Madre sólo hay una
¿Quién es nuestra madre? ¿la mujer que nos ha cuidado desde el nacimiento, alimentado, vestido, educado y fundamentalmente amado?, ¿o aquella con la que compartimos cromosomas?. Exactamente las mismas preguntas sirven para cuestionarnos sobre nuestro padre. ¿Dónde está el asiento del vínculo materno/paternofilial, en el afecto o en la sangre?, y profundizando un paso más, las mismas cuestiones podemos plantearnos acerca de nuestros hermanos. De hecho, cuando queremos mucho a un amigo ¿no le llamamos hermano aunque no compartamos ningún material genético con él? Todas estas cuestiones, y algunas más, suponen el núcleo central de la película Madre solo hay una de la directora Anna Muylaert presentada en la sección oficial de la 61ª SEMINCI.
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Madre sólo hay una
- -Pierre tiene 17 años y está en plena pubertad. Desde que su padre murió, su madre Aracy le ha cuidado. Pero cuando descubre que su madre lo robó de un hospital cuando era un recién nacido, la vida de Pierre cambia dramáticamente. Esa misma noche su mundo se desmorona cuando detienen a su madre. Sus padres biológicos, Gloria y Matheus, se han pasado 17 años buscándole. Ahora están desesperados por recuperar los años perdidos y pasar el mayor tiempo posible con su hijo mayor, al que llaman Felipe. Observado desde una distancia crítica por su hermano pequeño Joca, Pierre/ Felipe se va acoplando en su nueva familia que pretende darle forma según sus ideales de vida acomodada. Pero Pierre tiene pensada su vida de manera muy diferente.