Crítica de ‘Hasta que nos volvamos a encontrar‘: Los polos opuestos se atraen

Las críticas de David Pérez «Davicine»:
Hasta que nos volvamos a encontrar

Las vidas opuestas de un arquitecto adicto al trabajo y una artista entusiasta dan un vuelco cuando se conocen en Perú y cambian sus perspectivas. Maxi Iglesias (La cocinera de Castamar) y Stephanie Cayo (Club de Cuervos) protagonizan esta comedia romántica escrita y dirigida por Bruno Ascenzo. Completan el reparto de Hasta que nos volvamos a encontrar Wendy Ramos, Vicente Vergara, Renata Flores, Anaí Padilla, Carlos Carlín, Mayella Lloclla, Muki Sabogal y Rodrigo Palacios. La película se estrena en Netflix el 18 de marzo de 2o22.

Otro romance siguiendo mismos patrones

Con el recuerdo permanente de Come, reza, ama mientras vemos la película, Hasta que nos volvamos a encontrar repite los esquemas que ya conocemos de múltiples historias románticas sin aportar nada más que el precioso paraje de Perú.

Maxi Iglesias da vida a Salvador, un arquitecto de éxito adicto al trabajo, un joven que no intenta ocultar lo rico y exitoso que es. Desde el principio nos dejan claro que no tiene tiempo para parejas pues no encuentra una mujer que sea capaz de aguantar su estresado horario laboral… pero claro, al viajar a Perú las cosas parece que van a cambiar. Llega a Perú para expandir el nombre de su empresa y para sacar adelante su proyecto de construir un hotel de siete estrellas que se convertiría en un fenómeno único en su género. Nada más llegar conoce a Ariana, interpretada por Stephanie Cayo, una fogosa artista de espíritu libre que es fiel a sus raíces y cree en el misticismo de Perú.

Ambos viven en mundos diferentes con opiniones e ideologías opuestas que no podrían ser más dispares, pero rápidamente salta la chispa entre ellos. Ella le enseñará a disfrutar de la belleza del momento en Cuzco a lo largo de un recorrido de mochileros por los lugares más famosos de Perú, lo que les permite conocerse mejor, pero también ver los puntos de vista del otro sobre el mundo en el que les ha tocado vivir.

Los polos opuestos se atraen

Bruno Ascenzo no intenta cambiar un género que de por si ya funciona bien, y sigue los esquemas de siempre en los que las películas románticas funcionan con las historias en las que los polos opuestos se atraen, no aportando nada de originalidad ni un chascarrillo nuevo. Vemos una historia que tan sólo cambia de localización y de protagonistas, pero no nos permite más que disfrutar de las postales de Perú.

Y dicho lo cual, no hay duda que la película está bellamente filmada, con increíbles planos en cada una de las escenas por las que la pareja recorre los más bellos lugares del país. La fotografía es excelente, y quizás gracias a eso nos enganchamos un poco más al dar más valor a la historia y su narrativa.

Una pareja con gran química y física

La química entre Maxi Iglesias y Stephanie Cayo es evidente, siendo totalmente veraz la relación que se va forjando y resulta adorable verlos discutir sobre temas en los que discrepan, pero también cuando se van sorprendiendo mutuamente por lo que son capaces de saber o hacer. Ambos actores tienen también muy claro que pueden recurrir a mostrar sus espectaculares físicos para que las escenas de amor resulten aún más espectaculares, donde de la química se pasa a la física…

El actor español Maxi Iglesias consigue dar veracidad a un joven que tiene un aura de millonario hombre de negocios pero también con un puntito de alguien que todavía necesita encontrar el sentido de la vida. La estrella peruana Stephanie Cayo, todavía bastante desconocida en España, a buen seguro comenzará a sonarnos más en nuestro país, y es que la plataforma abre muchas puertas que son difíciles de abrir de otra forma. Ella luce todo el tiempo atractiva, no sólo por su físico sino por su forma de ver la vida, resultando convincente tanto en su faceta de mujer enamorada como de mujer libre que tiene claro su camino.

Pero claro, y sin entrar en salseos, lo que hace que la película funcione es esa buena química entre ambos para que su historia de amor atrape al espectador, de lo cual tiene mucha culpa que ambos sean pareja en la vida real, resultando más fácil que la química entre ambos luzca tan realista aunque sin quitar mérito a sus interpretaciones. Además, el uso de la música en la película es muy acertado, entrando en juego en los momentos exactos para aportar un extra de emoción en las escenas.

Hasta que nos volvamos a encontrar no aporta nada al género de las comedias románticas, pero no por ello deja de ser una película recomendable para quienes adoren este género y se enamoren de sus protagonistas mientras disfrutan de unos parajes espectaculares. Si hay que destacar un motivo para verla, no es por ser una buena comedia o un buen drama romántico, sino por los hermosos parajes de Perú y la química ardiente entre sus dos protagonistas.

¿Qué te ha parecido la película?

Hasta que nos volvamos a encontrar

6

Puntuación

6.0/10