Las críticas de David Pérez «Davicine»:
A través de mi ventana
La atracción de Raquel por su vecino se convierte en algo más cuando él empieza a enamorarse de ella, a pesar de la oposición de su familia. Basada en la novela escrita por Ariana Godoy y dirigida por Marçal Fores (Animals), A través de mi ventana está protagonizada por los jóvenes talentos Clara Galle, Julio Peña, Hugo Arbues, Eric Masip, Natalia Azahara, Guillermo Lasheras y Emilia Lazo. La película se estrena en Netflix el 4 de febrero de 2022.
Un éxito antes incluso de estrenarse
La novela «A través de mi ventana», editada en España por Random House, nació de la plataforma literaria Wattpad, donde cuenta con más de 1 millón y medio de lectores, y la historia de Raquel y Ares es un fenómeno global que mueve fans alrededor del mundo. La autora Ariana Godoy y el director Marçal Fores han ido un paso más allá, haciendo que la adaptación cinematográfica sea todavía más sexy y emocionante, pero con un claro público objetivo.
En A través de mi ventana Raquel lleva toda la vida loca por Ares, su atractivo y misterioso vecino. Lo observa sin ser vista y es que, muy a su pesar, no han intercambiado ni una palabra. Raquel tiene muy claro su objetivo: conseguir que Ares se enamore de ella. Pero ella no es una niña inocente y no está dispuesta a perderlo todo por el camino, y mucho menos a sí misma…
Sin entrar lo fiel que es a la novela o no, dado que aquí vengo a hablar de la adaptación, A través de mi ventana es una película plagada de clichés, en la que una joven se enamora de su vecino, el típico chico malote que no le hace caso, pero obviamente éste se termina fijando en ella, aunque ella se replantee esa posible relación justo en ese momento… Una historia mil veces vista ya, pero que, por algún motivo, ya tiene a sus espaldas un fenómeno fan tan grande que hace que la película sea un éxito incluso antes de estrenarse.
Una nueva pareja para enamorar a los jóvenes
Clara Galle y Julio Peña son la pareja protagonista, y se complementan bien en la película, aunque no tanto por la química entre ambos sino por la física, pues tienen muy pocos diálogos en proporción con las muchas relaciones físicas… y por muchas me refiero a muchas muchas.
Julio Peña da vida a este típico chico popular con una personalidad arrolladora que no quiere enamorarse por cosillas que lo han marcado en su infancia, a quien sus padres optaron por llamar Ares para tener la colección de hijos llamados como «dioses». Muchos dicen que es el nuevo Mario Casas al ver A través de mi ventana como la Tres metros sobre el cielo de una nueva generación, pero cada actor vive su momento y tiene sus características, y solo el tiempo dirá si veremos a Peña como un actor que no solo venda como reclamo para empapelar las paredes con posters y las carpetas con fotos.
Por su parte, Clara Galle da vida a Raquel, una chica que pasa algo desapercibida, con una apariencia recatada y de niña buena, pero que no es tan inocente como deja verse cuando tiene enfilado a Ares como objetivo de sus deseos. Es capaz de mostrarse en esas dos facetas con facilidad, aunque más que una chica con las ideas claras y un amor secreto se deja ver más bien como una joven obsesiva que casi roza la ilegalidad en su afán espiatorio.
La elección de los actores resulta acertada, no sólo por ser dos jóvenes atractivos que sirven de reclamo para el público al que va orientada la película, sino que, aunque no lo parezca, la química emocional también se encuentra cuando ambos intentan entenderse entre sí. Ambos son muy opuestos, pero el amor lo puede todo, y no es ningún spoiler viendo desde el póster al tráiler de la película.
Pero no hay película romántica que se precie sin una tercera pata en la relación, y es aquí donde entra Guillermo Lasheras como Yoshi, el clásico mejor amigo de la protagonista pero enamorado de ella desde hace mucho tiempo, y que refuerza la sensación de triángulo amoroso entre los tres. Lástima que el personaje no esté tan bien desarrollado como cabría esperarse, dado que a veces parece un amante melancólico que no sabe hacia donde se dirige su «relación» y en otras se muestra como un mejor amigo pero algo ausente. Al igual que ella, Yoshi va viendo la relación entre Raquel y Ares de forma diferente acorde evoluciona, pero esta subtrama no se sustenta y queda en exceso superficial.
Algo más que amor…
De lo que no hay duda es que A través de mi ventana es un acierto como título para la película, tomado de la novela que adapta pero también de la propia novela que escribe Raquel (Galle) en la misma, y es que la narración que vemos en la película nos da una sensación de meta película, como si la protagonista fuera quien va escribiendo el guion que da pie a lo que vemos.
El acertado título hace referencia a ciertos elementos de misterio y voyeurismo que nos llevan a creer que pudiera haber seguido el camino de Disturbia, en la que un entristecido joven se encierra en su casa y centra su atención en espiar a sus vecinos, aunque aquí más que tener un vecino sospechoso de ser un asesino en serie es un amor «imposible» lo que se observa.
No falta esa combinación de espionaje que promueve el título, aunque pronto el misterio desaparece y se vuelve a seguir la manida fórmula de amor-odio-amor que elimina cualquier expectativa que pudiéramos tener de ver algo diferente. Al alejarse del misterio y acercarse en exceso a la zona caliente… es como si Raquel y Ares fueran Anastasia y Grey si éstos hubieran comenzado a salir en la escuela secundaria aunque sin recurrir a fetiches sexuales para su propia satisfacción, que para eso ya tienen sus bocas, manos y todo lo que se tercie…
A través de mi ventana deja poco a la imaginación, siendo una ventana al voyeurismo del espectador, mostrando muy pronto sus cartas y siendo en exceso explícita en las relaciones de sus personajes. Las lujosas fiestas y sus atractivos protagonistas son tan superficiales como su trama, no habiendo nada de donde rascar y convirtiéndose en un mero placer culpable para quienes adoran estas historias.
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A través de mi ventana
