Las críticas de Laura Zurita en el AMFF 2024:
Isla perdida
En una preciosa y remota isla griega, la joven y enérgica Alex se incorpora al equipo de un restaurante costero como nueva camarera. A pesar de que su encanto femenino cautiva rápidamente al carismático Enrico, ella se siente atraída por el enigmático gerente del restaurante, Max, un solitario estadounidense establecido en la isla desde hace décadas. Con el paso de las estaciones, la tensión sexual aumenta y, mientras los turistas van y vienen, Enrico comienza a desenterrar inquietantes pistas sobre el oscuro y misterioso pasado de Max. Cegada por sus sentimientos, Alex decide ignorar las advertencias de Enrico, y la historia se transforma gradualmente en un angustioso relato de supervivencia.
Isla perdida está coescrita y dirigida por Fernando Trueba e interpretada por Rylend Grant Reparto: Matt Dillon, Aida Folch, Juan Pablo Urrego, Kika Georgiou y Polydoros Vogiatzis. La película se estrena en España el 23 de agosto de 2024 de la mano de BTeam Picures tras su paso por el Atlántida Film Fest 2024.
Incursión en el thriller
Fernando Trueba ha demostrado a lo largo de su carrera una notable habilidad para crear personajes entrañables y contar historias con sensibilidad, una empatía fresca y un fino sentido del humor. En una filmografía muy extensa, mencionaré solo unas poca películas, como Opera Prima (1980), El año de las luces (1986), Belle Époque (1992, una de las más celebradas y premiadas) y Chico & Rita (2010), todas ellas un claro ejemplo de su talento. Estas obras, que han cosechado numerosos premios y reconocimientos a nivel internacional, se caracterizan por su mirada humanista y su capacidad para capturar la esencia de la condición humana.
Sin embargo, en su más reciente trabajo, Isla perdida, Trueba parece alejarse de esta línea que lo ha caracterizado. La película, a pesar de contar con un elenco destacado y una ambientación visualmente atractiva, no logra alcanzar las expectativas generadas por su premisa y la trayectoria del director.
Isla perdida se articula en torno a la relación entre Alex, una joven española que llega a una idílica isla griega, y Max, un enigmático estadounidense con un pasado turbio. La evolución de este vínculo, que se desarrolla a lo largo de tres estaciones del año, se ve entrelazada con una intriga que promete revelar los oscuros secretos de Max. La propuesta es interesante, pero la ejecución adolece de ciertos problemas.
Uno de los principales obstáculos de Isla perdida reside en el desarrollo de los personajes. Aida Folch (Alex), a pesar de ser presentada como una mujer fatal, carece del magnetismo necesario para resultar convincente. Puede ser que se deba a que la actriz actúa en inglés, o a una dirección de actores fallida, lo que hace que la actriz no brilla con la naturalidad que le hemos visto en otras películas. Su relación con Max, eje central de la trama, se siente forzada y poco creíble. Matt Dillon (Max) sí que tiene el atractivo oscuro que el papel requiere, pero tampoco él logra despertar ninguna emoción en el espectador. La química entre los actores no logra transmitir la intensidad emocional que la historia demanda, lo que dificulta la identificación del espectador con los protagonistas. Los personajes secundarios son igualmente indiferentes, y están allí solo al servicio de la narración, sin entidad propia.
Por otro lado, la intriga, que se revela de manera gradual, se desarrolla pobremente y poco satisfactoria. Los giros argumentales de Isla perdida carecen de la sorpresa necesaria para mantener el interés del espectador, y la resolución final se siente apresurada y poco convincente. A pesar de la atmósfera de misterio que pretende envolver la trama, la película no logra generar la tensión y el suspense propios de este género.
Hermosa fotografía, por tres estaciones
El guion de Isla perdida presenta una estructura dividida en capítulos que corresponden a tres estaciones del año: verano, otoño e invierno. En general, adolece de diálogos poco naturales y de una exposición excesiva de la información. Los personajes parecen más preocupados por explicar sus motivaciones que por vivir sus experiencias, lo que resta espontaneidad a la narración.
En el lado positivo de Isla perdida destaca su fotografía, que presenta la isla en la que viven como un escenario bello y único, e ilumina los distintos capítulos de manera diferente y acorde con el tono del relato en el momento, desde los momentos dorados del verano hasta los colores oscuros y tétricos del invierno.
De esta forma, Isla perdida se siente fría y distante, carente de la calidez y la profundidad emocional que caracterizan a estas obras anteriores. La película no logra conectar con el espectador ni transmitir la pasión y el compromiso que suelen estar presentes en las películas de Trueba.
En definitiva, Isla perdida es una oportunidad perdida. A pesar de contar con elementos interesantes como la ambientación y la fotografía, la película no logra trascender gracias a una caracterización débil, una trama poco original y un ritmo narrativo irregular. Si bien se aprecia el intento de Trueba por explorar nuevos registros, el resultado final resulta decepcionante y no está a la altura de su filmografía anterior.
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Isla Perdida
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