En la película se nos van narrando el proceso decisorio por el que Japón decide ir a la guerra, cómo intentan ajustar la declaración de guerra con su ataque, cómo los americanos (algunos de ellos) tenían una idea más o menos clara de que Japón iba a atacar, pero que, en general, fueron incapaces de deducir que su principal base aeronaval en el Pacífico iba a ser atacada. Inspirado en el ataque ingles sobre Taranto, en 1940, el almirante Isoroku Yamamoto, jefe de la Flota Combinada Japonesa, ideó un audáz ataque, a mayor escala, sobre Pearl Harbour, la mayor base del Pacífico.
La película es una auténtica superproducción de los años 70, con un reparto de actores no muy conocidos (Martin Balsam,Jason Robards, So Yamamura, Tatsuya Mihashi) pero que actúan muy eficazmente, reflejando, con extraordinaria fidelidad, la manera de ser de sus contrapartes reales.
En el guión, una pléyade de grandes nombres: Ladislas Farago, Gordon W. Prange, Larry Forrester, Ryuzo Kikushima, Hideo Oguni, y Akira Kurosawa. La rigurosidad con que detallan todo el proceso que llevó al ataque y el desarrollo del mismo es digno de un libro de historia.
En la dirección, tres nombres: Richard Fleischer,Kinji Fukasaku, Toshio Masuda, cada uno encargado de una parte de la película. El resultado final es una obra de casi dos horas y media de duración que no decepcionará a los aficionados al buen cine. Consejo: Si ven esta película,ni se les ocurra ver Pearl Harbour.
Por cierto, «tora-tora-tora» es la frase clave con la que los pilotos japoneses avisaron a sus portaaviones de que habían obtenido la sorpresa al lanzar su ataque. Significa tigre.
Que aproveche.