Las críticas de David Pérez «Davicine» en la 62 SEMINCI:
A Drowning Man (Un hombre se ahoga)
Mahdi Fleifel, cineasta palestino danés afincado en Ámsterdam, sabe lo que es el éxito, y tiene a sus espaldas un gran palmarés gracias a sus numerosos cortometrajes de ficción y su primer largometraje, el documental A World Not Ours (2012), que conquistó más de 30 galardones en todo el mundo.
No ajeno a los problemas de la sociedad actual, en A Drowning Man (Un hombre se ahoga) nos mete de lleno en un día cualquiera de un joven palestino residente en Grecia. Viviendo en soledad y lejos de casa, busca cómo apañárselas durante una jornada cualquiera en una ciudad desconocida y donde no tiene más apoyo que su ingenio y los complicados compromisos que forja con el único fin de sobrevivir un día más en el exilio.
La crisis de los refugiados europeos se aborda de forma bien intencionada, pero no consigue que nos impliquemos y nos pongamos en la piel del protagonista, quien pasa el día a la caza de algún euro para comer, y algún cigarrillo. Sólo si ya sientes empatía por su situación antes del cortometraje te podrás poner en su lugar, y te atrapará su situación, pues el director no hace el más mínimo esfuerzo por lograr dicho fin.
Atef Alshafei es quien da vida al joven palestino en el que es su primer trabajo de interpretación delante de las cámaras, pero no se le puede reprochar nada, pues es el director quien, cámara en mano, sólo marea al espectador en los largos paseos de este muchacho del que no sabemos cómo ha llegado hasta este día, ni crea interés por saber qué será de él mañana. Tan sólo encoge nuestro estómago cuando nos muestra la normalidad con la que es capaz de llegar a hacer algo por comer, pero eso es jugar con los sentimientos del espectador.
A Drowning Man (Un hombre se ahoga) es un cortometraje muy íntimo, centrado en su único protagonista, pero con tanto desapego hacia él que no llama nuestra atención ni el mensaje que quiere transmitir ni el medio empleado para conseguirlo.