Las críticas de David Pérez «Davicine»:
¡Qué susto, tía!
Dos amigas tratan de hacerse notar en su último año de instituto. Pero cuando una de ellas se convierte en fantasma, va a tener que vivir a tope… mientras pueda.
Lana Condor (de la saga A todos los chicos) protagoniza ¡Qué susto, tía!, serie de humor negro entrañable dirigida por Kimberly McCullough, Erin Ehrlich, Lauren Iungerich y Kim Nguyen, y protagonizada también por Zoe Colletti, Mason Versaw, Aparna Brielle y Tenzing Norgay Trainor. La primera temporada de la serie se estrena en Netflix el día 8 de julio de 2022.
El sexto sentido ha vuelto
A lo largo de una noche, una estudiante de instituto que siempre ha sido muy discreta aprovecha la ocasión de cambiar de rumbo y empezar una vida épica, pero a la mañana siguiente se da cuenta de que… ¡es un p**o fantasma!
Con esa premisa que prometía arranca ¡Qué susto, tía!, una serie en la que conocemos a Erika (Lana Condor) y Gia (Zoe Colletti), quienes han sido las mejores amigas durante muchos años y han pasado por todo tipo de situaciones juntas. Excepto por una experiencia: Erika está muerta por la desafortunada caída de un reno sobre ella. Curiosamente, todavía pueden ver a todos, como si nada hubiera pasado. ¿Quizás necesitan algo más de tiempo para terminar sus asuntos pendientes? Dispuestas a pasar al otro lado, se ponen manos a la obra aunque casi nadie haya notado su ausencia.
Risas entre fantasmas
Ser un fantasma podría ser aterrador, siendo todavía un recurso habitual en muchas películas de terror, pero parece que también da mucho juego en las comedias, y aunque siempre hemos tenido comedias fantasmagóricas, parece que en los últimos años están de nuevo aprovechando el tirón con comedias que giran alrededor de los problemas de los fantasmas y sus tareas pendientes.
Extra Ordinary o Truth Seekers son algunos ejemplos de series que han aprovechado este género para entretenernos, como lo ha hecho también Fantasmas, remake estadounidense de la exitosa comedia de la BBC. Pero no debemos olvidarnos de la franquicia cinematográfica Cazafantasmas, que décadas después del estreno de la película original continúa más viva que nunca, con nuevas secuelas y spin-offs. Por desgracia, todos esos ejemplos son muchísimo mejores que lo que nos espera en ¡Qué susto, tía!
Un drama de la mayoría de edad
La serie ¡Qué susto, tía! no oculta sus referencias, y no para de comentar detalles de grandes películas de fantasmas que nos rompieron los esquemas, como El sexto sentido, pero una cosa es emplear referencias para construir su propia base, y otra muy distinta es no tener nada en lo que sustentarse.
La idea al menos es original, combinando lo fantástico con la comedia, sumando a todo ello un toque de drama sobre el paso a la mayoría de edad, pero una vez se plantea la base de la historia, parece olvidarse de las preguntas sobre cómo sucedió todo, para centrarse en preguntas habituales de las series juveniles, como quién quieres ser, o quién eres en este momento.
Asimilar que dejas la infancia para dar el paso a la madurez siempre es complicado, y aún más si tienes la urgencia de hacerlo antes de pasar al otro lado por haber muerto, a lo que debo agregar que me parece acertada la metáfora del fantasma para alguien que no es visto por los demás. Por desgracia, nada es mostrado de forma novedosa ni llamativa, y su exceso de clichés hace que los episodios vayan pasando sin pena ni gloria por delante de nuestro ojos, siendo tan predecible que terminamos de verla al pasar los capítulos uno tras otro como si estuviéramos tan muertos como la protagonista.
A pesar de la gran cantidad de cosas que parecen no funcionar en ¡Qué susto, tía!, al menos se salvan las dos actrices principales: Lana Condor y Zoe Colletti, que forman una gran pareja de amigas, y eso, junto con la escasa duración de sus episodios, ayuda para que a algunos espectadores se les haga más llevadero el visionado de esta serie que podría haber dado mucho más juego. Sin un buen nivel de humor ni una trama que nos enganche, estamos ante un intento fallido de Netflix por tener su propia serie divertida de fantasmas, y nos deja con las ganas de saber si realmente podría haber dado mejores frutos con un equipo creativo mejor detrás, o si como película podrían haber comprimido todo para ser más entretenida.
Listado de episodios de «¡Qué susto, tía!»
La primera temporada de la serie ¡Qué susto, tía! está compuesta de 8 episodios de entre 22-28 minutos de duración cada uno.
Episodio 1. La vida es un asco y encima te mueres
A las mejores amigas Erika y Gia se les acaba el tiempo para disfrutar al máximo del instituto. Una fiesta parece ser su última oportunidad… y su destino final.
Episodio 2. Cara de pocos amigos
Vivir mientras se está muerta es un marronazo. Erika necesita información, pero antes tiene que ir al baño. ¿Podrán ayudarla unos flipados que ven señales en pizzas?
Episodio 3. Donde las dan, las toman
Después de ignorar a Jake C., Erika tiene que lidiar con su asunto pendiente. Con pedidas para el baile y actividad paranormal en el aire, el final se acerca. Tal vez.
Episodio 4. Humillación total
Despedirse de su asunto pendiente podría funcionar, pero surgen dudas. El baile se acerca y Erika va a tener que actuar rápido. En plena fiesta, Gia se siente invisible.
Episodio 5. Una impostora
Es oficial: Erika es guay (no tranqui)… y la reina del Parkway. Pero la presión aumenta con la subida de la temperatura, el enfrentamiento entre amienemigas y un trol.
Episodio 6. ¿Quién es esa tía?
La vida después de la muerte nunca ha sido tan popular. Gia se enfrenta a Erika y conecta con Gavin. Todo se tuerce cuando las amigas se pelean y la verdad sale a la luz.
Episodio 7. Zorrón
Solo se vive una vez… ¿o son dos? Las que fueran mejores amigas se dejan las cosas claras. Un viejo vídeo y un nuevo hashtag ponen en peligro la popularidad de Erika.
Episodio 8. Adiós, tía
El más allá llama a la puerta. Un testamento escrito en un ticket de compra, una esperada cita para el baile y lámparas de lava: el poder de la amistad debe prevalecer.
¿Qué te ha parecido la serie ¡Qué susto, tía!?
¡Qué susto, tía!
