Crítica de ‘Las 7 vidas de Léa‘: Thriller criminal con toques de ciencia ficción

Durante una fiesta, Léa (Raika Hazanavicius) se encuentra accidentalmente con un esqueleto que estaba enterrado en la arena. Quién es el cuerpo y cómo llegó allí es un misterio para la policía. Léa quisiera saber más de esta muerte, pero sus padres parecen no querer que investigue. Pero una sorpresa aún mayor la espera a la mañana siguiente. Léa se despierta en los años 90. Para resolver esa misteriosa muerte y evitarla, ocupa el cuerpo de siete personas distintas.

Lo que de inicio podría parecer una serie criminal habitual, de esos thrillers que copan las plataformas cada semana, sobre todo por comenzar con el hallazgo de un cadáver, luego se torna en algo distinto, al menos en la forma de averiguar cómo murió y los motivos. Estas tareas suelen recaer en manos de la policía o los detectives, pero aquí tenemos al frente de la trama a una estudiante que se convierte en investigadora, al menos para este caso y por cómo la afecta a nivel personal. Para esta investigación han aportado un toque de fantasía, adentrándose en el cuerpo inicialmente de la víctima, aunque no es el único cuerpo que «ocupará» pues en cada uno de sus siete episodios la veremos investigar con siete formas diferentes.

Investigando en el tiempo

La sorpresa que llega con el toque de fantasía al ocupar diferentes cuerpos no es la única sorpresa que nos depara la serie, pues Las 7 vidas de Léa también incorpora a su historia los viajes en el tiempo. Con cada intercambio de cuerpo tiene lugar un viaje 30 años atrás, de 2021 a 1991, siendo algo más típico de las series de ciencia ficción que de thrillers criminales, pero encajando de forma coherente con el planteamiento que han hecho de la serie.

La idea de la serie no es original, pues se inspira en una novela de Nataël Trapp, teniendo espacio para investigación criminal, ciencia ficción y su pertinente toque de drama, al contar historias del pasado bastante tristes en ocasiones, no solo por la pérdida del joven que encuentra sino también por quienes lo rodean, dramas que afectan a la propia protagonista.

Arreglando el presente desde el pasado

¿Cuántas veces no habremos pensado en la posibilidad de viajar al pasado para arreglar acontecimientos del presente? Esa idea la hemos visto reflejada en muchas películas y series desde hace décadas, incluso recientemente con la serie brasileña de Netflix De vuelta a los 15, en la que una treintañera, descontenta con su vida, descubre por accidente una forma de viajar en el tiempo a cuando tenía 15 años. La idea de esa serie era si la protagonista podría reescribir su propia vida. En Las 7 vidas de Léa, en el fondo, juegan con la misma idea, pues en ambos casos las protagonistas intenta cambiar el futuro interviniendo en el pasado, solo para descubrir que no es tan fácil.

Cada intento de cambiar las cosas siempre tiene consecuencias imprevistas, y algo habitual en las series de viajes en el tiempo es que con cada intento deliberado de cambiar las cosas, todo acaba en caos. Mientras que De vuelta a los 15 lo hacía desde la comedia, Las 7 vidas de Léa se aleja del humor, y aunque siempre sea divertido ver cómo se encuentra en un nuevo cuerpo, con algunas situaciones embarazosas, lo cierto es que la historia es más dramática y tensa que en la otra serie de Netflix.

El ritmo de esta serie es correcto, con episodios que no se prolongan en exceso, teniendo tiempo suficiente para ir avanzando la historia con cada intercambio de cuerpo, aunque se nota que Léa no es una investigadora profesional y a veces parece no tener avances en el caso.

Las 7 vidas de Léa combina de forma interesante el intercambio de cuerpos con los viajes en el tiempo en un thriller criminal capaz de manejar el drama y el humor sin perder tensión en su investigación. Puede que no sea una serie excepcional, pero la mezcla inusual de géneros aporta la suficiente sorpresa al espectador como para que valga la pena su visionado.