Las críticas de Laura Zurita en Festival Sombra Madrid 2024:
Mars Express y Os reviento
El último día del Festival Sombra Madrid 2024 nos ha vuelto a dar gratas sorpresas. Por una parte, comentaremos Mars Express, una refinada obra de ficción científica en un formato de animación que plantea preguntas muy relevantes sobre la identidad. Por otra, Os reviento, refrescante, divertida, llena de risas y puñetazos.
Mars Express:
Ficción científica que bebe del mejor cine negro
Aline Ruby es una testaruda detective privada, y su compañero Carlos Rivera lleva muerto cinco años, pero se ha ‘reencarnado’ en el cuerpo de un robot. Ambos se encuentran en una carrera contrarreloj hacia Marte. Su misión inicial es encontrar a Jun Chow, una estudiante de cibernética a la fuga, antes de que los asesinos que le pisan los talones puedan atraparla. Sin embargo, lo que los investigadores descubren por el camino es más grande de lo que ninguno de los dos podía esperar. Mars Express está coescrita y dirigida por Jérémie Périn, con las voces en la versión original de Léa Drucker, Mathieu Amalric y Daniel Njo Lobé.
Mars Express es una pequeña joya, tanto como inteligente obra de ciencia ficción como una obra señera de animación no infantil. La película es sumamente bella y fluye con facilidad, plagada de numerosas citas a clásicos de diversos géneros, desde Metropolis, Blade Runner y Robocop hasta un Marlowe futurista y un maravilloso homenaje a 2001: Una odisea del espacio.
La investigación de un crimen aparentemente simple va descubriendo capas y capas de intrigas en una historia compleja y llena de detalles. Mars Express construye un mundo consistente en el que los humanos viven en Marte, en cúpulas terraformadas. Se trata de una sociedad con conducción automatizada, robots de todas las formas y una sociedad hedonista, pero en la que sigue habiendo un submundo de necesitados. La tecnología está imbricada en la sociedad sin efectos fantásticos, casi invisible pero omnipresente. En buena medida, nos recuerda las palabras de Arthur C. Clarke: «una tecnología suficientemente avanzada es indistinguible de la magia para un no iniciado».
La animación es efectiva y rica, y funciona como un vehículo perfecto tanto para crear un mundo socialmente sofisticado, como para mostrar una tecnología avanzadísima y las escenas de acción brillantes. A veces las figuras se simplifican en los fondos, pero los colores son siempre brillantes, las líneas elegantes y las expresiones de los rostros están llenas de expresividad.
Como en muchas otras obras de ficción científica, la trama sobre robots/androides se usan en buena medida para plantear preguntas sobre la identidad, la libertad y sobre lo que significa ser persona. Mars Express da por sentado que el espectador tiene unas nociones básicas de la robótica en los clásicos del género, como son las tres leyes de Asimov. De ahí el concepto de «desbloqueo», que hace que un robot no tenga que obedecer estas leyes, pensadas para proteger a las personas. Los robots van desde máquinas de trabajo, muy metafóricamente descabezadas, hasta androides que, como los modelos básicos de placer de Blade Runner, están para servir los deseos sensuales de sus clientes. Hay referencias a temáticas muy actuales como la violencia de género o la omnipresenciacultura corporativa. Esta última es mostrada como una asamblea anónima en una de las escenas, que tanto más temible en cuanto es anónima y fría, sin maldad, pero también sin compasión. La película no sobreexplica ni da discursos, y deja que el espectador ate cabos.
Del cine negro, Mars Express hereda un tono desilusionado con personajes en todos los matices morales del gris, y una detective, Aline, que lucha contra el alcohol, tiene momentos bajos y que no nos extrañaría que vistiera una gabardina. Carlos, su compañero, además de reconocer a una minoría hispana, es un Robocop actualizado, incluyendo su corazón roto por el amor por una familia que ya perdió hace tiempo.
El final de Mars Express es complejo y rompe con varios clichés, rompiendo agradablemente nuestras expectativas. Es más poético que definitivo, tiene múltiples lecturas, y muchas de ellas no son precisamente felices. Es extremadamente interesante que, al terminar la película, nuestras simpatías están en un lugar muy distinto al comenzar, porque hemos visto compasión y empatía donde menos nos esperábamos.
Mars Express está llamada a ser un clásico entre las películas de ciencia ficción, y favorita de los amantes del cine en general, y no solo de los aficionados a la animación.
Os reviento:
Estupenda comedia, muchas tortas y un protagonista carismático
Gabriel es un exboxeador que vive en una aldea retirada de la ciudad junto a su padre y a su perro, Pepe. Todo el mundo le conoce con el apodo de Tarado, el cual se ganó en sus tiempos como púgil y, aunque todavía podría boxear, prefiere llevar una vida tranquila lejos de todo lo que le llevó a pasar unos años en prisión. Para ello ha tomado varias decisiones, ha roto con su pasado y está dispuesto a llevar una vida normal, y más ahora que acaba de recibir la noticia que su régimen de libertad vigilada ha concluido. Pero los viejos fantasmas siempre vuelven, y el regreso a su vida de una vieja conocida, los chanchullos del pasado de Tino, su padre, y la inesperada aparición de su hermano Tinín junto a su nueva novia, Estefa, hace que no se pueda despedir de todo aquello que le hizo pasar un tiempo en varias cárceles del país. Tarado tendrá que lidiar con la situación para intentar poner las cosas en su sitio, y qué mejor manera de hacerlo que usando lo que mejor sabe hacer, pelear.
Os reviento está escrita y dirigida por Kike Narcea e interpretada por Mario Mayo, Diego París, Javier Botet y Fabia Castro.
Gabriel ha salido de la cárcel, se ha separado de sus malos hábitos y quiere llevar una vida tranquila, aunque ello le cueste algunas renuncias. Una entrevista con el funcionario que lo considera rehabilitado (un hilarante Javier Botet) nos da una idea de su pasado, y que contrasta con su monótona vida actual. Atención a las referencias a su padre, una figura que conviene recordar para comprender el desenlace.
Como no podía ser de otro modo, la situación de Gabriel se complica por motivos inesperados y nos vemos arrastrados, junto con él, en una obra divertidísima, con diálogos chispeantes y a veces casi surrealistas, en la que las tortas son un tema central.
Una referencia clara para Os reviento es la saga John Wick, y la misma película no pierde ocasión de recordarlo al espectador, como con las constantes referencias al perro del protagonista. Pero es un Wick castizo y proletario, con camisetas de tirantes en lugar de trajes de chaqueta, y una casa destartalada en lugar de un hotel lujoso. Os reviento no se toma a sí misma tan en serio, y a menudo nos hace guiños para que entendamos que lo que estamos viendo es cine, sin ninguna pretensión de verosimilitud. Es algo tan gratificante como una buena comedia, que reta a la inteligencia del espectador en lugar de ofenderla, y que nos hace reír a gusto en ocasiones y sonreír la mayor parte del tiempo.
El ritmo se mantiene durante toda la película, pero con una trama clara y fácil de seguir, incluyendo su sorpresa final. Aparte de los puñetazos, destaca la presentación de personajes, muchas personas marginales sin ningún filtro embellecedor. Varios de ellos están dibujados con trazos gruesos, pero vigorosos, mostrando debilidades tan humanas como chispeantes.
Mario Mayo, el protagonista, tiene un físico impresionante, y es fácil creer que sea bueno golpeando o tirando palés. Pero también desprende un aire de inocencia y una honestidad que hace que nos creamos que sus ex-novias puedan seguir enamoradas de él y que inspire lealtades. El resto del reparto cumple perfectamente con su papel, reflejando partes de la sociedad tan distintas como criminales de baja estofa y una burguesía delincuente y resultona.
En resumen, Os reviento es una película divertida y ágil con buen ritmo, mucho humor y unos toques surrealistas que le sientan muy bien. Si te gustan las películas de acción con humor, esta es una buena opción, así que esperemos que llegue pronto a las salas.