway (1985), El gran azul (1988), Nikita (1990), El profesional (Léon) (1994), El quinto elemento (1997), Juana de Arco de Luc Besson (1999), Arthur y los Minimoys (2006), Lucy (2014) y Valerian y la ciudad de los mil planetas (2017).
La última apuesta del cineasta francés, Dogman, es una película que se aleja de sus habituales grandes producciones de acción para adentrarse en un territorio más oscuro y personal. Dogman narra la historia de Douglas, un hombre introvertido y solitario que encuentra consuelo en la compañía de los perros. Al comenzar la película lo vemos sobresaltado y golpeado, aunque parece más confuso que agresivo. Está bellamente vestido de mujer, parece sentirse cómodo de esa manera, y transporta una manada de perros en su vehículo. Una psiquiatra de la policía es llamado para hablar con él, porque se le considera una persona peculiar.
Dogman tiene la forma de un thriller, en el que en realidad, más que buscar ala culpable de un crimen, viajamos al interior de una persona, Douglas. Los adjetivos para describirlo son desde solitario, retraído, misógino, hasta inteligente, premeditado y entregado a sus compañeros cuadrúpedos. La psiquiatra se involucra en una conversación profunda y respetuoso con Douglas, que cuenta la historia de su vida, en la que no parece haber recibido mucho amor de su entorno humano, pero sí de sus perros. Esto va definiendo su manera de pensar y de su vida, que se va alejando gradualmente de los que llamamos normalidad. Poco a poco esto lo va llevando a la situación en la que lo encontramos al principio.
La película sorprende por su estética, y su narrativa. Esta tiene un tono entre la apariencia realista y el dominio de la fábula. Los sentimientos del personaje son creíbles y genuinos, y creemos y comprendemos cada una de sus reacciones, entendemos su manera de pensar y sentimos un profunda simpatía por él. No obstante, los hechos que cuentan, de forma literal desafían abiertamente nuestra suspensión de la incredulidad. No obstante, el universo tiene un universo interior perfectamente consecuente, una narración impecable y una atmósfera tan fascinante como opresiva.
Besson logra crear en Dogman un mundo sórdido y violento, donde su protagonista, un marginado social, encuentra una extraña forma de redención a través de su amor por los animales. La película se entenderá mejor por aquellas personas que a veces (o todo el tiempo) consideran que otros animales pueden ser más confiables y leales que los humanos.
Película fascinante y desigual
Dogman es una película desigual, más fascinante que redonda. A pesar de su interesante premisa y las buenas actuaciones, la trama puede resultar confusa y predecible en algunos momentos. Además, la cruda violencia y ciertos elementos surrealistas pueden resultar excesivos para algunos espectadores.
El mayor valor de Dogman es la actuación de un entregado Caleb Landry Jones. El actor ha realizado muchos y notables trabajos de papel de reparto, y en esta ocasión es un protagonista indiscutible. La interpretación de Jones es más que destacable, el actor se sumerge por completo en un personaje complejo y perturbador, y nos hace acompañarlo en un viaje emocional, doloroso y profundo, haciendo su actuación inolvidable. Su coprotagonista, Jojo T. Gibbs (Evelyn, su psiquiatra), lo acompaña con dignidad y entereza, con una conexión emocional que por momentos le duele.
En definitiva, Dogman es una arriesgada película de Luc Besson que nos sumerge en un universo oscuro y perturbador, lejos de las típicas producciones de acción del director. La actuación de Caleb Landry Jones es sobresaliente, logrando que el espectador empatice con este personaje tan peculiar y complejo. Sin embargo, la película puede resultar desafiante para algunos, debido a su violencia gráfica y su atmósfera opresiva.
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