Las críticas de Laura Zurita:
En su punto
En En su punto, Charly es la editora de una revista de moda. Cuando su padre muere, ella hereda el negocio familiar: una carnicería, que no es precisamente su pasión en la vida. Está a punto de vender cuando Martial, que trabajaba para su padre, le pide que se haga cargo del negocio. Sus caracteres son completamente opuestos, por lo que tendrán que acostumbrarse el uno al otro.
Dirigida por Christopher Thompson, está protagonizada por Géraldine Pailhas, Arnaud Ducret y Alison Wheeler. La película se estrena en cines el 22 de abril de 2022 de la mano de A Contracorriente Fims, y pudimos verla previamente en un pase programado por la distribuidora en los cines Verdi.
Carne
La carne es un tema central en la película. Comienza con el título, que alude a la carne muy poco hecha (tierna y de color sangre, literalmente), una forma de cocinar la carne muy del gusto del público francés, como se muestra varias veces a lo largo de la película.
En todo momento la carne es tratada y fotografiada con cuidado. Es evidente en las escenas en las que se cocina, en las que casi se puede sentir su textura, y, por supuesto, la atención se centra en el gusto con el que los personajes la consumen.
La carne también está hermosamente retratada cuando cuelga en una cámara frigorífica, o descansa en un mostrador, en el que se muestra la belleza de la materia prima. Y hay respeto por el trabajo de los carniceros, en la forma de cortar, tratar, vender y exponer su producto. De hecho, uno de ellos describe su trabajo como el de un artesano, casi como el de un artista.
Y, aunque sólo de refilón y sin querer ofender a nadie, también se habla de la carne de calidad, obtenida de animales bien tratados y alimentados en granjas artesanales, frente a las macrogranjas y los animales criados a destajo, y con sabor industrial.
Un producto bien hecho
En su punto tiene algunos fallos en su desarrollo, que se evidencian ante un análisis objetivo. Hay, por ejemplo, personajes que desaparecen de la trama sin explicación alguna. El ritmo es también algo desigual, con periodos muy lánguidos y elipsis algo atropelladas, y algún conflicto parece superarse por arte de birlibirloque.
Sin embargo, los puntos buenos compensan con creces. La dirección artística y la fotografía son muy buenas, tanto en el sofisticado piso de Charly, como en la carnicería. Se miman los cuchillos, la cocina, el restaurante, y la cámara se recrea con gusto en el atractivo de los escaparates de la carnicería, como ya se ha indicado, haciendo que la carne cruda sea fotogénica, incluso para esta redactora, más bien vegetariana.
La pareja protagonista es simpática y creíble. Charly es divertida, con una elegante vis cómica incluso cuando tiene mala uva (lo que ocurre varias veces). Martial hace sonreír de otra forma, transmite una sensación de bonhomía en la que hay, sin embargo, un fondo pícaro que lo hace irresistible. Y lo que es mejor, el comportamiento de los personajes es reconocible y, casi siempre, plausible. A veces tienen impulsos irracionales, sí, pero se les entiende. Estas personas no son grotescas e increíbles como en otras películas de humor más grueso, lo que ayuda al espectador a empatizar con ellas, y sentirse a gusto con ellos y con la película.
El humor es más de sonrisas que de carcajadas, pero está bien medido y bien pensado, y ciertamente hace sonreír. Una de las más divertidas es la escena que parece inspirada en Bambi sobre el hielo, siempre al borde de, pero sin caer en lo obvio.
En definitiva, En su punto es una película que consigue lo que se propone, hacer sonreír y pasar un buen rato al espectador, sobre todo para los amantes del cine francés, y, mejor aún, si se ve con alguien especial.
Conclusión
En su punto es una comedia romántica bien hecha, bien interpretada, para disfrutar, y a ser posible, en buena compañía.
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En su punto
