En mayo, el director Lars Von Trier fue expulsado del Festival de Cine de Cannes por unas declaraciones bastante comprometidas y polémicas, durante la presentación de su última película, Melancolía.
El cineasta afirmó simpatizar con Hitler, llamándose a sí mismo un nazi. De hecho, durante la rueda de prensa, le preguntaron sobre su acercamiento al judaismo, a lo que él respondió: «Yo entiendo a Hitler aunque entiendo que hizo cosas equivocadas, por supuesto. Sólo estoy diciendo que entiendo al hombre, no es lo que llamaríamos un buen tipo pero simpatizo un poco con él», agregando perlas tales como: «La única cosa que puedo decir es que durante mucho tiempo pensé que era judío y estaba contento. Luego comprendí que no lo era. Quería ser judío pero en realidad me di cuenta de que era un nazi porque mi familia era alemana, lo cual también me agradaba».
Las cosas empeoraron cuando la oficina de la fiscalía de Grasse anunció que se presentaban cargos de difamación contra el director por «justificar crímenes de guerra», algo que se castiga con hasta cinco años de cárcel.
Ahora nos enteramos que los cargos han sido retirados y el caso ha sido oficialmente cerrado. «No hubo intención por parte del Sr. Von Trier para cometer el acto de «justificar crímenes de guerra»», dijo el fiscal Jean-Michel Cailleau. Y argumentó algo que nos choca mucho: «Se expresaba en una lengua que no era la suya y también en circunstancias muy estresantes».
Al menos Von Trier estará algo más tranquilo, sobre todo viendo que estas declaraciones no le han cerrado tantas puertas como se creía, pues recientemente ha ganado en los Premios del Cine Europeo el premio de mejor película, además del de fotografía y dirección artística, gracias a Melancolía.