Las críticas de David Pérez «Davicine»:
Fallen leaves
La historia de dos personas solitarias que se encuentran por casualidad en la noche de Helsinki e intentan encontrar el primer, único y último amor de sus vidas. Su camino hacia esta honrosa meta se ve empañado por el alcoholismo del hombre, números de teléfono perdidos y la tendencia general de la vida a poner obstáculos en el camino de quienes buscan su felicidad.
Escrita y dirigida por Aki Kaurismäki, está protagonizada por Alma Pöysti, Alina Tomnikov y Jussi Vatanen. La película se presentó en España en la Sección Perlak de la 71 edición del Festival de San Sebastián, y se estrena en cines de nuestro país el 27 de diciembre de 2023 de la mano de Avalon.
Una atípica comedia romántica
Aki Kaurismäki no busca reinventarse con Fallen leaves, y nos presenta una comedia lacónica repleta de melancolía y amargura, en la que los diálogos y los silencios son los verdaderos motores de la historia de esta comedia romántica alejada de los tópicos habituales de un género que, si bien es consciente de lo que debe contar, y plantea los mil y un obstáculos que la pareja debe hacer frente para salir adelante, lo hace con un humor moderado y un romance limitado.
El amor es lo que mueve a los dos protagonistas a cambiar su forma de afrontar los días venideros, pero no es una película que realmente trate del amor, sino más bien es una declaración de amor, una declaración de amor al cine, con referencias constantes a la historia del cine, y también una declaración de amor a la gente que día a día lucha por salir adelante y no sale en la prensa ni en las noticias, esas personas normales con trabajos normales que parece que tan solo son protagonistas de dramas sociales o películas previas del cineasta, y aquí pueden ser los protagonistas de una «comedia» romántica.
El sello visual del cineasta finlandés
A nivel visual, la película mantiene una apariencia atemporal, que bien podría ser ambientada en cualquier década, o más bien un momento para los protagonistas en el que parece haberse detenido el tiempo. Los apartamentos medio vacíos, las decoraciones anticuadas, los entornos lúgubres y unos personajes vestidos de forma totalmente anodina.
Todo nos aísla completamente del momento en el que debe situase la acción, salvo por la presencia puntual de internet y lo que se escucha en las antiguas radios, que sorprendentemente para el espectador nos ubica en nuestro presente, con la presencia de la guerra de Ucrania en las noticias, recordándonos que nuestros protagonistas viven en un mundo repleto de injusticias que les afectan directa e indirectamente, aunque en el fondo quiera dar un halo de esperanza tanto a la historia como a sus personajes. Esta ambientación encaja con la clásica puesta en escena del cineasta, quien recurre a colores claros y escenas predominantemente estáticas.
Aferrándose a la cotidianeidad
Kaurismäki nos presenta su comedia romántica bajo la apariencia de una historia de precariedad laboral centrada en la parte de los olvidados, los trabajadores que permanecen en la sombra de la sociedad para revelarnos las difíciles vidas que llevan tanto a nivel laboral como personal. Todo ello se muestra especialmente a través de los dos personajes protagonistas, interpretados melancólicamente por Alma Pöysti y Jussi Vatanen, personajes que cambian de un trabajo a otro, y de los que reciben lo justo para vivir. No tienen suficiente para llevar una vida sin preocupaciones, pero tampoco tienen tan poco como para vivir en la pobreza.
El día a día de ambos encaja en la idea del cineasta de llevarnos a un mundo donde las almas perdidas vagan sin casi esperanzas de futuro, donde su ocio bien podría parecer algo decadente, siendo para muchos el alcohol la única vía de escape a su oscuro futuro, bebiendo porque están frustrados, y estando frustrados porque beben. Su encuentro facilita un cambio, no tanto de vida, sino como de esperanzas por tener algo en lo que pensar más allá de llegar a fin de mes. Pero sus citas tampoco son precisamente festivas, moviéndose en esa línea fina entre la comedia y el drama por lo que cuentan y cómo lo cuentan. En las conversaciones entre ambos personajes prevalecen los silencios, pero lejos de ser silencios reflexivos son más bien silencios incómodos sin saber lo que decir a continuación. Estas contradicciones en lo que se esperaría ver en una cita son cuanto menos efectivas de la mano de Kaurismäki y la perfecta interpretación que hacen Pöysti y Vatanen de sus personajes.
Aki Kaurismäki vuelve a dejar su sello personal en Fallen leaves, una película claramente identificable en la filmografía del cineasta en la que dos almas solitarias son las protagonistas de un inesperado romance que cambiará sus melancólicas vidas.
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Fallen leaves
