Las críticas de Óscar M.:
Reina roja
En Reina roja, la persona más inteligente de la Tierra es la «Reina Roja» de un proyecto policial secreto y experimental, al cual recurren cuando el hijo de una poderosa magnate aparece asesinado grotescamente, y la hija del hombre más rico de España es secuestrada. Un policía vasco, temperamental y a punto de ser expulsado del cuerpo, es el elegido para acompañar a «Reina roja» en un retorcido juego del gato y el ratón durante su investigación.
La adaptación de la primera entrega de la exitosa trilogía de Juan Gómez-Jurado (Reina Roja, Loba Negra, Rey Blanco) cuenta con siete episodios protagonizados por Vicky Luengo (Antidisturbios) y Hovik Keuchkerian (La casa de papel). Koldo Serra (La casa de papel) es el director principal junto a Julián de Tavira. Completan el reparto Andrea Trepat, Celia Freijeiro, Nacho Fresneda, Vicenta N’Dongo y Emma Suárez.
Un tablero de juego reconocible
Desde la primera escena de Reina roja se aprecia el impecable trabajo y el cuidado que han tenido en la producción de la serie. Como viene siendo habitual en las propuestas televisivas desde hace un tiempo, hay planos muy cinematográficos y una postproducción de efectos visuales importante. La diferencia entre una producción para cine o para televisión ya no existe.
El primer episodio es una excelente carta de presentación de los personajes y de las tramas, cuya línea principal engancha rápidamente al espectador gracias a la agilidad del guion y a la dosificación de información que aportan, con un buen ritmo general que se mantiene toda la temporada.
La acertada elección de las localizaciones en lugares fácilmente reconocibles por el público ayuda a incorporar ese elemento de verosimilitud que necesita la serie, aportando un componente de realismo que la acerca al público (aunque haya que echarle un poco de imaginación, sobre todo en el episodio final).
El espectador es el rey
La producción ha tenido en cuenta al espectador a un nivel muy superior al que estamos acostumbrados en televisión. Además de estar plagada de referencias cinematográficas explícitas en los diálogos, la estética de la serie bebe directamente de películas claves del género del suspense como Seven o El silencio de los corderos sin complejos ni vergüenza.
Esto ayuda a que estemos más implicados en lo que estamos viendo, haciéndonos partícipes de la investigación de los personajes, haciéndolos más accesibles y manteniendo el interés constantemente a través de diálogos frescos y actuales, y que prestemos atención a los detalles.
Desvelar aquí las referencias a series y películas que se nombran es estropear la sorpresa de una serie en la que se aprecia que se ha trabajado con mucho mimo y mucho cariño, para que el público disfrute al máximo de la experiencia.
Jugando con los personajes
La química entre los dos protagonistas principales está bien construida, es suficientemente creíble y es evidente que va mejorando y se va desarrollando según avanzan los episodios, a pesar del inicialmente carácter opuesto de los personajes.
Aunque Koldo Serra ha hecho un buen trabajo en general con los actores, Hovik Keuchkerian se gana al espectador desde el momento en el que aparece en pantalla y tiene la suerte de poseer los mejores diálogos. Vicky Luengo, por su parte, no consigue quitarse el lastre perpetuo de usar la fallida entonación para las preguntas, aunque el conjunto de su personaje no se resiente por ello.
La progresiva incorporación de nuevos personajes o recuperación de secundarios de episodios previos consigue mantener el interés y el ritmo, permitiendo que la serie vaya creciendo según avanzan los capítulos y los giros de guion sean interesantes para enganchar aún más al espectador en la trama.
Reina roja consigue entretenernos con su primera temporada al mismo tiempo que nos divierte e instruye en ciertos aspectos. Permite tanto darse una sobredosis de episodios o dejarlos reposar una semana, la historia es bastante sólida y aguanta las diferentes formas de visionado. Esperamos que la segunda temporada esté a la altura, porque nos quedamos con ganas de más aventuras.
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Reina Roja
