Las críticas de David Pérez «Davicine»:
Agente Stone (Heart of Stone)
Una agente de espionaje, que trabaja para una organización global dedicada a mantener la paz, intenta impedir que una hacker robe su arma más preciada (y más peligrosa). Gal Gadot (Wonder Woman, Alerta roja) salta a la acción en este thriller de espías con Jamie Dornan y Alia Bhatt. Dirigida por Tom Harper, Agente Stone (Heart of Stone) cuenta también en su reparto con Sophie Okonedo, Matthias Schweighöfer, Paul Ready, Jing Lusi, BD Wong, Glenn Close y Jon Kortajarena. La película se estrena el 11 de agosto de 2023 en Netflix.
Misión: Arrasar en Netflix
Por si la escena inicial de Agente Stone no nos dejaba claras las intenciones de la película, los créditos demuestran que estamos ante una producción que ha llegado para convertirse en franquicia, la Misión Imposible de Gal Gadot emulando al mejor Ethan Hunt en versión femenina y con todos los recursos de una agencia que opera por encima de cualquier interés nacional. Tras la fallida Alerta roja, Netflix lo vuelve a intentar con Gadot para tener una franquicia de acción como ya hiciera con Chris Hemsworth y la franquicia Tyler Rake.
Quienes adoren las misiones de Hunt encontrarán aquí ingredientes similares, dado que Gadot no solo protagoniza sino que también ha producido una película de espías inspirada en las hazañas de Hunt junto con Netflix sin ocultar sus intenciones, un homenaje descarado, lo que es evidente incluso por las declaraciones de la actriz y productora sobre su amor a la franquicia protagonizada por Tom Cruise. Recientemente estrenada en cines la última aventura de Hunt con resultados más que satisfactorios, Agente Stone tiene una difícil misión si se compara con ella, pero los formatos de ambas son distintos, pensada una para recaudar millones en los cines y la otra para atraer millones de espectadores que ya pagan Netflix.
Agentes secretos para misiones globales
Agente Stone llega en una época propicia para el cine de acción con grandes dosis de adrenalina, y en pleno verano qué mejor que disfrutar en casa de viajes por todo el mundo si no se marcha uno de vacaciones, comenzando en los Alpes de Trentino-Alto Adigio para continuar por las calles de Lisboa, e incluso alternando el calor de Senegal con el frio de Islandia. Todo este recorrido al más puro estilo de guía Lonely Planet con acción evidencia la intención de la película de ser una franquicia de acción global que recorra todo el mundo al enfrentarse los agentes a amenazas globales.
La premisa, el desarrollo y la acción nos deja claro que no quieren sorprender, sino ofrecer los ingredientes necesarios para que los fans de este género disfruten al máximo, pero también enganche incluso a quienes no sean tan afines a la acción pero disfruten con aventuras por todo el mundo con un reparto de lujo liderado por Gal Gadot y agentes encubiertos que deben esconder sus cartas (y nunca mejor dicho) incluso a sus supuestos compañeros. Como valor añadido, introducen el «corazón» o, lo que es lo mismo, la tecnología que ayuda a las «cartas» o agentes a ser perfectos, algo así como una inteligencia artificial que puede acceder y controlar cualquier cosa que esté conectada a la red, lo que da mucho miedo sabiendo que nos encaminamos a algo parecido al ritmo que evoluciona la informática.
Acción y Gadot de la mano
Tom Harper quizás es el único que falla en su trabajo, pues la dirección de la película es algo irregular, o al menos no es capaz de conseguir equilibrar la primera parte de la película con la segunda, una vez se destapa el giro principal, ni logra escenas de acción sorprendentes más allá de los efectos visuales y los recursos informáticos que disponen los agentes a la hora de sacar adelante las misiones. No se pueden poner objeciones al ritmo y al guion, siempre claro y directo, pero en una época en la que la acción eleva a cotas elevadas de adrenalina a los espectadores, es necesario sobresalir en este apartado para que se destaque en el género, y aquí tenemos algunas escenas trepidantes, otras repletas de acrobacias, pero no siempre funcionan las peleas cuerpo a cuerpo ni las persecuciones.
Sin duda, Agente Stone ha sentado las bases para una buena franquicia de acción, habiendo hecho los deberes a la hora de aprender lo que funciona en Misión Imposible y, sin lograr llegar a su nivel, si que logra equilibrar la acción con la parte más humana y emocional de sus personajes, siendo una película que parecía hecha a medida para Gal Gadot pero quien no acapara todo el protagonismo al no querer ser completamente autosuficiente su personaje y estar centrada en el trabajo en equipo. Gadot ha demostrado con creces en el pasado estar lista para la acción, y ha llevado sobre sus espaldas el peso de Wonder Woman, pero aquí necesitaba de algo más que su carisma para exprimir al personaje, y le han faltado diálogos más inspirados, como sucede con el resto del reparto.
Un reparto sin mucho donde trabajar
Más allá de esta imposibilidad del reparto de sacar lo mejor de sus personajes por la ausencia de desarrollo de muchos de ellos y de carencia de diálogos inspirados, no hay duda que la parte humana es la que más destaca, y si bien Gadot hace un buen contraste cuando se deja ver como una agente novata y cuando saca su amplia experiencia como agente encubierta, Jamie Dornan da un mayor valor a su personaje más allá de lo que parece sobre el papel.
Alia Bhatt servirá de reclamo para sus fans de Bollywood y es agradable como una hacker antagónica mientras Sophie Okonedo luce maravillosa como jefa de las cartas combinando carisma y autoridad sin desmerecer su personaje, destacando también la presencia de Jon Kortajarena como villano, Matthias Schweighöfer como la ayuda de las cartas desde su impresionante sala de control de situaciones, y el pequeño papel de Glenn Close.
En resumen, Agente Stone es el punto de partida de una franquicia de acción que cuenta como reclamo con Gal Gadot, y de la que seguramente puedan sacar más provecho a sus personajes cuando no tengan que poner sobre la mesa las cartas, ofreciendo por el momento algunas buenas escenas de acción con diálogos insípidos para entretener sin necesidad de demasiadas sorpresas ni giros.
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