Las críticas de Daniel Farriol:
Los vigilantes
(The Watchers)
Los vigilantes (The Watchers) es un thriller estadounidense de terror que está escrito y dirigido por Ishana Shyamalan (Servant), hija de M. Night Shyamalan que aquí actúa como productor. La historia es la adaptación de una novela de A. M. Shine, que sigue a una mujer que queda atrapada en un bosque en el oeste de Irlanda y al hallar un refugio descubre que otros tres personas también están atrapadas allí mientras son observadas y acechadas por misteriosas criaturas cada noche.
Está protagonizada por Dakota Fanning (El alienista, Brimstone. La hija del predicador), Georgina Campbell (Barbarian, Lovely, Dark, and Deep), Oliver Finnegan, Olwen Fouere (Contagio en alta mar, All You Need Is Death), Siobhan Hewlett, Alistair Brammer y John Lynch. La película se ha estrenado en España de la mano de Warner Bros Spain el día 7 de junio de 2024.
De tal palo tal astilla
Los vigilantes (The Watchers) es la esperada ópera prima de Ishana Shyamalan, hija del genial M. Night Shyamalan, que aquí ejerce tareas de productor, demostrando que lleva los mismos genes cinematográficos que su progenitor con una historia de terror psicológico llena de giros argumentales. La novela de A. M. Shine en la que se inspira el guion aborda el género fantástico a través del folclore irlandés, dando lugar a una curiosa combinación de elementos que en su adaptación a pantalla grande condensa demasiados temas para que la propuesta sea plenamente satisfactoria.
La trama se centra en el personaje de Mina, interpretada por la siempre fantástica Dakota Fanning, una mujer que arrastra consigo un trauma de su infancia (la trágica muerte de su madre 15 años atrás) y que vive sumida en una depresión constante que le lleva a fingir otras personalidades cuando sale a ligar por las noches para huir de sí misma. Su trabajo en una tienda de animales le llevará a tener que hacer una particular entrega a un zoológico cercano a Belfast, en concreto, una cotorra dorada que nos puede traer a la memoria los agapornis que aparecían en Los pájaros (1963) de Hitchcock, mentor indiscutible de papá Shyamalan, al igual que la dualidad del personaje principal (peluca incluida) podríamos considerarla otro juego cinéfilo para relacionarla con la necrofílica Vértigo (De entre los muertos) (1959).
Lo cierto es que las influencias de Ishana Shyamalan beben de los mismos acuíferos que las de su padre, aunque él mismo es quien debemos considerar como su máxima inspiración para esta película con elementos que recuerdan bastante a El bosque (2004) o al tono apocalíptico del encierro de Llaman a la puerta (2023), si bien es cierto que ofrece otros aspectos para configurar una personalidad propia en su acercamiento al fantástico.
La realidad simulada
El cambio generacional le permite a Ishana profundizar en el tema de la realidad simulada en que viven sumidas las nuevas generaciones a través de sus pantallas. Los protagonistas viven encerrados en una cabaña donde son observados cada noche a través de un cristal-espejo por unas misteriosas criaturas mientras que ellos mismos miran en un televisor un reality show que se reproduce en bucle. El formato de «muñecas rusas» se extrapola a los propios personajes que esconden su verdadera personalidad y emociones al resto, ya hemos comentado antes que para la propia Mina era un comportamiento habitual antes del cautiverio, todos ellos son almas perdidas en un bosque que devora su ser.
Los vigilantes (The Watchers) es una película mutante cuya intriga principal va cambiando de foco hasta desembocar en un final inesperado que desvela el origen de las criaturas y obliga al espectador menos iniciado en el género fantástico a dar un buen salto de fe. Está claro que Ishana es igual de valiente que su padre, arriesga y bordea el ridículo, pero sobrevive al entuerto gracias a una puesta en escena brillante donde destaca el tratamiento que hace del color y de la luz, no en vano la directora se declara admiradora del cine de Kieślowski y Wong Kar-wai, cineastas alejados a priori de su cine.
El suspense se evapora con el subrayado
Como vemos hay suficientes elementos de interés para acercarse a la película, junto a otros que obviaremos en esta reseña para vitar destrozar las sorpresas, aunque finalmente el exceso de ambición le juega una mala pasada a la vástaga de Shyamalan que no puede domar todos esos giros contenidos en una trama que podría haber encajado mejor en un formato de miniserie para televisión. De hecho, el filme funciona mejor en su primera mitad, antes de llegar al punto sin retorno donde se revelan las informaciones que ponen en contexto todo lo que de verdad está sucediendo y que subrayan en exceso la acción.
A partir de ahí entra en juego la mitología y la fantasía en un plano espiritual asociado a la superación del trauma, pero que le aleja de la intriga psicológica que había marcado el inicio de la trama. Esta última parte resulta precipitada y confusa, con personajes que se desdibujan, desconozco si la novela de A. M. Shine se cierra mejor, pero lo cierto es que el escritor ya ha editado una secuela titulada «Stay in the Light» donde profundiza en esto sin abandonar el periplo emocional que atraviesa Mina.
En definitiva, Los vigilantes (The Watchers) es un debut estimable que muestra a partes iguales todas las virtudes y defectos tras la cámara de Ishana Shyamalan quien deberá continuar buscando su propia personalidad en el cine alejándose un poco más de la alargada sombra de su padre.
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Los vigilantes (The Watchers)
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