Es difícil, cuando acaba de empezar el año, poder decir que estoy ante la mejor película que llegará a las salas de cine españolas este recién inaugurado 2017, pero no solo me aventuro a decirlo, sino que lo afirmo. La Tortuga Roja es una obra maestra atemporal y global, que no necesita de diálogos para emocionarnos hasta el punto de dejarnos sin palabras, y que una vez vista tenemos que cerrar los ojos para recuperar el aliento perdido durante su metraje.
Nadie duda de la calidad de Studio Ghibli, y si se embarcaron en su primera producción fuera de Japón sería por algo, pues no iban a arriesgarse a perder el renombre que han conseguido tras años de grandes películas repletas de fotogramas para la historia. El animador holandés Michael Dudok de Wit, galardonado con un Oscar y un BAFTA al mejor cortometraje de animación por Father and Daugter, es el responsable de conseguir este hito, y está claro que no se equivocaron con él, logrando mantener la esencia en estado puro del estudio japonés, e ir un paso más allá en el concepto de minimalismo y belleza visual.
Crítica completa aquí.