El próximo día 19 de enero llegará a las salas de cine de nuestro país de la mano de Reverso Films La floristería de Iris, segundo segundo largometraje del cineasta Ofir Raul Graizer tras el éxito de crítica y público que obtuvo en nuestro país con El Repostero de Berlín (2017).
Eli es un joven que trabaja como profesor de natación en Chicago cuyo abogado le informa sobre la muerte de su padre, con quien perdió el contacto hace 10 años. Obligado a regresar a su ciudad natal en Tel Aviv, Eli se reencontrará con su amigo de infancia Yotam quién dirige una floristería junto a su prometida Iris. Durante una excursión se producirá un accidente que dejará en estado vegetativo a Yotam desencadenando una serie de cambios sísmicos en la vida de cada uno de ellos.
El multipremiado cineasta israelí vuelve a incidir en las relaciones complejas donde sus personajes arrastran traumas del pasado y donde se percibe un fuerte componente sensual a través de sus delicadas imágenes y un sutil trabajo del lenguaje corporal.
La Floristería de Iris es una historia psicológicamente estimulante con una ingeniosa estructura sobre un triángulo amoroso poco convencional cuyos personajes se nos van presentando de forma paulatina poniendo el énfasis en la sensualidad, los olores y los sentidos.
La Floristería de Iris es un film sobre la madurez donde los sueños y las aspiraciones de sus personajes se desvanecen de forma abrupta y deben aprender a adaptarse repentinamente a una nueva realidad obligando a lidiar con su pasado. Mientras que en El repostero de Berlín, el director acentuaba la sensualidad de la película mediante la dimensión táctil de preparar y disfrutar de la comida, en La Floristería de Iris ese papel lo cumplen las flores y las hierbas de la tienda que regenta Iris.
Destacan una dirección de fotografía clásica y panorámica que realzan unos colores brillantes que son tan tangibles como la sólida estructura de la película, así como una bella e íntima banda sonora de Dominique Charpentier quien ya compuso la música del anterior trabajo de Grazier. Una vez más, igual que en su debut, el cineasta combina todos estos elementos para crear una historia compleja, tierna y sensible que resulta narrativamente intrigante y emocionalmente directa.
Una historia ambientada entre una floristería y un antiguo monasterio, entre una piscina y el Mediterráneo, entre la vida y la muerte, y en algún punto intermedio.