Las críticas de Óscar M.:
La ciudad perdida
En La ciudad perdida, una escritora de novelas románticas de aventuras es raptada por un excéntrico multimillonario para que le guíe hasta el tesoro de la antigua ciudad perdida sobre el que gira su último libro, mientras que el modelo de las portadas de sus libros quiere demostrar que también puede ser un héroe en la vida real y se lanza al rescate de la novelista. En medio de una épica aventura en la jungla, la extraña pareja tendrá que dejar a un lado sus diferencias y colaborar para sobrevivir a los elementos y encontrar el ancestral tesoro.
La película está dirigida por Adam Nee y Aaron Nee, con un argumento de Seth Gordon y guion de los propios directores junto a Oren Uziel y Dana Fox, estando protagonizada por Sandra Bullock, Channing Tatum, Daniel Radcliffe, Da’Vine Joy Randolph, Óscar Nuñez, Patti Harrison y Bowen Yang. La película se estrena en cines el 13 de abril de la mano de Paramount Pictures Spain.
Herencia de las comedias de aventuras
La primera impresión que se percibe al leer el argumento o ver el póster de La ciudad perdida es que nos encontramos ante una película heredera de las comedias (ya convertidas en clásicas con el paso del tiempo) como La joya del Nilo o Tras el corazón verde, y hemos acertado de pleno, porque incluso, antes de que arranque la aventura, podemos ver un cartel que hace referencia al titulo original de una de estas películas, Romancing the stone.
El planteamiento inicial para unir a la pareja es muy parecido al de las comedias románticas anteriores y posteriores a dichas películas de la década de los ochenta, y tanto los personajes como el desarrollo de la historia también lo es, buscando en la memoria del espectador más adulto un espacio donde desplegar sus golpes cómicos para ganarse a la audiencia. Unas buenas intenciones iniciales por parte del debutante Seth Gordon, que se han visto ampliadas de manera desigual por Oren Uziel (Escape room 2: Mueres por salir, The cloverfield paradox) y Dana Fox (Cruella) junto a los directores en la escritura del guion.
Comedia demasiado estirada
Recordando el historial de los guionistas que se han ocupado de desarrollar la idea de Gordon hasta llegar al guion final se entiende mejor el motivo por el que La ciudad perdida tiene un problema con el ritmo de comedia que nos intenta ofrecer. La mayoría de situaciones cómicas y bromas físicas y verbales están presentes y funcionan, pero los directores se empeñan en forzar demasiado dichos golpes cómicos dejando unos segundos posteriores vacíos sin apenas acción o diálogo, como permitiendo un espacio para rellenar con la risa del público.
Este innecesario recurso alarga demasiado las escenas y extiende la duración de la película, a la cual le habría beneficiado un montaje con un mayor ritmo cómico y sin esos huecos vacíos. Una acumulación más continua de chistes y bromas físicas conseguirían que La ciudad perdida alcanzase el nivel que se merece, porque contiene todos los elementos para ser una desternillante comedia, pero queda demasiado forzada (incluso la escena adicional añadida en mitad de los créditos tiene ese tropiezo), como no sabiendo cuándo acabar el chiste.
Es una verdadera lástima que la película no llegue por completo al nivel de delirio que sí han alcanzado otras comedias recientes, como Noche de juegos o Fiesta de empresa, en las cuales los personajes son llevados hasta el límite del humor más absurdo y ridículo en unas escenas que, manteniendo un mínimo de realismo, consiguen explotar al máximo las situaciones, que aquí también están presentes.
Buen reparto para unos personajes clásicos
Algo parecido sucede con los personajes, el reparto está bien elegido, las actrices y actores encajan perfectamente en sus personajes y son correctos en sus interpretaciones, pero los personajes están demasiado contenidos y sus momentos cómicos se quedan a medias, cuando lo deseable habría sido que se volvieran completamente locos para lograr un nivel de comedia superior.
Hasta las escenas centradas en el personaje de Da’Vine Joy Randolph están forzadas al final y provocan que el personaje quede deslucido, cuando es una actriz especialmente cómica sin el mínimo esfuerzo. Aunque Channing Tatum está más divertido al principio por interpretar a dos versiones del mismo personaje y Sandra Bullock recurre a la comedia física con el traje de lentejuelas, ambos perfiles cómicos se van diluyendo poco a poco a medida que avanza la trama.
Los personajes secundarios sí que están llevados un poco más al límite, con un histriónico Daniel Radcliffe y un eficiente Brad Pitt, encarnando al típico villano megalomaníaco y al experto en operaciones especiales, respectivamente. Unos personajes clásicos y con características arquetípicas y tópicas del cine de acción y de comedia, como también lo son los principales interpretados por Bullock y Tatum, algo que podría haberse aprovechado para hacer una comedia más extrema.
Un conjunto aceptable
A pesar del tropiezo en las partes cómicas y en los personajes, el conjunto es bastante entretenido y las carcajadas están garantizadas (curiosamente funciona con diferente público y con distintos tipos de humor), aunque parece ser que a un nivel menor del que esperaban los directores y el encargado del montaje, por buscar una justificación a dicha decisión.
Tiene un buen refuerzo gracias a la ubicación del rodaje en escenarios reales de República Dominicana, la divertida elección de temas musicales populares (sobre todo en los momentos iniciales con la presentación de los personajes) y un equilibrio que incluso consigue que olvidemos la ausencia de una escena clave para la presentación de la aventura (explicando la existencia real de la ciudad que da título a la película y es el centro de la ficticia novela).
La ciudad perdida podría haber sido la comedia loca y descontrolada que esperábamos, pero opta por ser contenida en el humor y abusa del recurso del tiempo muerto posterior a los gags, probablemente permitiendo así espacios para comentar las escenas en un visionado con un grupo de amigos, que es la mejor manera de disfrutar de este tipo de comedias.
La ciudad perdida
